La Coalición Cívica de la Cámara de Diputados solicitó la convocatoria urgente de un plenario de comisiones para analizar los efectos del decreto suspendió las retenciones, y que solo benefició agrandes grupos económicos agropecuarios.
El presidente del bloque de la CC, Juan Manuel López, pidió una reunión de las comisiones de Agricultura, y de Presupuesto, que presiden el radical Atilio Benedetti y José Luis Espert (LLA), para tratar los proyectos que eliminan las retenciones y los “efectos del decreto” 682.
Esa norma de suspensión temporal tenía un cupo de 7000 millones de dólares que solo fue utilizada por grandes empresas, lo que provocó la reacción de los pequeños y medianos productores.
Por ese motivo, desde la Cámara de Diputados hubo pedidos de informes presentados por el diputado de UP, Eduardo Valdes, de la CC, y anoche se sumó uno de Democracia para Siempre pidieron explicaciones sobre esa medida.
En ese sentido, la CC pidió que el ministro de Economía, Luis Caputo, informe si se tomaron las medidas “para verificar que los bienes declarados existían y estaban en posesión del exportador en la fecha de la declaración”.
Por su parte, el presidente del bloque de Democracia para Siempre, Pablo Juliano, aseguró que “necesitamos reglas de juego claras para la economía productiva”, al cuestionar la aplicación del decreto de baja temporal de las retenciones.
“ Entre el lunes y el miércoles de esta semana, con el aval y la complacencia del gobierno de Milei, las cerealeras se hicieron de un botín de más de $1.500 millones de dólares”, escribió en la red social X.
En ese sentido, Juliano destacó que “el Gobierno no les exigió siquiera anotar una declaración jurada de venta al exterior (DJVE) sin que antes se acreditara la tenencia de los granos, porque el ritmo de declaraciones hubiera sido el que corresponde y las grandes exportadoras deberían haber compartido esos 1.500 millones con los productores”
Destacó que “eso no pasó, y demuestra que el Gobierno ve al campo como un dador de dólares, pero que no le interesa la producción y sólo necesitaba hacer caja. Por eso, hoy presenté un pedido de informes al Poder Ejecutivo para que brinde información al Congreso y a toda la sociedad”.
El presidente Javier Milei reafirmó este martes su intención de reducir las retenciones agrícolas en 2025 en el marco del evento “Delegados, Directores y Consejo Federal de la Sociedad Rural”. Ante unos 400 asistentes, el mandatario condicionó esta medida a la consolidación del crecimiento económico y la estabilidad fiscal para el próximo año….
El estudio también destacó la persistencia de la brecha de género en las remuneraciones pretendidas —10,85%— y marcó diferencias según los niveles de puesto y sectores económicos, con la ingeniería y veterinaria en la franja más alta, y mantenimiento, hotelería y servicios gastronómicos en la más baja.
En términos interanuales, las remuneraciones pretendidas crecieron un 67,56%, superando la inflación interanual del 36,6%. La brecha positiva de 30,96 puntos porcentuales refleja un aumento en las expectativas salariales que supera el ritmo inflacionario”, indica el informe.
Brecha de género
La brecha de género en el salario requerido, en tanto, alcanzó el 10,85% en julio. Los valores pretendidos por los hombres en búsqueda laboral promediaron $1.758.210 mensuales, mientras el solicitado por las mujeres fue de $1.586.061 al mes.
Salario pretendido según los puestos laborales en julio
En julio, la remuneración pretendida promedio alcanzó $1.680.843 y representó un alza de 30,71% desde enero.
Con respecto a los puestos laborales, los sueldos fueron los siguientes:
Supervisor y jefe: el sueldo pretendido fue de $2.257.992 en julio;
Semi senior y senior: la remuneración solicitada alcanzó $1.742.773.;
Junior: el salario requerido fue de $1.181.296.
Los sectores con los salarios pretendidos más altos y bajos
Los salarios promedios requeridos por quienes buscan empleo más altos registrados durante julio se observaron en los siguientes rubros:
Ingeniería Electromecánica con $3.700.000 por mes para las posiciones de supervisor o jefe;
Ingeniería Eléctrica y Electrónica con $3 millones por mes para los niveles semi senior y senior;
Veterinaria con $2.525.000 mensuales para el segmento junior.
Por el contrario, las posiciones con los sueldos promedio más bajos:
Mantenimiento y Limpieza con $750.000 por mes en el sector junior;
Camareros con $850.000 mensuales para los niveles semi senior y senior;
Hotelería con $912.500 por mes para el segmento de supervisor o jefe.
Remuneraciones pretendidas de este año
En los primeros siete meses de 2025, la remuneración pretendida por quienes se postulan a un empleo acumuló un incremento de 30,71%. A continuación, el recorrido de los salarios pretendidos durante el período enero-julio:
Enero 2025: $1.379.808;
Febrero 2025: $1.427.606;
Marzo 2025: $1.503.863;
Abril 2025: $1.573.440;
Mayo 2025: $1.588.986;
Junio 2025: $1.598.091.
Julio 2025: $1.680.843.
El informe de Bumeran subrayó que el mayor aumento del sueldo solicitado respecto al mes anterior se registró en enero, con un incremento de 7,30%. Seguido por marzo, con un ajuste buscado de 5,34%; y julio con 5,18%.
Analistas admiten que será muy complicado que en junio se pueda mostrar un nuevo descenso del costo de vida, como consecuencia de las alzas de tarifas y la suba de alimentos y bebidas. …
A la Patagonia se la conoce como tierra de leyendas y lugares considerados míticos como la isla grande de Tierra del Fuego, en el Fin del Mundo. Quienes recorrimos el sur argentino en profundidad sabemos que ciertos rincones elevan aún más esa categoría, para los que al menos yo, ya no encuentro palabras con las cuales calificarlos.
Uno de ellos es la Península Mitre, el extremo oriental fueguino, separada de la Isla de los Estados por el turbulento estrecho de Le Maire. El mismísimo sitio donde se produjo el primer encuentro entre los colonos europeos y los pueblos que habitaban ancestralmente esta isla.
Con una superficie terrestre de casi 3500km2 (unas 17 veces la capital federal) y más de 5000kms2 marítimos, fue declarada Sitio Ramsar por ser un humedal de importancia internacional para la conservación de la biodiversidad y el sustento humano y desde 2019 Área Natural Protegida Provincial, ya que alberga una de las mayores concentraciones de turberas del hemisferio sur. Aunque se llama «península», no está completamente separada por un istmo. Raro.
Llegar no es fácil, son aprox. 125kms en vehículo desde Ushuaia hasta el puesto de prefectura de Moat, donde termina la ruta J, luego se debe seguir a pie poco más de 30 kms, según el sendero que uno tome hasta Bahía Slogget en la desembocadura del Rio López, antiguo límite occidental de la región.
En este extremo del mapa, donde los vientos azotan la tierra y el mar parece infinito, la Patagonia guarda leyendas vivas, y de eso les quiero hablar.
En 2015, llegué en mi autito hasta Moat, allí, mientras conversaba con personal de la Armada, por la ventana y soportando una leve llovizna vi llegar a un gaucho a caballo rodeado de vivaces perros que parecían custodiarlo. “Ese es El Paisa Andrade, un gaucho que vive solo, dentro de Mitre”, me dijeron. Sentí una gran alegría, yo conocía algo de su historia, pero tener la suerte de encontrarlo justo en el momento que realizaba una de sus esporádicas salidas del interior de la península fue una casualidad inmensa, casi como llegar al glaciar Perito Moreno el día que rompe su puente natural. “Soy muy afortunado”, pensé.
Salí a recibirlo, me presenté, y me encontré con una persona muy amable, de rostro duro pero amigable, hombre curtido por las inclemencias de un clima que no se anda con chiquitas. Vestía un camperón y un gorro con orejeras gris, vaqueros azules, camisa, pullover de lana y botas de goma. Conversamos un buen rato mientras él seguía con sus tareas, desensillar, ordenar sus cosas, sus animales, tomar mate. Usaba un precario refugio de viejas chapas oxidadas y tablas mal clavadas a metros del puesto de la Armada. Me ofreció llevarme por una semana hasta sus dominios australes. No me animé, en parte por no tener señal para advertir a mi familia que no podría comunicarme por largos días y en parte porque no me daba el cuero realmente. No tenía la más mínima preparación física, muchos de uds ya me conocen. Ahí mismo, en las oficinas de la Prefectura, nos sacamos la primera foto juntos. Ilustra la nota.
Con el tiempo tuvo teléfono con WhatsApp y conseguía señal de internet en Moat. Desde entonces solemos comunicarnos. Lo vi personalmente alguna vez más. En 2020 una increíble tormenta me frustró la travesía hacía sus dominios. Lo volví a encontrar en Moat en 2022. “Me gustaría que se conozca tu historia”, le dije hace poco. Le gustó la idea.
NOTA: Quiero aclarar que las respuestas que acá transcribo entre comillas, son declaraciones 100% textuales.
Su historia
El Paisa Luis Andrade, nació un 20 de septiembre a orillas del Paraná, en Goya, Corrientes y hoy acusa 64 años. Le sale el futbolero de adentro y me dice, “Me encanta el futbol, soy de Independiente, antes era fanático, después se me fue pasando, tengo un banderín firmado por el chivo Pavoni.
Entre Pelé, Maradona y Messi elige a… “Bochini papá, Bochini, ¡grande el Bocha!”. Tengo la esperanza de comunicarme con el Bocha para que sepa que tiene un admirador en el Fin del Mundo, donde termina la tierra. Un caminante que anduvo por acá me dijo que trataría de hacerme el contacto”.
Amante de la buena música, “me gusta toda sí, siempre que este bien hilvanada y buena letra”. Como buen gaucho admira a El Pampa, “Larralde, Larralde si toda la vida me gustó y me sigue gustando, tengo toda su obra, “Herencia pa´ un hijo gaucho” y demás y sus conferencias de prensa las tengo grabadas por ahí, cada tanto lo escucho, un hombre muy cabal para mí”.
Luego comienza a desgranar su apasionante vida,
“Llegué a estas tierras luego de vagabundear por el país. Anduve por Darregueira, provincia de Bs. As., me vine a dedo, con plata por supuesto, había renunciado a la represa hidroeléctrica– trabajó en Piedra del Águila, y también en Alicurá –, traía fondo de desempleo cobrado, quería conocer la Ruta 40, que era tan famosa, y ahí pasé por El Bolsón, me enamoré de ese pueblito, si yo siempre pienso el día que abandone acá buscaría instalarme ahí, pero son deseos nomás, por ahora continuamos acá, así que siempre quedé con eso en la cabeza”.
Mientras lo escucho pienso que en algún momento también recorrí por primera vez La 40 y tuve sueños de quedarme por allí, quizás con propósitos diferentes claro.
Los primeros años
En 1986 llegó a la isla, tuvo un “aserraderito” en Tolhuin y en 2006 o 2007, no recuerda bien, llegó a Mitre.
“Vine con un compinche amigo mío de Tolhuin que administró durante un par de años la estancia Bahía Slogget, me pidió que lo acompañe, y como hacía años que no andaba a caballo y en parte para conocer, me decidí a acompañarlo. Luego él no quiso continuar porque estaba abandonando mucho lo de él. Hice un arreglo y vine con otra persona, pero no duró ni un mes, acusó que le dolía la cintura, yo ya veía que no tenía el entusiasmo, no le agradó, así que quedé solo de nuevo, luego fui a buscar a otra persona, todas duraban poco, iban y venían casi siempre en el tiempo de rodeo, en vacaciones, después ya no”.
Si bien ahora habita el sur, llegó por el lado Norte al Rancho e Lata. Hace una pausa y continúa.
“luego a 2 días de viaje había una veranada que era Rio Udaeta, donde solía quedarme desde octubre a mayo aproximadamente y luego volvía a Rancho e Lata, Punta Ibarra que son campos de invierno, donde traíamos vacas a invernar. Anduve en muchos lugares, esto, esta estancia es muy grande se llama Bahía Slogget. Anduve también por Rancho e Cuero, Rancho e Nylon, Corral de Aguante, Corral de la Yegua, Rancho Julián, Puesto La Playa”,
Me cuenta Don Luis, que comienza a entusiasmarse,
“Los primeros días, los primeros años diría, fueron difíciles, como toda persona que empieza en un lugar que no conoce, no estaba adaptado al clima, por eso con el patrón, la persona que yo había arreglado, me dijo “bueno vamos a hacer un contrato enseguida, por 3 años…5 años…con prórroga, como quiera”. Le dije que me diera un año para probar si me gustaba, si me hallaba, quería ver qué cantidad de animales había y si me adaptaba, y así me quedé, pero si, no me gustaba el viento, en la costa mucho viento. Hoy día ya no es tanto, o será que me adapté más al clima, pero hoy ya estoy mucho más tranquilo. Antes esos viajes hasta Moat para ir a buscar las cosas eran una tortura, una tortura eran, y hoy día ya para mi es un trámite más ya, no significa gran cosa para mí, pero me costó sí, me costó bastante, bastante me costó”.
Ahora el entusiasmo es mío y le pregunto: ¿cómo era la vida cuando llegaste a la península?, piensa y comienza a desenterrar lejanas vivencias.
“Era fatal y más para mí que era la primera vez que andaba en la costa. 16…20 grados bajo cero, escarcha, tempranamente tenía que herrar caballos, aunque sea dos para salir a buscar provistos o en caso de accidente tener como moverme, si no, no se podía salir, con caballo liso no salís a ningún lado, y la escarcha perduraba, empezaba a escarchar y no se iba hasta la primavera. Hoy día hace años que no escarcha, con ese tema del calentamiento global y parece ser que es cierto porque pasan años redondos sin herrar con ganchos, ni escarcha siquiera ya, ha cambiado totalmente acá, 100 x 100 un giro de 360 grados ha dado acá del tiempo que llegue al momento que estoy ahora«.
Sacrificio y adaptación
En mis dos viajes a la Península Mitre experimenté la rudeza de vivir allí, y de solo imaginarme como habrá sido para él en esos tiempos, me perturba.
“No había nadie acá, estaba solo y en la costa sur, que cruzaba el Rio López hacia adentro. El único que estaba en la zona sur, en Casa Vieja, era Pati– (Vargas, otro gaucho solitario) –. Estaba casi toda la península abandonada, incluso Puerto Español (en Bahía Aguirre). Solo había personal de la Armada en Buen Suceso y en la zona norte, en Policarpo que estaba Adolfo Imbert. En un momento quedé solo solo, se había ido Pati y la gente de la Armada de Buen Suceso, que volvió cuando se perdió una persona. Me había dejado guacho guacho, estuve solo completamente”.
¿Qué hiciste en esos primeros tiempos?
“Lo primero que hice esos primeros tiempos fue sobre todo conocer el campo, la tabla de mareas, entrar en cañadones, conocer ríos, pasos, entrar en los cerros, por atrás de la cordillera, donde recorrían, donde andaban los animales para poder sacarlos, experimentando y conociendo el lugar, así que me lo pasaba afuera, eh?, me echaba 3 o 4 atados de cigarros en el bolsillo y hasta que no los terminaba no me volvía, sabía andar semanas enteras, sin comida me quedaba, me entusiasmaba demasiado. Comiendo huevo de avutarda, carneando algún mamón ahí, así me lo pasaba, pero tenía un alma de conocer, siempre fui así, conozco mucho de mi país, porque siempre me gustó, soy así del estilo Diego Promenzio, una cosa así, jajaja”.
Se ríe, y asombrado por tal comparación, me río yo también…
Adaptarse a un lugar así no es nada sencillo, ¿Qué fue lo que más te costó?
“Lo que más me costó como no había estos medios de comunicación que hay ahora, nada, no podía marcar una tabla de marea, a veces llegaba a los pasos que tenía que pasar y estaba la marea arriba, como no los podía pronosticar de otra manera, no tenía los conocimientos, tenía que volverme para atrás, muchas veces con cargueros, y le erraba a los horarios, eso fue lo que más me costó, fatal eso. Hoy día ya no porque con estos medios de comunicación, teléfono mismo, ya tengo la tabla, marco y ya sé mañana a qué hora tengo que salir, a qué hora sube a qué hora baja, cuanto lo que va a subir, cuanto lo que va a bajar, bueno uno ya sale ahí más tranquilo y más seguro, antes, los primeros tiempos, como no existía este medio, me costó muchísimo, para que vamos a negar”.
Pienso que deben haber sido días muy difíciles, pero que seguramente también habrá habido días mejores, le digo, y continúa,
“El mejor día que recuerde fue una vez que me vinieron a festejarme un cumpleaños. Vinieron varias gentes que ya habíamos empezado a transitar el tema del turismo yo y empezaban a llegar acá y bueno se notificaron cuando era mi cumpleaños y se unieron entre todos y todos pusieron un poquito de todo y se vinieron a festejar mi cumpleaños y hasta me regalaron un teléfono. Ese, cálculo fue el mejor día, pero tuve muchos momentos lindos con la gente que me aprecia y gente que yo también aprecio. Viene gente muy cercana, muy amable y muy linda acá por eso que no me he ido de acá”.
Y si hubo de los buenos, debes haber sufrido de los otros, ¿no?
“El peor día fue una vez que me largué ahí en Slogget, la Vuelta de La Piedra que hay que largarse con marea baja, me largué con marea baja pero tenía viento en contra y yo no lo tenía bien estudiado porque el mar varía, me arrinconó contra la barranca el mar, los perros pasaban por arriba mío, me llevaba el caballo para adentro cuando las olas rompían contra la barranca me llevaban el caballo 30…40 metros para adentro y cuando venían esas olas bajas trataba de disparar, pensé que no salía, estaba más muerto que vivo, esa vuelta fue el peor día de mi vida, que putee hasta dios y a maría santísima, quien me manda a huevear así si no tenía obligación”.
La naturaleza salvaje de estos lares, lo puso rápidamente en su lugar y le hizo entender que nadie puede someterla. Y que incluso el mar, las barrancas, el frío o el viento pueden ser sus aliados o sus enemigos.
Se nota que la pasó mal y me deja una reflexión.
“Hay que respetar el mar ese si es jodido, tiempo después mató unos caballos, se salvó un amigo mío, pero le ahogó 13 perros y yo le había explicado el tema ese unos días antes, pero se largó igual. El mar es muy jodido hay que tener mucho cuidado a la naturaleza, peligrosísima, ese fue el peor día, no me olvido jamás, tenía una impotencia, pensé que no salía, me quedaban 200 metros que eran eternos, pero gracias a dios estoy acá para contarlo y para que nunca más me suceda”.
Enamorado de su lugar en el mundo, su labor diaria allí, la percibe de una manera muy especial.
“Mas que un trabajo lo defino como una responsabilidad y unas ganas de encontrarme con gente de tanto tiempo que estuve solo porque los primeros años acá eran fatales, no había un cristiano ni por joda, la única vez que veía una persona era por revistas, era impresionante, pasaban meses redondos sin ver un alma acá, años redondos te diría, en esos momentos tenía el deseo de encontrarme con alguien que después se fue haciendo cotidiano con el turismo y la promoción que se le está haciendo a la península, más el documental que hicieron esos chicos (se refiere al famoso y galardonado documental “Península Mitre”, de Los Gauchos del Mar), porque esto era poco conocido y quien iba a venir acá tan a trasmano, donde cuesta tanto traer las cosas?, era impensable ver gente por acá. Jamás me imaginaba, sabía andar solo caminando a caballo, por cualquier lado que anduviera el campo o la playa nunca traía eso en la cabeza que iba a ver una persona adelante mío porque no sucedía, después empezó a pasar eso”.
¿Sentiste miedo alguna vez estando allí?:
“No, no, miedo en la península no, tranquilidad, podes dormir tranquilo con las puertas y las ventanas abiertas, aparte siempre estas protegido de tus perros, no, no, no. Y si viene gente a cualquier hora de la noche como han sabido caer por ahí con luces de linterna por ahí son caminantes, gente toda re piola, que le ha agarrado la noche y sabían que había un rancho cerca y le seguían dando a luz de linterna con tal de llegar, no, no, no, acá no hay por qué temer, gracias a Dios. Donde hay es en las ciudades grandes, pero acá no, hay una tranquilidad enorme”.
¿Sufriste algún accidente que recuerdes especialmente?
“Si, el accidente que todo el mundo sabe, que estuve tres meses solo, me entablillé solo, con tablas que tenía de cajón para hacer fundas de cuchillo, me entablillé con harina. Me quebró un caballo, me dio vuelta arriba de un palo y me quebró, estaba solo en pleno invierno en la península, no tenía medio de comunicación, nada, la pasé muy mal yo esa vuelta, estuve un mes sin moverme, quemé hasta los bancos, las camas, las tablas de picar carne, la de sacar botas, todo lo que tenía alrededor porque no podía salir, mis perros sin comida, les desclavé los cueros que tenía ahí estaqueado y se los tiré, ya se estaban muriendo los perros de hambre, estuve muy mal esa vuelta, me iba a matar yo. Decí que vi mi pata porque tenía azul desde la punta de la uña, hasta los huevos arriba, negro, después vi que empezó a ponerse rosado y empezó a cambiar el color, empecé a agarrar ánimo, me iba a liquidar, había medido el arma de la punta de los pies hasta debajo de la boca, y miraba mis perros le corrían las babas en puerta, ya les había hecho toda la comida que tenía, le herví todo, le daba todos los días, y yo tenía pastillas y salmuera, me echaba en la pata, fría, caliente, no podía dormir del dolor, me la colgaba con soga, ahhh no sabes lo mal que estuve paisa, no tenés ni idea”.
No puedo imaginar una situación más adversa, el sufrimiento de un ser humano casi olvidado por el mundo que, luchando por sobrevivir sin muchos medios, a fuerza del característico coraje correntino, logró así también ayudar a sus compañeros de cuatro patas.
“Y por amor a mis perros, que los miraba muertos de hambre ahí, no me maté, aguanté, cuando vi que cambió el color no tenía nada para comer, me quedaba más o menos un cuarto de paquete de arroz, eso fue lo último que me comí ahí, así hervidos, sin nada, no tenía sal, comí pan del indio, no tenía sabor a nada eso, hasta que agarré, pude montar a caballo y me vine hasta Punta Ibarra, el puesto donde estoy ahora, acá había algo pa´ comer, azúcar, así que estuve un par de días más acá y de ahí emprendí viaje para Moat. Los milicos estaban preocupados ahí. Me dijeron que habían mandado a Pati a ver que El Paisa que hace tanto tiempo que no viene, No, dice, si ese se fue a la veranada. Dice que vino hasta la Mata Caballos”– una bajada muy empinada y peligrosa en zona de acantilados – “y miró hacia Punta Ibarra, este rancho donde estoy ahora y no había humo y se volvió, puras mentiras, ni vino, pero bueno, zafé de esa, pasé por la parte más angosta del embudo, paisa he?”
El Pan de Indio en Tierra del Fuego es un hongo comestible que crece en los árboles nativos del sur como el Ñire, la Lenga y el Coihue, son una buena fuente de agua mientras se recorre el bosque. Fue consumido por los pueblos originarios Yámanas y Haush. Lo probé alguna vez, la verdad no tiene gusto a nada. Se asemeja a una pelota de golf.
Esta comarca es tan grande …me pregunto si habrás podido recorrerla toda y si hay alguna zona que te cautive más.
“Si, si, prácticamente toda la península, y yo conozco más afuera de la península. Mi zona favorita acá es siempre la costa sur, porque la costa norte es mucho viento y es mar abierto. Acá tenés un poco el canal (Beagle) que más o menos algo te protege, y no es tanto pero allá en la costa norte es permanente el viento y es todo claro, limpio y da de lleno el viento”.
Es imposible describir este lugar, un entorno que abruma, que es dramático, salvaje y prístino a la vez. Pero la naturaleza en esta zona imagino debe proporcionar placeres que cuesta disfrutar en otros lados, ¿no?.
“Acá aspiras aire puro, al que es medio ermitaño y le gusta un poco la soledad, le viene de perillas, yo los primeros años vivía en soledad y me gustaba, ahora ya no, aprendí a convivir y siempre hay algún otro que viene y me pone contento y me da más energía, más ganas de vivir y bueno, ya te vas acostumbrando, aparte vas sumando cositas, compromiso con gente, acá te hablan de un año pal otro.
Si bien disfrutabas de esa soledad, si se quiere forzosa, ¿cuánto tiempo fue lo máximo que pasaste sin ver otro ser humano en Mitre?
“Los primeros años que llegué pasaban años completos, posiblemente pueda haber andado alguno o alguna persona en la costa, pero como no estaba en la costa yo, estaba 10 kms para arriba sobre el rio López, en el Rancho e´ Lata, capaz que justo cuando yo venía, esa persona ya había pasado o bien no había pasado nadie, pero si, era muy difícil encontrar una persona”.
Don Luis recuerda también días de ansiedad y deseos de tabaco.
“En un momento que venía del Rancho e´ Lata, sin cigarro por supuesto viajes largos, me quedaba dos días todavía para llegar a Moat, con la esperanza de manguearle un cigarro a los milicos ahí, o bien esperar al patrón, en ese tiempo no tenía teléfono, nada, había que usar la radio, que te confirmen la fecha, cuando iban a venir, no era fácil, esperar un par de días más, era muy complicado, ahora con estos teléfonos y el internet en Moat, antes no había internet en Moat tampoco. Ahora tengo hasta yo en Punta Ibarra, mira lo que son las cosas, se simplificaron todas las cosas, así que venía siempre cabizbajo, porque costaba todo, muchísimo más que ahora por supuesto. De repente iba llegando a la playa y vi dos personas ahí en el Rancho e´ La Playa, que alegría que me dio, y ahí nomás a los muchachos también le dio alegría ver una persona a caballo, y ya nos empezamos a hablar y ya le pedí un cigarro, era 5, 2 estaban ahí y 3 andaban por la draga, me dieron un atado de cigarro y un encendedor, faaaaa, el hombre más feliz de la vida, ¿eh?”.
Poco a poco las cosas fueran cambiando para el Paisa y la zona.
“Y después esos encuentros empezaron a ser más frecuentes, pero no tanto, no te voy a decir que todas las semanas no, no, cada seis meses, 7 u 8 meses por ahí chocaba algún otro y después ya bueno, con ese documental que se mandaron estos chicos, Los gauchos del Mar, esto ya empezó, porque antes esto no le conocían demasiado, ese documental fue el que lo promocionó más”.
Estos gauchos acuáticos, Joaquín y Julián Azulay, son dos hermanos surfers marplatenses que hacen espectaculares documentales laureados internacionalmente, donde se los ve domando olas alrededor de los sitios más icónicos del mundo. Algo así como el programa de Tv “MDQ” pero más serio.
¿Cómo transcurre un día típico tuyo en la península?
“Un día mío en la península es siempre igual, siempre agitado, atar, largar algún perro, ir a ver los caballos y empezarme a preparar, las distancias son lejísimas acá. El día se te va, no te das ni cuenta acá. Muy, muy, muy agotador también, termino en las tardes, con la leña, acarrear la leña, la comida, el pan, todo te lleva su tiempo. Los animales, 50% de mi día es para atender los animales”.
Cada gesto parece calculado y medido. No hay mucho lugar para el ocio en Mitre, cada acción tiene su propósito y cada minuto cuenta. La soledad tiene peso y la naturaleza marca el ritmo de la vida. Las jornadas se despliegan con precisión salvaje.
¿Y Podrías volver a vivir en una ciudad?
“Si, si, si, totalmente, puedo vivir en una ciudad, es más te cuento, soy re cariñoso con los pibes, todo y eso que en veces yo he matado toros salvajes, me han matado los perros, los he matado a garrotazos, a pesadumbre, le miraba yo que me mataba un perro o un caballo así, lo miraba o si tenía un lunar lo dejaba identificado en mi mente, lo perseguía por meses, el día que lo encontraba, era re hereje yo, lo mataba a pesadumbre, en el campo tenés que ser así, temperamental en estos laburos con ariscos porque si no, no te metas porque no vas a servir. Vadear ríos y enlazar, atar toros salvajes, andar con los caballos, tenés que ser enérgico y decidido. Y yo llego al pueblo y soy una dulzura tremenda con los nenes, me gusta comprarle golosinas, entretenerlos, jugar con ellos, o sea, los dos polos, ternura encima y la brutalidad por otro lado, que yo mismo en veces solo acá me pregunto, es difícil, pero es lindo estar solo, te analizas bien tu vida y sabés hasta donde te da el rollo”.
La fría rudeza y la cálida ternura personificadas en un solo ser humano.
La comida en Mitre
¿Cómo manejás el tema de la comida en un lugar tan aislado?
“Mi alimentación consiste en carnes, acá vegetales, todo un poco, un poco de fruta, por ahí hacemos una pizza, ahora traje cocina a gas y por ahí nos damos algunos gustitos, por ahí siempre los turistas traen alguna trucha, la hacemos al roquefort, traen cositas y las mezclamos acá. Hacemos con batata frita los pescaditos, preparamos de todas formas, no, no es problema, es como en el pueblo, no hay gran diferencia. El asunto es que cuesta cargar las cosas nomás, pero bueno acá siempre se le da una buena utilización y sirve para una buena alimentación, eso si”.
Eso de subsistir a más de 100kms de un supermercado debe tener sus bemoles, ¿no?.
“Y acá subsisto… siempre precario, ¿no? Pero bueno…teniendo animales salvajes y acarreando yerba, lo más cerca que tengo es Prefectura ahí donde voy a buscar las provistas. Los primeros años siempre escaseaba alguna cosa, nunca estaba completo, es imposible estar completo acá, semejante distancia donde hasta traer un paquete de yerba incomoda, tenés que hacerlo todo a caballo, días de lluvia, viajes largos. El primer puesto que tengo para traer cosas son 7 horas a caballo, con carguero, tratar de venir despacio, no romper nada, es muy sacrificado acá, no es fácil, los senderos no son derechos ni planos ni mucho menos, variables, turba, enterrás los caballos, vas por las piedras, subidas bajadas, un monte es muy accidentado”.
Con el tiempo las cosas fueron cambiando un poco en su vida, y me cuenta: “Una vez apareció un caminante que me dijo: ¿no me puede llevar la mochila y yo le pago unos mangos?, bueno le dije, tengo un carguero. Y después otro y otro y empezaron a preguntarme que me hacía falta, y me acercaban víveres a Moat y ahí se fue poniendo mejor esto al menos para mí, ¿no?”
Palabras sencillas, pero que reflejan la austeridad y el ingenio de quien vive al margen de la civilización. La comida, al igual que todo en estos confines, es funcional, rápida, y siempre ligada al trabajo y la supervivencia.
Las estancias patagónicas son tan vastas que una sola casa no alcanza. En su inmensidad suelen levantarse varios ranchos o puestos, refugios distribuidos que son punto de apoyo en medio de una soledad donde la distancia se mide en horas a caballo y cada río o montaña marca una frontera natural. La que lo acobija El Paisa no es la excepción.
¿Sé que habitas más de un rancho, como se llaman y donde está ubicado cada uno?.
“Bueno si, en realidad los ranchos son varios, pero son 3 nomás los que ocupo yo, es este Punta Ibarra, Rancho Julián, que puse en memoria de un muchacho que se ahogó en el López. Le pedí permiso a la familia para poner el nombre de él y me autorizaron. Además, era amigo mío el chico este, así que bueno, Rancho Julián, que es más precario que este, más chico pero acogedor, el lugar es muy lindo, la gente quiere mucho ese lugar, siempre me dicen, pero yo abandoné ahí porque están los bagualeros, así que no, más adelante voy a ver una vez que se retire esta gente voy a ver que hago ahí, y justo es el paso ahí, el paso para cruzar el Rio López, justo, justo, ahí está el paso”.
También me describe su famoso “Rancho e Lata”.
“Este queda aproximadamente 10kms arriba sobre el Río López, de la costa, 10kms más o menos, en línea recta con GPS, de ahí ponele las vueltas un poquito más, pero bueno es ahí donde está el casco, pero ya ese rancho es lindo, grande, tiene cocina a leña con horno, un rancho que es grande, pero que queda muy retirado para mí ya, como que estoy abandonando ya ese rancho.
Por el Rancho e´ Lata está el otro paso que se hace por atrás de Puerto Español, que se llama el Valle de la Muerte. O sea, Rancho Julián va por la costa y de Rancho e´ Lata por atrás de la Cordillera. Son dos ranchos intermedios que están espectacular para los que transitan a pie por esos lados. Estoy habitando más este rancho que es Punta Ibarra, que me queda más cerca de Moat”.
Don Luis enumera sus refugios como si fueran parientes queridos, en su relato, los ranchos no son simples construcciones de madera y chapa, ni lugares donde dormir o guardar herramientas, cada uno es un capítulo de su vida, cada rancho guarda una historia, una memoria y hasta una pérdida. En ellos se lee la vida del Paisa. Sus ranchos, pienso, son testigos mudos de la soledad más extrema del fin del mundo.
Hoy quiero contarles sobre uno de esos lugares que, aquellos que realmente amamos la Patagonia, no logramos entender que aún sea casi desconocido y como a mí me gusta que la gente conozca la Patagonia, por eso de que nadie valora o cuida lo que no conoce, les voy a hablar sobre él. Este sorprendente […]…
En la ciudad de Neuquén se ejecuta una obra clave sobre el arroyo Durán que busca evitar nuevas inundaciones y, al mismo tiempo, mejorar la calidad urbana y ambiental de la zona. Se trata de un plan provincial que apunta a reforzar la capacidad del cauce frente a lluvias intensas y al crecimiento de la ciudad.
Los trabajos actuales corresponden a la cuarta etapa del proyecto y se desarrollan entre las calles Saavedra y Bejarano. Allí se está ampliando y adecuando el lecho del arroyo para que pueda recibir y drenar grandes volúmenes de agua. Además, se realizan mejoras en senderos, iluminación y limpieza de sectores donde el sedimento reducía el paso del agua, como en los puentes de La Pampa y Río Negro.
Foto: Prensa Provincia
Un punto central de la obra es la zona de expansión ubicada al sur de las 127 hectáreas, que funciona como un reservorio natural cuando se registran tormentas fuertes. Ese espacio cumple el rol de contener el exceso de agua y evitar desbordes, como los que en 2014 afectaron a distintos barrios de la ciudad. A esto se suma un plan de mantenimiento anual para los diez kilómetros del arroyo, garantizando su buen funcionamiento.
Foto: Prensa Provincia
La inversión provincial supera los 2.500 millones de pesos y es financiada íntegramente con fondos locales. Las autoridades remarcaron que, además de resguardar la seguridad de las familias neuquinas, la iniciativa permite embellecer el entorno con más espacios verdes y áreas urbanizadas que benefician directamente a los vecinos.
A través de un convenio que firmaron este lunes el gobernador Rolando Figueroa y el intendente de Neuquén, Mariano Gaido, se reactivarán las obras sobre el arroyo Durán, en la zona sur de la capital neuquina, que estaban paralizadas desde el año pasado. Estas obras significan “soluciones para los vecinos, para mejorar la calidad de vida”, señaló el mandatario provincial, al tiempo que el jefe comunal destacó que la paralización de los emprendimientos “no solo afectan a las obras sino a los barrios aledaños cuando llueve”….
El fuego comenzó cerca de la 01:50 mientras el boliche estaba lleno de gente. Las llamas se propagaron sobre el escenario y generaron momentos de confusión y tensión entre los asistentes, que rápidamente fueron evacuados siguiendo los protocolos de emergencia.
Bomberos locales y personal policial llegaron al lugar para controlar el fuego y asegurar que no se extendiera a otras áreas del establecimiento. Los organizadores destacaron que la evacuación se realizó de manera ordenada y en pocos minutos, priorizando la integridad de todos los presentes y evitando lesiones.
El evento fue suspendido y será reprogramado, mientras peritos especializados continúan investigando la causa exacta del cortocircuito. La organización aseguró que reforzará las medidas de seguridad para futuros eventos.
El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, anunció que enviará un proyecto de ley para la creación de una nueva moneda para la provincia con el objetivo de que los riojanos «no se mueran de hambre». En medio del aumento de los precios en góndolas, Quintela aseguró que buscará convocar a sesiones extraordinarias para conseguir […]…
Un nuevo hecho de violencia sacudió a Rosario en la noche del martes. Cinco jóvenes fueron baleados mientras jugaban un partido de fútbol en el barrio Empalme Graneros. El ataque ocurrió cerca de las 21.30, en una cancha ubicada en Barra al 1300 bis, cuando un desconocido abrió fuego y luego escapó del lugar.
Los heridos y su estado de salud
Las víctimas, con edades que van desde los 16 hasta los 23 años, fueron trasladadas de urgencia a distintos centros de salud. Cuatro de ellos ingresaron al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez y uno fue derivado al Hospital Alberdi, tanto en vehículos particulares como con apoyo de fuerzas de seguridad.
Entre los heridos se encuentra un adolescente de 16 años con un disparo en una mano, y un joven de 19 años con una herida en el brazo derecho que le provocó una fractura. También resultaron heridos otro joven de 19 (con un impacto en el muslo derecho), uno de 23 (con un disparo en la pierna izquierda) y un joven de 20 (con un balazo en una pierna).
Fuentes médicas confirmaron que los cinco jóvenes permanecen bajo observación hospitalaria, aunque ninguno de ellos corre riesgo de vida.
El ataque fue rápidamente informado a las autoridades. Gendarmería y la Policía de Santa Fe intervinieron en el lugar y comenzaron a recolectar pruebas para determinar el móvil de la balacera. Hasta el momento no hay detenidos y las causas del ataque se mantienen bajo investigación.
La violencia en Rosario alcanzó un nuevo nivel de crueldad. Hugo Orlando Silva, un hombre de 45 años en situación de calle, murió este domingo en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) tras un ataque salvaje e inhumano….
El entrenador de Boca pasó su tercera noche internado y, por indicación médica, seguirá en observación hasta que la infección desaparezca por completo. Los médicos le mantienen el suero, la hidratación y los antibióticos, ya que los cultivos detectaron una bacteria resistente que requiere atención intensiva.
Russo continúa internado y sin fecha de alta
Russo, permanece internado en la clínica Fleni bajo tratamiento por una infección urinaria y, por el momento, no tiene fecha de alta. Según su entorno, el entrenador de 69 años se encuentra de buen ánimo y con deseos de regresar a su casa para retomar la conducción del plantel. Sin embargo, los médicos fueron categóricos: no podrá dejar la clínica hasta que la infección esté controlada por completo.
En los últimos días, Russo recibió la visita de su hijo Ignacio, delantero de Tigre, y de su ayudante de campo, Claudio Úbeda, quien se acercó al sanatorio para acompañarlo. Mientras tanto, Úbeda encabeza los entrenamientos de esta semana junto al resto del cuerpo técnico —Juvenal Rodríguez, Adrián Gerónimo, Cristian Aquino y Cristian Muñoz—, de cara al partido del domingo 14 frente a Rosario Central en Arroyito.
Silencio institucional
Por su parte, Boca mantiene el silencio institucional respecto al estado de salud de su entrenador. El club no emitió comunicados oficiales y sigue de cerca la evolución del DT, a quien se lo había notado desmejorado en sus últimas apariciones: permaneció sentado en el banco, sin dar indicaciones, con claros signos de cansancio. En la dirigencia confían en que la internación le permita recuperarse y regresar cuanto antes al mando del equipo.
Plaza Huincul anunció que hará una campaña de donación de sangre el próximo 12 de diciembre. Brian Vázquez, integrante de la Comisión Directiva de la Peña Boquense de Cutral co, habló con Radio Cumbre AM 1400 y contó cómo se puede participar: “Ya tenemos todo listo para recibir a la gente en nuestra sede en el Barrio Parque Oeste de Cutral Co”…