Jueves Negro: el día que cambió la economía mundial y dio lugar al keynesianismo
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Jueves Negro: el día que cambió la economía mundial y dio lugar al keynesianismo

 

A 96 años del Crack.

Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

El 24 de octubre de 1929, la Bolsa de Nueva York sufrió un colapso histórico que marcaría el inicio de la Gran Depresión, un desastre económico que sacudió al mundo y dejó cicatrices profundas en millones de familias. Conocido como el Jueves Negro, ese día no solo se desplomaron los números en los tableros de Wall Street, sino también la confianza, la estabilidad y la seguridad de quienes habían invertido su vida en la ilusión de un mercado imparable.

El derrumbe que sacudió al mundo

Desde temprano, los corredores de bolsa se movían entre papeles y teléfonos con un frenesí que rozaba la histeria. Los gritos de “¡Vendo, vendo!” resonaban por los pasillos del edificio de la Bolsa, mientras los precios de las acciones caían sin pausa. Millones de dólares desaparecían de los balances en cuestión de minutos, y la sensación de pánico era palpable incluso en las calles adyacentes, donde pequeños inversores, con la esperanza de recuperar algo de su dinero, miraban las ventanas del edificio con ansiedad y miedo. Bancos cerraban sus puertas sin previo aviso y los ahorristas se enfrentaban a la amarga realidad de que sus fondos se habían volatilizado.

La caída no se limitó a Wall Street: las repercusiones se sintieron de inmediato en Europa, aún vulnerable tras la Primera Guerra Mundial, y en América Latina, cuya economía dependía en gran medida de la exportación de materias primas. Exportadores y comerciantes vieron cómo sus ingresos se desplomaban, mientras el desempleo crecía y la pobreza se multiplicaba. La Gran Depresión dejó en evidencia la fragilidad de los sistemas financieros globales y cómo la codicia y la especulación sin control podían desencadenar un desastre de alcance planetario.

Familias y vidas arrasadas por la crisis

Mientras los corredores corrían entre los pisos de la Bolsa, en los barrios de Nueva York la historia era otra: familias enteras veían sus ahorros desaparecer y sus viviendas amenazadas por la imposibilidad de pagar hipotecas. El miedo y la incertidumbre se respiraban en cada esquina, en los bancos cerrados, en las tiendas con escaparates vacíos y en los cafés donde antes se celebraban pequeñas ganancias. Los niños aprendían temprano que los números de la Bolsa podían determinar la vida de sus padres, y los adultos comprendían de golpe que la especulación financiera podía arruinar años de trabajo y esfuerzo en un solo día.

El surgimiento del keynesianismo

El impacto del Jueves Negro y la posterior Gran Depresión inspiraron una revolución en la forma de pensar la economía. John Maynard Keynes, economista británico, planteó que el Estado debía intervenir activamente en la economía, regulando los ciclos, estimulando la demanda y protegiendo a los sectores más vulnerables. Sus ideas rompieron con la doctrina del laissez-faire y sentaron las bases de las políticas que décadas después ayudarían a evitar crisis de igual magnitud. El keynesianismo se convirtió en un faro para los gobiernos, demostrando que la planificación, la regulación y la intervención estratégica podían ser la diferencia entre el colapso total y la recuperación sostenida.

Lecciones de la historia

El Jueves Negro enseñó que los mercados no son infalibles y que la codicia desenfrenada puede destruir vidas enteras. No bastan los balances ni los números en las pantallas: la economía tiene consecuencias concretas en la vida de las personas. La historia de aquel jueves fatídico recuerda que, sin regulación, supervisión y políticas públicas inteligentes, la especulación puede desatar crisis que atraviesan fronteras y generaciones.

Hoy, casi un siglo después, el Jueves Negro sigue siendo una advertencia viviente: un recordatorio de que la economía debe equilibrar mercado e intervención estatal, y de que la codicia sin control puede ser tan destructiva como cualquier catástrofe natural. Aprender de esa historia es imprescindible para no repetir los errores que marcaron a millones de personas y transformaron el mundo para siempre.

 

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