La investigación, que comenzó en julio luego de la denuncia de un hombre víctima de robo tras un encuentro por aplicación de citas, incluyó la incautación de dispositivos móviles, dinero en distintas monedas, chips telefónicos, prendas de vestir y pastillas de Zolpidem, y contó con la autorización del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 40.
Resultados de los operativos
En el procedimiento se incautaron más dispositivos móviles, tarjetas de memoria, chips telefónicos, dinero en moneda extranjera, un inhibidor de señal, prendas de vestir, perfumes y pastillas de Zolpidem, entre otros elementos de interés para la causa.
La investigación tuvo su origen en julio, cuando un hombre de 37 años denunció que había conocido a una mujer a través de una aplicación de citas y que, tras encontrarse en una pizzería y dirigirse luego a su domicilio, quedó dormido después de consumir bebidas alcohólicas, para despertar al día siguiente y descubrir que le habían robado joyas de oro, dinero en efectivo en distintas monedas, un teléfono celular, una notebook y otros bienes personales.
En paralelo, los investigadores lograron dar con la acusada a partir de la reciente detención de tres hombres por un robo automotor, constatándose que uno de ellos convive con “Heidi”, lo que permitió enlazar las distintas pesquisas y arribar al domicilio de la hermana ahora detenida.
En este caso, interviene el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 40, a cargo del Dr. Pablo De Simoni, que avaló la detención y dispuso las medidas de rigor correspondientes.
Arumcó significa para el pueblo ranquel “Dios del agua” y ese el nombre del malbec producido en La Pampa que fue sumergido en el fondo del río Colorado el 30 de abril de 2022. Luego de ocho meses de estar en esa cava subacuática, extrajeron las primeras botellas en una experiencia que se emparenta con la que lleva a cabo una empresa mendocina en Las Grutas y otra en Potrerillos….
En el marco del Día del Fotógrafo, Sebastián Vricella, secretario de Argra, compartió en una entrevista con AM Cumbre 1400 su trayectoria y pasión por la fotografía, un arte que combina técnica, vocación y compromiso con la realidad. Desde sus inicios influenciado por su padre hasta su dedicación al fotoperiodismo, Vricella relató cómo la fotografía se convirtió en su medio de vida y expresión.
La evolución tecnológica ha transformado la fotografía, pero Vricella sostiene que el profesionalismo sigue siendo clave. “En la época analógica, un rollo de 36 fotos era caro, había que pensar bien antes de disparar”, explicó. Y aunque hoy las cámaras digitales y los celulares democratizan la captura de imágenes, él defiende la autenticidad del fotoperiodismo: “La fotografía es una sola, una herramienta de expresión como el cine o la literatura”. Sobre la inteligencia artificial, advirtió que, aunque puede ser manipulada, no reemplaza la intención artística ni la verdad del acto fotográfico.
Cuando se le preguntó por su mejor foto, Vricella señaló que “la mejor siempre es la que está por venir”. Sin embargo, destacó imágenes tomadas en la meseta de Somuncurá, en Río Negro, durante un ritual de pueblos originarios por la vuelta del cóndor. “Ver la conexión entre lo sagrado, lo místico y la humanidad es algo que me marcó”, expresó, subrayando cómo esas fotos lo transportan emocionalmente a ese momento milenario.
El entrevistado cerró la entrevista reafirmando el valor de la fotografía como arte y herramienta de expresión. “Es como la literatura o el cine, un modo de mostrar lo que veo y siento”, dijo. Su mensaje resonó como un homenaje a todos los fotógrafos en su día, incentivando a quienes buscan capturar no solo imágenes, sino historias que perduren en el tiempo.
Emiliano Céliz nació en Córdoba y pasó la infancia en las proximidades del casco histórico de la ciudad, cerca de la Iglesia de la Compañía de Jesús, la Catedral y el Colegio de Monserrat. La arquitectura y la imaginería barroca de la manzana jesuítica lo entrenó en la apreciación del arte. Su padre, que era […]…
El evento, impulsado por el Ejecutivo provincial y coordinado por Ecydense, contó con el respaldo del gobernador Rolando Figueroa y el trabajo del vicepresidente de la entidad, Federico Bolan, con el objetivo de devolverle al recinto el esplendor de sus primeros años.
La celebración contará con un amistoso de básquet, actividades para niños, shows, souvenirs hechos con piezas del viejo piso y la presencia de figuras invitadas.
Desde aquel Torneo de las Américas de 1995 que inauguró el estadio Ruca Che, pasaron figuras como “Manu” Ginóbili, el “Chapu” Nocioni, Luis Scola y la Selección Argentina campeona olímpica. También fue testigo de recitales inolvidables con Charly García, La Renga, Abel Pintos y Soledad, hasta eventos internacionales.
Bolan reconoció con emoción que “después de un año y medio de trabajo, es otro lugar. El cambio más icónico es el parquet: ese piso de 30 años ya no estaba en condiciones de recibir un juego ni siquiera amateur… había partes donde la pelota no picaba».
“Queremos que vuelva el básquet profesional. Hoy nos reunimos con Sergio Gatti para aplicar a una fecha FIBA o nacional. Eso genera turismo deportivo y proyecta a Neuquén y a la provincia. Claro que depende de inversiones y del trabajo conjunto entre Estado, sector privado, deportes y turismo”, señaló el vicepresidente.
Además, reconoció que “la idea es aplicar a una ventana donde podamos participar desde el Estado, pero entender que es un conjunto de voluntades. Por suerte tenemos un gobernador como Rolando Figueroa, que lo entiende perfectamente”.
Una estrategia ambiciosa será recuperar el espacio de marcas y patrocinadores. La idea es tener mayores desafíos y con ello revitalizar el área comercial con el aporte privado como ocurrió en los primeros años donde se observaban grandes marcas.
“Es el estadio más importante de la Patagonia, y la Confederación Argentina de Básquet (CAB) y la FIBA conocen la necesidad de estos espacios”, explicó y agregó que “hoy esas ventanas son muy caras, pero se pueden juntar voluntades para achicar los gastos y convencer de que Neuquén tiene que ser otra sede importante a nivel nacional”
El funcionario informó que, entre otras inversiones, está la intención de adquirir un tablero fijo y evitar alquileres. Una decisión que irá atada a la futura homologación (que en la actualidad exige cambios, por ejemplo, en los vestuarios) para recibir fechas importantes e internacionales.
Bolan, destacó la labor de la ministra de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres, Julieta Corroza, y recordó que el Ruca Che no solo es un escenario deportivo, sino también un espacio cultural abierto a la comunidad. Allí funcionan actividades barriales que van desde las 7 hasta las 21, con propuestas para todas las edades y clases dictadas por profesores propios o invitados.
Una reinauguración para celebrar
El 30 de agosto el estadio vivirá una fiesta a la altura de su historia. La jornada incluirá la presentación de una escultura realizada con piezas del viejo parquet y la entrega de souvenirs elaborados con fragmentos del piso a quienes participaron en la obra.
La noche contará con un amistoso de básquet entre seis equipos provinciales, un encuentro masivo de minibásquet, chocolatada y actividades recreativas para toda la comunidad.
“Queremos que la gente venga a tomar mate y compartir. No habrá entradas ni formalidades, será una verdadera fiesta”, afirmó Bolan.
La inversión
El nuevo parquet, de 1.350 metros cuadrados de madera Guatambú, fue instalado por la misma empresa que lo colocó en 1995, Tecnopiso, en lo que Bolan describió como un “reencuentro” después de tres décadas. El recambio de ese piso, apto para ocho disciplinas deportivas, fue el desafío más costoso de la obra. Previamente, se realizó una reparación integral del techo, cuya filtración obligaba al personal a disponer “un mapa de baldes” para contener las goteras.
Las mejoras incluyen pintura interior y exterior, renovación de cartelería, parquizado, modernización de luminarias, nuevos cerámicos en pasillos, vestuarios y oficinas, remodelación de la Sala VIP “Oscar ‘Loco’ Ibañez”, optimización de accesos y la incorporación, por primera vez, de un guardarropa. Un detalle simple, pero que nunca había estado en las prioridades del estadio.
La elaboración de un strudel de manzana de 70 metros, junto con puestos de venta de gastronomía, de cervezas y de artesanías, entre otros, formarán parte de la novena edición del StrudelFest que se realizará del 1 al 3 de marzo próximo en el Pueblo Santa María, una colonia de alemanes del Volga ubicada en el partido bonaerense de Coronel Suárez….
A la Patagonia se la conoce como tierra de leyendas y lugares considerados míticos como la isla grande de Tierra del Fuego, en el Fin del Mundo. Quienes recorrimos el sur argentino en profundidad sabemos que ciertos rincones elevan aún más esa categoría, para los que al menos yo, ya no encuentro palabras con las cuales calificarlos.
Uno de ellos es la Península Mitre, el extremo oriental fueguino, separada de la Isla de los Estados por el turbulento estrecho de Le Maire. El mismísimo sitio donde se produjo el primer encuentro entre los colonos europeos y los pueblos que habitaban ancestralmente esta isla.
Con una superficie terrestre de casi 3500km2 (unas 17 veces la capital federal) y más de 5000kms2 marítimos, fue declarada Sitio Ramsar por ser un humedal de importancia internacional para la conservación de la biodiversidad y el sustento humano y desde 2019 Área Natural Protegida Provincial, ya que alberga una de las mayores concentraciones de turberas del hemisferio sur. Aunque se llama «península», no está completamente separada por un istmo. Raro.
Llegar no es fácil, son aprox. 125kms en vehículo desde Ushuaia hasta el puesto de prefectura de Moat, donde termina la ruta J, luego se debe seguir a pie poco más de 30 kms, según el sendero que uno tome hasta Bahía Slogget en la desembocadura del Rio López, antiguo límite occidental de la región.
En este extremo del mapa, donde los vientos azotan la tierra y el mar parece infinito, la Patagonia guarda leyendas vivas, y de eso les quiero hablar.
En 2015, llegué en mi autito hasta Moat, allí, mientras conversaba con personal de la Armada, por la ventana y soportando una leve llovizna vi llegar a un gaucho a caballo rodeado de vivaces perros que parecían custodiarlo. “Ese es El Paisa Andrade, un gaucho que vive solo, dentro de Mitre”, me dijeron. Sentí una gran alegría, yo conocía algo de su historia, pero tener la suerte de encontrarlo justo en el momento que realizaba una de sus esporádicas salidas del interior de la península fue una casualidad inmensa, casi como llegar al glaciar Perito Moreno el día que rompe su puente natural. “Soy muy afortunado”, pensé.
Salí a recibirlo, me presenté, y me encontré con una persona muy amable, de rostro duro pero amigable, hombre curtido por las inclemencias de un clima que no se anda con chiquitas. Vestía un camperón y un gorro con orejeras gris, vaqueros azules, camisa, pullover de lana y botas de goma. Conversamos un buen rato mientras él seguía con sus tareas, desensillar, ordenar sus cosas, sus animales, tomar mate. Usaba un precario refugio de viejas chapas oxidadas y tablas mal clavadas a metros del puesto de la Armada. Me ofreció llevarme por una semana hasta sus dominios australes. No me animé, en parte por no tener señal para advertir a mi familia que no podría comunicarme por largos días y en parte porque no me daba el cuero realmente. No tenía la más mínima preparación física, muchos de uds ya me conocen. Ahí mismo, en las oficinas de la Prefectura, nos sacamos la primera foto juntos. Ilustra la nota.
Con el tiempo tuvo teléfono con WhatsApp y conseguía señal de internet en Moat. Desde entonces solemos comunicarnos. Lo vi personalmente alguna vez más. En 2020 una increíble tormenta me frustró la travesía hacía sus dominios. Lo volví a encontrar en Moat en 2022. “Me gustaría que se conozca tu historia”, le dije hace poco. Le gustó la idea.
NOTA: Quiero aclarar que las respuestas que acá transcribo entre comillas, son declaraciones 100% textuales.
Su historia
El Paisa Luis Andrade, nació un 20 de septiembre a orillas del Paraná, en Goya, Corrientes y hoy acusa 64 años. Le sale el futbolero de adentro y me dice, “Me encanta el futbol, soy de Independiente, antes era fanático, después se me fue pasando, tengo un banderín firmado por el chivo Pavoni.
Entre Pelé, Maradona y Messi elige a… “Bochini papá, Bochini, ¡grande el Bocha!”. Tengo la esperanza de comunicarme con el Bocha para que sepa que tiene un admirador en el Fin del Mundo, donde termina la tierra. Un caminante que anduvo por acá me dijo que trataría de hacerme el contacto”.
Amante de la buena música, “me gusta toda sí, siempre que este bien hilvanada y buena letra”. Como buen gaucho admira a El Pampa, “Larralde, Larralde si toda la vida me gustó y me sigue gustando, tengo toda su obra, “Herencia pa´ un hijo gaucho” y demás y sus conferencias de prensa las tengo grabadas por ahí, cada tanto lo escucho, un hombre muy cabal para mí”.
Luego comienza a desgranar su apasionante vida,
“Llegué a estas tierras luego de vagabundear por el país. Anduve por Darregueira, provincia de Bs. As., me vine a dedo, con plata por supuesto, había renunciado a la represa hidroeléctrica– trabajó en Piedra del Águila, y también en Alicurá –, traía fondo de desempleo cobrado, quería conocer la Ruta 40, que era tan famosa, y ahí pasé por El Bolsón, me enamoré de ese pueblito, si yo siempre pienso el día que abandone acá buscaría instalarme ahí, pero son deseos nomás, por ahora continuamos acá, así que siempre quedé con eso en la cabeza”.
Mientras lo escucho pienso que en algún momento también recorrí por primera vez La 40 y tuve sueños de quedarme por allí, quizás con propósitos diferentes claro.
Los primeros años
En 1986 llegó a la isla, tuvo un “aserraderito” en Tolhuin y en 2006 o 2007, no recuerda bien, llegó a Mitre.
“Vine con un compinche amigo mío de Tolhuin que administró durante un par de años la estancia Bahía Slogget, me pidió que lo acompañe, y como hacía años que no andaba a caballo y en parte para conocer, me decidí a acompañarlo. Luego él no quiso continuar porque estaba abandonando mucho lo de él. Hice un arreglo y vine con otra persona, pero no duró ni un mes, acusó que le dolía la cintura, yo ya veía que no tenía el entusiasmo, no le agradó, así que quedé solo de nuevo, luego fui a buscar a otra persona, todas duraban poco, iban y venían casi siempre en el tiempo de rodeo, en vacaciones, después ya no”.
Si bien ahora habita el sur, llegó por el lado Norte al Rancho e Lata. Hace una pausa y continúa.
“luego a 2 días de viaje había una veranada que era Rio Udaeta, donde solía quedarme desde octubre a mayo aproximadamente y luego volvía a Rancho e Lata, Punta Ibarra que son campos de invierno, donde traíamos vacas a invernar. Anduve en muchos lugares, esto, esta estancia es muy grande se llama Bahía Slogget. Anduve también por Rancho e Cuero, Rancho e Nylon, Corral de Aguante, Corral de la Yegua, Rancho Julián, Puesto La Playa”,
Me cuenta Don Luis, que comienza a entusiasmarse,
“Los primeros días, los primeros años diría, fueron difíciles, como toda persona que empieza en un lugar que no conoce, no estaba adaptado al clima, por eso con el patrón, la persona que yo había arreglado, me dijo “bueno vamos a hacer un contrato enseguida, por 3 años…5 años…con prórroga, como quiera”. Le dije que me diera un año para probar si me gustaba, si me hallaba, quería ver qué cantidad de animales había y si me adaptaba, y así me quedé, pero si, no me gustaba el viento, en la costa mucho viento. Hoy día ya no es tanto, o será que me adapté más al clima, pero hoy ya estoy mucho más tranquilo. Antes esos viajes hasta Moat para ir a buscar las cosas eran una tortura, una tortura eran, y hoy día ya para mi es un trámite más ya, no significa gran cosa para mí, pero me costó sí, me costó bastante, bastante me costó”.
Ahora el entusiasmo es mío y le pregunto: ¿cómo era la vida cuando llegaste a la península?, piensa y comienza a desenterrar lejanas vivencias.
“Era fatal y más para mí que era la primera vez que andaba en la costa. 16…20 grados bajo cero, escarcha, tempranamente tenía que herrar caballos, aunque sea dos para salir a buscar provistos o en caso de accidente tener como moverme, si no, no se podía salir, con caballo liso no salís a ningún lado, y la escarcha perduraba, empezaba a escarchar y no se iba hasta la primavera. Hoy día hace años que no escarcha, con ese tema del calentamiento global y parece ser que es cierto porque pasan años redondos sin herrar con ganchos, ni escarcha siquiera ya, ha cambiado totalmente acá, 100 x 100 un giro de 360 grados ha dado acá del tiempo que llegue al momento que estoy ahora«.
Sacrificio y adaptación
En mis dos viajes a la Península Mitre experimenté la rudeza de vivir allí, y de solo imaginarme como habrá sido para él en esos tiempos, me perturba.
“No había nadie acá, estaba solo y en la costa sur, que cruzaba el Rio López hacia adentro. El único que estaba en la zona sur, en Casa Vieja, era Pati– (Vargas, otro gaucho solitario) –. Estaba casi toda la península abandonada, incluso Puerto Español (en Bahía Aguirre). Solo había personal de la Armada en Buen Suceso y en la zona norte, en Policarpo que estaba Adolfo Imbert. En un momento quedé solo solo, se había ido Pati y la gente de la Armada de Buen Suceso, que volvió cuando se perdió una persona. Me había dejado guacho guacho, estuve solo completamente”.
¿Qué hiciste en esos primeros tiempos?
“Lo primero que hice esos primeros tiempos fue sobre todo conocer el campo, la tabla de mareas, entrar en cañadones, conocer ríos, pasos, entrar en los cerros, por atrás de la cordillera, donde recorrían, donde andaban los animales para poder sacarlos, experimentando y conociendo el lugar, así que me lo pasaba afuera, eh?, me echaba 3 o 4 atados de cigarros en el bolsillo y hasta que no los terminaba no me volvía, sabía andar semanas enteras, sin comida me quedaba, me entusiasmaba demasiado. Comiendo huevo de avutarda, carneando algún mamón ahí, así me lo pasaba, pero tenía un alma de conocer, siempre fui así, conozco mucho de mi país, porque siempre me gustó, soy así del estilo Diego Promenzio, una cosa así, jajaja”.
Se ríe, y asombrado por tal comparación, me río yo también…
Adaptarse a un lugar así no es nada sencillo, ¿Qué fue lo que más te costó?
“Lo que más me costó como no había estos medios de comunicación que hay ahora, nada, no podía marcar una tabla de marea, a veces llegaba a los pasos que tenía que pasar y estaba la marea arriba, como no los podía pronosticar de otra manera, no tenía los conocimientos, tenía que volverme para atrás, muchas veces con cargueros, y le erraba a los horarios, eso fue lo que más me costó, fatal eso. Hoy día ya no porque con estos medios de comunicación, teléfono mismo, ya tengo la tabla, marco y ya sé mañana a qué hora tengo que salir, a qué hora sube a qué hora baja, cuanto lo que va a subir, cuanto lo que va a bajar, bueno uno ya sale ahí más tranquilo y más seguro, antes, los primeros tiempos, como no existía este medio, me costó muchísimo, para que vamos a negar”.
Pienso que deben haber sido días muy difíciles, pero que seguramente también habrá habido días mejores, le digo, y continúa,
“El mejor día que recuerde fue una vez que me vinieron a festejarme un cumpleaños. Vinieron varias gentes que ya habíamos empezado a transitar el tema del turismo yo y empezaban a llegar acá y bueno se notificaron cuando era mi cumpleaños y se unieron entre todos y todos pusieron un poquito de todo y se vinieron a festejar mi cumpleaños y hasta me regalaron un teléfono. Ese, cálculo fue el mejor día, pero tuve muchos momentos lindos con la gente que me aprecia y gente que yo también aprecio. Viene gente muy cercana, muy amable y muy linda acá por eso que no me he ido de acá”.
Y si hubo de los buenos, debes haber sufrido de los otros, ¿no?
“El peor día fue una vez que me largué ahí en Slogget, la Vuelta de La Piedra que hay que largarse con marea baja, me largué con marea baja pero tenía viento en contra y yo no lo tenía bien estudiado porque el mar varía, me arrinconó contra la barranca el mar, los perros pasaban por arriba mío, me llevaba el caballo para adentro cuando las olas rompían contra la barranca me llevaban el caballo 30…40 metros para adentro y cuando venían esas olas bajas trataba de disparar, pensé que no salía, estaba más muerto que vivo, esa vuelta fue el peor día de mi vida, que putee hasta dios y a maría santísima, quien me manda a huevear así si no tenía obligación”.
La naturaleza salvaje de estos lares, lo puso rápidamente en su lugar y le hizo entender que nadie puede someterla. Y que incluso el mar, las barrancas, el frío o el viento pueden ser sus aliados o sus enemigos.
Se nota que la pasó mal y me deja una reflexión.
“Hay que respetar el mar ese si es jodido, tiempo después mató unos caballos, se salvó un amigo mío, pero le ahogó 13 perros y yo le había explicado el tema ese unos días antes, pero se largó igual. El mar es muy jodido hay que tener mucho cuidado a la naturaleza, peligrosísima, ese fue el peor día, no me olvido jamás, tenía una impotencia, pensé que no salía, me quedaban 200 metros que eran eternos, pero gracias a dios estoy acá para contarlo y para que nunca más me suceda”.
Enamorado de su lugar en el mundo, su labor diaria allí, la percibe de una manera muy especial.
“Mas que un trabajo lo defino como una responsabilidad y unas ganas de encontrarme con gente de tanto tiempo que estuve solo porque los primeros años acá eran fatales, no había un cristiano ni por joda, la única vez que veía una persona era por revistas, era impresionante, pasaban meses redondos sin ver un alma acá, años redondos te diría, en esos momentos tenía el deseo de encontrarme con alguien que después se fue haciendo cotidiano con el turismo y la promoción que se le está haciendo a la península, más el documental que hicieron esos chicos (se refiere al famoso y galardonado documental “Península Mitre”, de Los Gauchos del Mar), porque esto era poco conocido y quien iba a venir acá tan a trasmano, donde cuesta tanto traer las cosas?, era impensable ver gente por acá. Jamás me imaginaba, sabía andar solo caminando a caballo, por cualquier lado que anduviera el campo o la playa nunca traía eso en la cabeza que iba a ver una persona adelante mío porque no sucedía, después empezó a pasar eso”.
¿Sentiste miedo alguna vez estando allí?:
“No, no, miedo en la península no, tranquilidad, podes dormir tranquilo con las puertas y las ventanas abiertas, aparte siempre estas protegido de tus perros, no, no, no. Y si viene gente a cualquier hora de la noche como han sabido caer por ahí con luces de linterna por ahí son caminantes, gente toda re piola, que le ha agarrado la noche y sabían que había un rancho cerca y le seguían dando a luz de linterna con tal de llegar, no, no, no, acá no hay por qué temer, gracias a Dios. Donde hay es en las ciudades grandes, pero acá no, hay una tranquilidad enorme”.
¿Sufriste algún accidente que recuerdes especialmente?
“Si, el accidente que todo el mundo sabe, que estuve tres meses solo, me entablillé solo, con tablas que tenía de cajón para hacer fundas de cuchillo, me entablillé con harina. Me quebró un caballo, me dio vuelta arriba de un palo y me quebró, estaba solo en pleno invierno en la península, no tenía medio de comunicación, nada, la pasé muy mal yo esa vuelta, estuve un mes sin moverme, quemé hasta los bancos, las camas, las tablas de picar carne, la de sacar botas, todo lo que tenía alrededor porque no podía salir, mis perros sin comida, les desclavé los cueros que tenía ahí estaqueado y se los tiré, ya se estaban muriendo los perros de hambre, estuve muy mal esa vuelta, me iba a matar yo. Decí que vi mi pata porque tenía azul desde la punta de la uña, hasta los huevos arriba, negro, después vi que empezó a ponerse rosado y empezó a cambiar el color, empecé a agarrar ánimo, me iba a liquidar, había medido el arma de la punta de los pies hasta debajo de la boca, y miraba mis perros le corrían las babas en puerta, ya les había hecho toda la comida que tenía, le herví todo, le daba todos los días, y yo tenía pastillas y salmuera, me echaba en la pata, fría, caliente, no podía dormir del dolor, me la colgaba con soga, ahhh no sabes lo mal que estuve paisa, no tenés ni idea”.
No puedo imaginar una situación más adversa, el sufrimiento de un ser humano casi olvidado por el mundo que, luchando por sobrevivir sin muchos medios, a fuerza del característico coraje correntino, logró así también ayudar a sus compañeros de cuatro patas.
“Y por amor a mis perros, que los miraba muertos de hambre ahí, no me maté, aguanté, cuando vi que cambió el color no tenía nada para comer, me quedaba más o menos un cuarto de paquete de arroz, eso fue lo último que me comí ahí, así hervidos, sin nada, no tenía sal, comí pan del indio, no tenía sabor a nada eso, hasta que agarré, pude montar a caballo y me vine hasta Punta Ibarra, el puesto donde estoy ahora, acá había algo pa´ comer, azúcar, así que estuve un par de días más acá y de ahí emprendí viaje para Moat. Los milicos estaban preocupados ahí. Me dijeron que habían mandado a Pati a ver que El Paisa que hace tanto tiempo que no viene, No, dice, si ese se fue a la veranada. Dice que vino hasta la Mata Caballos”– una bajada muy empinada y peligrosa en zona de acantilados – “y miró hacia Punta Ibarra, este rancho donde estoy ahora y no había humo y se volvió, puras mentiras, ni vino, pero bueno, zafé de esa, pasé por la parte más angosta del embudo, paisa he?”
El Pan de Indio en Tierra del Fuego es un hongo comestible que crece en los árboles nativos del sur como el Ñire, la Lenga y el Coihue, son una buena fuente de agua mientras se recorre el bosque. Fue consumido por los pueblos originarios Yámanas y Haush. Lo probé alguna vez, la verdad no tiene gusto a nada. Se asemeja a una pelota de golf.
Esta comarca es tan grande …me pregunto si habrás podido recorrerla toda y si hay alguna zona que te cautive más.
“Si, si, prácticamente toda la península, y yo conozco más afuera de la península. Mi zona favorita acá es siempre la costa sur, porque la costa norte es mucho viento y es mar abierto. Acá tenés un poco el canal (Beagle) que más o menos algo te protege, y no es tanto pero allá en la costa norte es permanente el viento y es todo claro, limpio y da de lleno el viento”.
Es imposible describir este lugar, un entorno que abruma, que es dramático, salvaje y prístino a la vez. Pero la naturaleza en esta zona imagino debe proporcionar placeres que cuesta disfrutar en otros lados, ¿no?.
“Acá aspiras aire puro, al que es medio ermitaño y le gusta un poco la soledad, le viene de perillas, yo los primeros años vivía en soledad y me gustaba, ahora ya no, aprendí a convivir y siempre hay algún otro que viene y me pone contento y me da más energía, más ganas de vivir y bueno, ya te vas acostumbrando, aparte vas sumando cositas, compromiso con gente, acá te hablan de un año pal otro.
Si bien disfrutabas de esa soledad, si se quiere forzosa, ¿cuánto tiempo fue lo máximo que pasaste sin ver otro ser humano en Mitre?
“Los primeros años que llegué pasaban años completos, posiblemente pueda haber andado alguno o alguna persona en la costa, pero como no estaba en la costa yo, estaba 10 kms para arriba sobre el rio López, en el Rancho e´ Lata, capaz que justo cuando yo venía, esa persona ya había pasado o bien no había pasado nadie, pero si, era muy difícil encontrar una persona”.
Don Luis recuerda también días de ansiedad y deseos de tabaco.
“En un momento que venía del Rancho e´ Lata, sin cigarro por supuesto viajes largos, me quedaba dos días todavía para llegar a Moat, con la esperanza de manguearle un cigarro a los milicos ahí, o bien esperar al patrón, en ese tiempo no tenía teléfono, nada, había que usar la radio, que te confirmen la fecha, cuando iban a venir, no era fácil, esperar un par de días más, era muy complicado, ahora con estos teléfonos y el internet en Moat, antes no había internet en Moat tampoco. Ahora tengo hasta yo en Punta Ibarra, mira lo que son las cosas, se simplificaron todas las cosas, así que venía siempre cabizbajo, porque costaba todo, muchísimo más que ahora por supuesto. De repente iba llegando a la playa y vi dos personas ahí en el Rancho e´ La Playa, que alegría que me dio, y ahí nomás a los muchachos también le dio alegría ver una persona a caballo, y ya nos empezamos a hablar y ya le pedí un cigarro, era 5, 2 estaban ahí y 3 andaban por la draga, me dieron un atado de cigarro y un encendedor, faaaaa, el hombre más feliz de la vida, ¿eh?”.
Poco a poco las cosas fueran cambiando para el Paisa y la zona.
“Y después esos encuentros empezaron a ser más frecuentes, pero no tanto, no te voy a decir que todas las semanas no, no, cada seis meses, 7 u 8 meses por ahí chocaba algún otro y después ya bueno, con ese documental que se mandaron estos chicos, Los gauchos del Mar, esto ya empezó, porque antes esto no le conocían demasiado, ese documental fue el que lo promocionó más”.
Estos gauchos acuáticos, Joaquín y Julián Azulay, son dos hermanos surfers marplatenses que hacen espectaculares documentales laureados internacionalmente, donde se los ve domando olas alrededor de los sitios más icónicos del mundo. Algo así como el programa de Tv “MDQ” pero más serio.
¿Cómo transcurre un día típico tuyo en la península?
“Un día mío en la península es siempre igual, siempre agitado, atar, largar algún perro, ir a ver los caballos y empezarme a preparar, las distancias son lejísimas acá. El día se te va, no te das ni cuenta acá. Muy, muy, muy agotador también, termino en las tardes, con la leña, acarrear la leña, la comida, el pan, todo te lleva su tiempo. Los animales, 50% de mi día es para atender los animales”.
Cada gesto parece calculado y medido. No hay mucho lugar para el ocio en Mitre, cada acción tiene su propósito y cada minuto cuenta. La soledad tiene peso y la naturaleza marca el ritmo de la vida. Las jornadas se despliegan con precisión salvaje.
¿Y Podrías volver a vivir en una ciudad?
“Si, si, si, totalmente, puedo vivir en una ciudad, es más te cuento, soy re cariñoso con los pibes, todo y eso que en veces yo he matado toros salvajes, me han matado los perros, los he matado a garrotazos, a pesadumbre, le miraba yo que me mataba un perro o un caballo así, lo miraba o si tenía un lunar lo dejaba identificado en mi mente, lo perseguía por meses, el día que lo encontraba, era re hereje yo, lo mataba a pesadumbre, en el campo tenés que ser así, temperamental en estos laburos con ariscos porque si no, no te metas porque no vas a servir. Vadear ríos y enlazar, atar toros salvajes, andar con los caballos, tenés que ser enérgico y decidido. Y yo llego al pueblo y soy una dulzura tremenda con los nenes, me gusta comprarle golosinas, entretenerlos, jugar con ellos, o sea, los dos polos, ternura encima y la brutalidad por otro lado, que yo mismo en veces solo acá me pregunto, es difícil, pero es lindo estar solo, te analizas bien tu vida y sabés hasta donde te da el rollo”.
La fría rudeza y la cálida ternura personificadas en un solo ser humano.
La comida en Mitre
¿Cómo manejás el tema de la comida en un lugar tan aislado?
“Mi alimentación consiste en carnes, acá vegetales, todo un poco, un poco de fruta, por ahí hacemos una pizza, ahora traje cocina a gas y por ahí nos damos algunos gustitos, por ahí siempre los turistas traen alguna trucha, la hacemos al roquefort, traen cositas y las mezclamos acá. Hacemos con batata frita los pescaditos, preparamos de todas formas, no, no es problema, es como en el pueblo, no hay gran diferencia. El asunto es que cuesta cargar las cosas nomás, pero bueno acá siempre se le da una buena utilización y sirve para una buena alimentación, eso si”.
Eso de subsistir a más de 100kms de un supermercado debe tener sus bemoles, ¿no?.
“Y acá subsisto… siempre precario, ¿no? Pero bueno…teniendo animales salvajes y acarreando yerba, lo más cerca que tengo es Prefectura ahí donde voy a buscar las provistas. Los primeros años siempre escaseaba alguna cosa, nunca estaba completo, es imposible estar completo acá, semejante distancia donde hasta traer un paquete de yerba incomoda, tenés que hacerlo todo a caballo, días de lluvia, viajes largos. El primer puesto que tengo para traer cosas son 7 horas a caballo, con carguero, tratar de venir despacio, no romper nada, es muy sacrificado acá, no es fácil, los senderos no son derechos ni planos ni mucho menos, variables, turba, enterrás los caballos, vas por las piedras, subidas bajadas, un monte es muy accidentado”.
Con el tiempo las cosas fueron cambiando un poco en su vida, y me cuenta: “Una vez apareció un caminante que me dijo: ¿no me puede llevar la mochila y yo le pago unos mangos?, bueno le dije, tengo un carguero. Y después otro y otro y empezaron a preguntarme que me hacía falta, y me acercaban víveres a Moat y ahí se fue poniendo mejor esto al menos para mí, ¿no?”
Palabras sencillas, pero que reflejan la austeridad y el ingenio de quien vive al margen de la civilización. La comida, al igual que todo en estos confines, es funcional, rápida, y siempre ligada al trabajo y la supervivencia.
Las estancias patagónicas son tan vastas que una sola casa no alcanza. En su inmensidad suelen levantarse varios ranchos o puestos, refugios distribuidos que son punto de apoyo en medio de una soledad donde la distancia se mide en horas a caballo y cada río o montaña marca una frontera natural. La que lo acobija El Paisa no es la excepción.
¿Sé que habitas más de un rancho, como se llaman y donde está ubicado cada uno?.
“Bueno si, en realidad los ranchos son varios, pero son 3 nomás los que ocupo yo, es este Punta Ibarra, Rancho Julián, que puse en memoria de un muchacho que se ahogó en el López. Le pedí permiso a la familia para poner el nombre de él y me autorizaron. Además, era amigo mío el chico este, así que bueno, Rancho Julián, que es más precario que este, más chico pero acogedor, el lugar es muy lindo, la gente quiere mucho ese lugar, siempre me dicen, pero yo abandoné ahí porque están los bagualeros, así que no, más adelante voy a ver una vez que se retire esta gente voy a ver que hago ahí, y justo es el paso ahí, el paso para cruzar el Rio López, justo, justo, ahí está el paso”.
También me describe su famoso “Rancho e Lata”.
“Este queda aproximadamente 10kms arriba sobre el Río López, de la costa, 10kms más o menos, en línea recta con GPS, de ahí ponele las vueltas un poquito más, pero bueno es ahí donde está el casco, pero ya ese rancho es lindo, grande, tiene cocina a leña con horno, un rancho que es grande, pero que queda muy retirado para mí ya, como que estoy abandonando ya ese rancho.
Por el Rancho e´ Lata está el otro paso que se hace por atrás de Puerto Español, que se llama el Valle de la Muerte. O sea, Rancho Julián va por la costa y de Rancho e´ Lata por atrás de la Cordillera. Son dos ranchos intermedios que están espectacular para los que transitan a pie por esos lados. Estoy habitando más este rancho que es Punta Ibarra, que me queda más cerca de Moat”.
Don Luis enumera sus refugios como si fueran parientes queridos, en su relato, los ranchos no son simples construcciones de madera y chapa, ni lugares donde dormir o guardar herramientas, cada uno es un capítulo de su vida, cada rancho guarda una historia, una memoria y hasta una pérdida. En ellos se lee la vida del Paisa. Sus ranchos, pienso, son testigos mudos de la soledad más extrema del fin del mundo.
Hoy quiero contarles sobre uno de esos lugares que, aquellos que realmente amamos la Patagonia, no logramos entender que aún sea casi desconocido y como a mí me gusta que la gente conozca la Patagonia, por eso de que nadie valora o cuida lo que no conoce, les voy a hablar sobre él. Este sorprendente […]…
La Dirección Provincial de Medidas de Protección Excepcionales de Neuquén lanzó una nueva convocatoria para Familias Solidarias, esta vez para una bebé de apenas 10 días, sumándose a otros casos de niños y niñas que necesitan un hogar temporario. En diálogo con AM Cumbre 1400, Bernardita Ullarte comentó que la iniciativa busca garantizar un entorno seguro y afectivo para menores en situación de vulnerabilidad.
Ullarte destacó que la convocatoria de Familias Solidarias está siempre abierta, pero ahora se intensifica su promoción para llegar a más personas. “Ocurre que hay un desconocimiento, y creo que a través de los medios es una buena herramienta para dar a conocer esta temática tan sensible”, afirmó. El programa, respaldado por normativas como la Convención de los Derechos del Niño y la Ley 2955 de 2015, busca fortalecer el sistema de protección integral de la infancia en la provincia.
La funcionaria subrayó el cambio de perspectiva en el cuidado de niños, niñas y adolescentes, con un enfoque centrado en sus derechos. “Hay una decisión fuertemente política de darle difusión y establecer qué es una Familia Solidaria”, señaló Ullarte. Este programa responde a la necesidad de brindar un entorno familiar alternativo cuando un menor es separado de su familia de origen, asegurando una medida de protección excepcional mientras se resuelve su situación jurídica.
La importancia de los primeros años
La edad de la bebé de 10 días generó sorpresa y preguntas sobre el contexto de estas medidas. Ullarte aclaró que no es inusual atender a niños tan pequeños: “Hemos tenido casos de niños recién nacidos. No es que antes no había niños de corta edad, sino que hoy se toma la decisión política de fortalecer este programa”. La especialista resaltó la relevancia de los primeros años en el desarrollo emocional, destacando que el vínculo afectivo temprano es clave para el futuro del menor.
Requisitos para ser familia solidaria
Para sumarse al programa, las personas interesadas deben inscribirse en familiasolidarias.neuquen.gov.ar. “Pueden ser familias tradicionales o unipersonales, mayores de 25 años, sin antecedentes penales ni registros de violencia o deudores alimentarios”, explicó Ullarte. Un equipo psicosocial evalúa a los postulantes mediante entrevistas para determinar su aptitud para el cuidado temporario, un proceso regulado por un protocolo aprobado en 2024.
El programa de Familias Solidarias se enfoca en el cuidado provisorio mientras se trabaja en la restitución del menor a su familia de origen o, en su defecto, en su adoptabilidad. “Se trabaja en pos de que ese niño pueda ser restituido a su ámbito familiar. Si no es posible, se avanza con el registro único de adopción”, detalló. En este proceso intervienen la Defensoría del Niño, jueces de familia y el órgano de aplicación, garantizando un marco legal sólido.
Se trata de uno de los dos teléfonos entregados por Spagnuolo, del cual se hizo la extracción de datos y se detectaron mensajes borrados, algunos de ellos con el presidente Javier Milei -de quien el ex funcionario fue abogado- y Karina Milei.
Estos mensajes «no podrán ser recuperados por la manera en que se borraron», precisaron peritos de la DATIP en la causa a cargo del fiscal federal Franco Picardi y del juez Sebastián Casanello, que estará bajo secreto de sumario por otros diez días hábiles contados desde hoy.
En un operativo hecho en su casa de Pilar, se secuestró otro celular que no tiene información de interés porque estaba sin uso. Además, en estos días comenzará el estudio de otros celulares incautados, los de los accionistas de la droguería Suizo Argentina Eduardo y Jonathan Kovalivker, y el del ex funcionario de ANDIS Daniel Garbellini.
Otro celular, el de Emannuel Kovalivker no pudo peritarse porque es un teléfono de última generación y el investigado no proporcionó la clave de acceso. Casanello tiene que resolver pedidos de nulidad de la causa presentados por la defensa de los Kovalivker, a cargo del abogado Martín Magram.
La reciente confirmación de la Corte Suprema sobre la muerte del soldado Pablo Jesús Gabriel Córdoba en Zapala marcó un cambio en esta investigación. Este pronunciamiento, viene a consolidar las pruebas y teorías que se habían ido desvelando en los meses anteriores, estableciendo con autoridad judicial lo que muchos sospechaban: la muerte de Córdoba fue […]…
Sin necesidad de realizar trámites adicionales, el saldo de las cuentas comenzará a generar intereses automáticamente.
Se acreditarán día a día a una tasa del 32% TNA, con un tope de saldo de $500.000.
Esta medida busca que los beneficiarios obtengan un rendimiento extra por el dinero depositado, de forma sencilla y segura.
2. Reintegros en supermercados
Habrá un 5% de reintegro adicional exclusivo en compras realizadas de lunes a viernes hasta el 30 de septiembre.
El beneficio tiene un tope de $5.000 por usuario y por semana.
Aplica en pagos con tarjetas de débito Mastercard y crédito Visa o Mastercard del Banco Nación a través de la app “BNA+ MODO”.
Se acumula con las promociones vigentes.
Supermercados adheridos: Carrefour, ChangoMás, Coto, Josimar, La Anónima, Disco, Jumbo y Vea.
Requisito clave para acceder a los beneficios
Para aprovechar estos beneficios, es indispensable contar con la aplicación BNA+, desde donde se administran los descuentos en compras, los reintegros, la acreditación diaria de intereses y las promociones especiales como Semana Nación. Actualmente, solo el 60% de los jubilados y pensionados que cobran en el Banco Nación utiliza la app, por lo que se recomienda descargarla lo antes posible.
Cómo descargar la app
Es un trámite gratuito, simple y seguro que se realiza desde el celular únicamente con el DNI. Para aprender a usar la app y acceder a simuladores, se puede ingresar en: mayoresactivos.com.ar/PracticasbnaMAS
La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) estableció el calendario de pagos correspondiente al segundo semestre del año, para jubilados y pensionados afiliados al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Esta medida fue anunciada a través de la Resolución 195/2024, publicada el día jueves en el Boletín Oficial….