El futuro es renovable: cómo la energía limpia transforma al mundo
Este martes, se publicó un informe especial de Naciones Unidas destacando los avances mundiales en materia de energías renovables en los últimos 10 años. En la última década, desde la firma del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, las energías renovables han dejado de ser una promesa lejana para convertirse en una opción atractiva y accesible en casi todo el mundo. El avance es tan acelerado que supera incluso las predicciones más optimistas: tanto la energía solar como la eólica, junto con el auge de los vehículos eléctricos, están impulsando una transformación profunda en la matriz energética mundial. Pero paradójicamente, estas energías son vulnerables a la variabilidad y los fenómenos extremos, que se prevé se intensifiquen con el cambio climático. Por esto, en las próximas líneas, analizaremos algunos datos del crecimiento de las energías renovables a nivel mundial y otros datos un tanto desalentadores del calentamiento global.
Este informe fue publicado por el Secretario General de Naciones Unidas, detallando los beneficios y las acciones necesarias para impulsar la transición energética a nivel mundial. La capacidad de generación instalada a nivel mundial de energías renovables ya casi iguala a la de combustibles fósiles. El año pasado, casi toda la nueva capacidad de generación construida provino de energías renovables. En todos los continentes se incorporó más capacidad renovable que combustibles fósiles. Y las renovables generaron casi un tercio de la electricidad a nivel mundial.
En Argentina, en lo que va de este año, toda la generación nueva o ampliación de centrales existentes, ha sido sólo en energía renovable. En este semestre los más de 500 MW instalados de capacidad de generación se reparten entre energía solar (casi el 75%), energía eólica (casi el 20%) y biogás (el resto). Cifra más que interesante, si vemos que en todo el 2024 se habían agregado poco más de 700 MW de energía renovable.
Y se preguntaran ¿por qué está sucediendo esto a nivel mundial? El descenso de los costos de la tecnología renovable es impresionante. Entre 2010 y 2022, la energía solar y eólica empezó a competir en precio sin necesidad de subsidios. En el 2023, el 96% de las nuevas centrales solares y eólicas terrestres producían electricidad más barata que cualquier nueva central de carbón o gas. De hecho, la electricidad solar llegó a costar cerca de 4 centavos de dólar por kilovatio hora, y la eólica terrestre quedó por debajo de los 4 centavos. Al mismo tiempo, instalar una central de energía renovable puede tomar de uno a tres años (o menos para instalaciones solares pequeñas), en comparación con los largos plazos de construcción de plantas de carbón, gas o nucleares, que pueden tardar hasta 10 años. Este gráfico del informe de Naciones Unidas https://www.un.org/sites/un2.un.org/files/un-energy-transition-report_2025.pdf marca esta tendencia mundial, las líneas rojas son los costos de la electricidad de cada tecnología y la línea azul la potencia instalada. La caída de costos de la energía solar (Solar PV) y la eólica en tierra (Onshore Wind) es impresionante.

En 2024, el 92,5% de la nueva capacidad eléctrica añadida a nivel mundial fue de fuentes renovables. La generación de electricidad a partir de renovables creció un 81% entre 2015 y 2024, mientras que la de combustibles fósiles solo aumentó un 13%. Las cifras hablan por sí mismas: el mundo está cambiando de rumbo.
Pero todavía existen desafíos por resolver. Aunque los avances son notables, el camino hacia la transición energética plena aún tiene varios obstáculos. La mayoría de las inversiones y las nuevas centrales se concentran en países desarrollados y en China. Por ejemplo, África representa solo el 1,5% de la capacidad renovable instalada a nivel mundial, aunque alberga al 85% de la población mundial sin acceso a electricidad.
Otro reto es la infraestructura: miles de proyectos renovables esperan conexión a la red eléctrica, que en muchas regiones necesita modernizarse y expandirse. Es el caso de nuestro país, desde hace años, solo se instalan nuevas centrales donde hay capacidad de transporte de electricidad. El último parque eólico inaugurado en la Patagonia fue en diciembre del 2021, a pesar de la calidad de los vientos en esta región. Pero cabe destacar que, pese al crecimiento en generación eléctrica, los combustibles fósiles siguen predominando en sectores como el transporte pesado y la industria.
Otro desafío pendiente es el financiamiento, que resulta crucial, especialmente en mercados emergentes y países en desarrollo fuera de China, que deberán aumentar su inversión anual entre cinco y siete veces para alcanzar los objetivos a nivel mundial de reducción de emisiones.
No podemos dejar poner especial atención en que la generación con energía limpia, especialmente la solar, eólica e hidroeléctrica, dependen de las condiciones meteorológicas, hídricas y climáticas. Son fuentes de energía vulnerables a la variabilidad y los fenómenos extremos, que se prevé que se intensifiquen con el cambio climático. Para garantizar un suministro energético confiable, resiliente y seguro, es esencial integrar los datos climáticos en la planificación energética.
Y el impacto positivo de las energías limpias excede las ventajas de ralentizar el cambio climático. Este informe de Naciones Unidas estima que, en el 2023, los sectores de energía limpia impulsaron el 10% del crecimiento del PBI mundial. En India, el 5%. En Estados Unidos, el 6%. En China, líder en la transición energética, el 20%. Y en la Unión Europea, casi el 33%. Y los empleos en el sector de la energía limpia ahora superan a los empleos en combustibles fósiles, empleando a casi 35 millones de personas en todo el mundo. Hoy, cerca del 74% de la población mundial vive en países que dependen de importar combustibles fósiles, lo que los expone a vaivenes de precios y crisis geopolíticas. El caso de China y la Unión Europea, más allá de la distinta vara que puedan tener con respecto a la conciencia climática, son una muestra de que lo que prima es la independencia de las importaciones de combustibles fósiles, China es el mayor importador de petróleo y GNL, mientras que hasta el 2022, el gas ruso representaba el 40% de las importaciones europeas.
Mientras el mundo se encamina a abandonar los combustibles fósiles, también debe adoptar sistemas que puedan anticipar, adaptarse y prosperar en un clima cambiante. Los servicios meteorológicos, hídricos y climáticos son cruciales para impulsar un futuro energético limpio, confiable y accesible, como afirma la Organización Mundial Meteorológica. Pero ¿Por qué son importantes los servicios meteorológicos, hídricos y climáticos para la energía?
El cambio climático, impulsado por la actividad humana, rompió todos los récords en 2024. Según el reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), muchas de las consecuencias ya son irreversibles y seguirán afectando al planeta por siglos. Este informe destaca el gran impacto económico y social de los fenómenos meteorológicos extremos, que golpean tanto a comunidades como a economías en todo el mundo. Ya analizamos otro informe de esta organización el año pasado https://alertadigital.ar/que-esta-pasando-con-el-clima-y-quienes-son-los-responsables/
Los principales indicadores del cambio climático alcanzaron nuevos máximos históricos el año pasado. Si bien el aumento promedio de las temperaturas a largo plazo aún se mantiene apenas por debajo de 1,5 °C, el calentamiento de los océanos y el ascenso del nivel del mar ya son considerados efectos irreversibles. En 2024, se registraron concentraciones récord de gases de efecto invernadero, impulsadas por un fenómeno de El Niño especialmente intenso y otros factores. Estos elementos dispararon el calor global a niveles nunca antes vistos. Frente a este panorama, las alertas tempranas y los servicios climáticos resultan fundamentales para proteger tanto a las personas como a la economía. El informe de la OMM señala que 2024 fue, con alta probabilidad, el primer año en superar más de 1,5 °C de aumento de temperatura respecto a la era preindustrial (1850-1900), llegando a una media de 1,55 ± 0,13 °C. mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C. Lo que no hay duda es que el 2024, se trata del año más cálido desde que se llevan registros, hace ya 175 años.
Entre los datos más destacados de este informe podemos encontrar:
- La concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera alcanzó su nivel más alto en 800,000 años.
- Cada uno de los últimos diez años ha sido uno de los diez más cálidos jamás registrados.
- El contenido de calor de los océanos batió récords por octavo año consecutivo.
- El ritmo de aumento del nivel del mar se duplicó desde el inicio de las mediciones satelitales.
Las temperaturas récord de 2023 y 2024 son consecuencia directa de las emisiones continuas de gases de efecto invernadero y el paso de condiciones de La Niña a El Niño. Factores adicionales, como cambios en el ciclo solar, una gran erupción volcánica y la disminución de aerosoles que enfrían la atmósfera, también pudieron contribuir a estos récords térmicos. En 2024, ciclones, inundaciones, sequías y otros eventos extremos provocaron el mayor número de desplazamientos de personas en los últimos 16 años, intensificando crisis alimentarias y generando enormes pérdidas económicas. Algunos ejemplos como en Estados Unidos, los huracanes Helene y Milton generaron daños millonarios y, solo Helene, provocó más de 200 muertes, el mayor número de víctimas fatales por huracán desde Katrina en el 2005. El ciclón Chido impactó Mayotte, Mozambique y Malawi, obligando solo en Mozambique a que unas 100.000 personas abandonen sus hogares.
En conclusión, hemos sufrido recientemente los efectos del cambio climático con eventos extremos, que en en menos de un año y medio azotaron dos veces con lluvias e inundaciones a Bahía Blanca. Como menciona este informe de la OMM, la comunidad internacional está intensificando esfuerzos para robustecer los sistemas de alerta temprana y servicios meteorológicos, claves para la adaptación ante estos estos impactos y el fortalecimiento social y económico https://earlywarningsforall.org/site/early-warnings-all . Pero todavía queda mucho por hacer, solo la mitad de los países cuenta con sistemas de alerta adecuados, algo que es urgente mejorar. Mientras que en nuestro país trascendió hace unos meses que se intentaría fusionar el Servicio Meteorológico Nacional y el Instituto Geográfico Nacional. El 2024, dejó en claro que el cambio climático no es un fenómeno futuro, sino una realidad que exige acción coordinada y urgente. Con tecnología, conocimiento y cooperación, aún estamos a tiempo de encaminarnos hacia un futuro más seguro y sustentable. Tengan un excelente domingo. Nos llenos la semana próxima.
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