De vendedora a fugitiva: el juicio a la “Toretto patagónica”
Una historia que podría ser el guion de una película de acción llegó esta semana a los tribunales de Rawson, Chubut. Una mujer de Trelew, conocida por vender productos por catálogo, está siendo juzgada por haber participado en una serie de robos en la zona de chacras de la capital provincial. Lo que parecía la rutina de una trabajadora ambulante derivó en una persecución digna de la saga Rápidos y Furiosos, con patrulleros a toda velocidad y un final abrupto contra un móvil policial.
El caso cobró notoriedad no solo por la fuga cinematográfica que protagonizó aquella noche sino también por el perfil inesperado de la acusada. Según la investigación, la mujer, madre de tres hijos, habría actuado como chofer de un grupo que saqueó al menos dos viviendas rurales.
Conducía un Volkswagen Bora gris, vehículo que, de acuerdo con la fiscalía, utilizó para trasladar a los autores materiales del hecho y luego intentar escapar por la ruta 7 rumbo a Trelew.
Cuando la policía advirtió la maniobra, comenzó una persecución que se extendió por varios kilómetros. “El patrullero iba a 160 kilómetros por hora y no podía alcanzarla”, declaró en el juicio uno de los efectivos que participó del operativo. La secuencia terminó en inmediaciones de la Base Almirante Zar, donde el Bora colisionó con un móvil policial y fue finalmente interceptado.
Dentro del vehículo, los agentes encontraron un verdadero botín: televisores, celulares, herramientas, electrodomésticos, notebooks, perfumes, mochilas, bolsos, dinero en efectivo e incluso una carpa. Parte de los objetos había sido arrojada durante la fuga, en un intento desesperado por aligerar el peso del auto o borrar rastros. Las víctimas estimaron que el valor total de lo robado superaba los cinco millones de pesos.
Uno de los damnificados relató en la audiencia que al regresar a su casa “encontró todo revuelto, las ventanas forzadas y las luces encendidas”. Otro, un agricultor de la zona, declaró que las cámaras de seguridad de su chacra captaron a tres personas escapando con objetos en la madrugada, entre ellos un televisor de gran tamaño.
Cuando fue detenida, la mujer —según los testigos— se mostró alterada, insultó a los uniformados y se negó a bajar del vehículo hasta que llegaron refuerzos. El fiscal general de Rawson, Leonardo Cheuquemán, aseguró que la imputada “prestó colaboración activa para concretar los robos” y “evidenció una clara intención de eludir el accionar policial”.
La versión de la defensa
La defensa sostiene una historia completamente distinta. El abogado de la acusada afirmó que su clienta trabajaba como conductora de Uber y que aquella noche fue amenazada y obligada a conducir por los ladrones, sin saber que acababan de cometer un robo. “Fue una víctima más, no una cómplice”, argumentó.
Una testigo reforzó esa versión, declarando que la mujer “solía ofrecer traslados a través de aplicaciones” y que nunca tuvo antecedentes delictivos ni actitudes violentas. También intervinieron peritos del Área de Criminalística, quienes presentaron informes sobre las huellas y rastros hallados en las chacras afectadas.
El tribunal deberá resolver en los próximos días si la mujer actuó bajo coerción o si formaba parte de una organización delictiva que operaba en la zona rural de Rawson.
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