Milei, entre arias y fantasías: ópera en Casa Rosada mientras el pueblo reclama en la calle
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Milei, entre arias y fantasías: ópera en Casa Rosada mientras el pueblo reclama en la calle

 

Mientras en la Cámara de Diputados se discutían los vetos más brutales de su gestión y miles de personas protestaban en la plaza del Congreso contra el ajuste en discapacidad, jubilaciones y moratoria previsional, Milei y su hermana Karina eligieron pasar la tarde escuchando ópera en el patio central de la Casa Rosada.

Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable

Una burbuja de lujo en medio de la crisis

Lejos de las preocupaciones de la mayoría de los argentinos, Milei parece habitar un mundo paralelo. Según informó la propia presidencia, él y su hermana Karina participaron de un espectáculo musical organizado por Casa Militar, con la presencia del maestro Pablo Boggiano, hermano del economista Miguel Boggiano, cercano al mandatario.

La puesta en escena incluyó a la Orquesta Filarmónica del Ejército y a la Fanfarria Alto Perú de los Granaderos, que interpretaron desde arias clásicas como el Brindis de La Traviata y Nessun dorma de Turandot, hasta bandas sonoras de Hollywood como Rocky, Star Wars e Indiana Jones. Todo un collage cultural pensado para el disfrute de los hermanos Milei en el corazón de la Casa Rosada.

La otra cara: reclamos en la calle

Mientras tanto, en las inmediaciones del Congreso, cientos de personas se movilizaban para repudiar los vetos del gobierno en temas tan sensibles como la Ley de Emergencia en Discapacidad, la actualización de jubilaciones y la moratoria previsional. Organizaciones sociales y de personas con discapacidad denunciaron que el plan económico de Milei implica dejar a los sectores más vulnerables a la intemperie.

Entre la ópera y la realidad

El contraste no pudo ser más elocuente: mientras en Diputados se debatía el rechazo al veto presidencial en discapacidad y se exponía el aislamiento político del oficialismo, Milei prefería refugiarse en los acordes de Turandot.

La postal de un presidente absorto en un recital privado, mientras afuera crece la pobreza y el malestar social, refleja la lógica de un gobierno que se ensimisma en gestos de vanidad mientras se profundiza la crisis.

La familia Milei, protagonista central

No pasó inadvertido que la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, volvió a ser figura central del evento, confirmando que el núcleo de poder más cerrado del gobierno sigue orbitando alrededor de los hermanos. La dirección musical a cargo de Pablo Boggiano, hermano de un asesor económico afín a Milei, también mostró la trama de amistades y relaciones personales que se filtran en cada actividad oficial.

Entre Rocky y Star Wars, pero sin futuro para la gente

Mientras sonaban los temas de Rocky o Star Wars en la Casa Rosada, afuera la verdadera banda sonora era la de los reclamos sociales contra un ajuste despiadado. Milei, sin embargo, parece convencido de que puede gobernar a golpe de fantasía épica y aislarse de la realidad.

En el país real, la gente exige respuestas frente a los vetos y decretos que arrasan derechos. En el mundo de Milei, en cambio, basta con una orquesta para silenciar los gritos que llegan desde la calle.

 

La leyenda del algarrobo caminante

 

En las vísperas del atardecer, el paisaje se tiñe de rosa. La luz viene del sol pero parece emanar desde la tierra. Los marrones del suelo se vuelven naranja, los cerros en violeta profundo. Árboles y cactus adquieren un verde oscuro y suave. Es el cambio de guardia entre los bichos del día y los de la noche, un breve traspaso en que  las lechuzas vuelan con los pájaros y el zumbido de las abejas se mezcla con el canto de las ranas. En este momento intersticial un zorro baja del monte. Serpentea por un río ya seco. Busca agua. El camino tiene apenas rasgos de humedad. Sobrevuelan dos cóndores que aparecieron hace rato. Sedientos también, quizás. El zorro llega al borde de un cráter enorme. Parece la entrada al infierno. Son infinitos escalones de tierra, perfectamente esculpidos: baja dando saltitos. El viento ruge fuerte. Un lago turquesa resplandece en la luz crepuscular. Huele acre, peligroso. Un cartel oxidado anuncia “MINA PILCIAO 16”.

Sin otro remedio, el zorro bebe del lago. Sorbos voraces. Quema pero no tanto como la sed. Luego, busca reparo bajo el único árbol que queda: un algarrobo solitario, grueso pero enjuto. Entre las ramas se cuelga un viejo letrero, que reza: “Sin agua no hay membrillo”. Al zorro le duele la panza. Escucha como los dedos petrificados del algarrobo repiquetean contra el cartel, como el eco de una copla. Entonces una fuerte ráfaga despierta la voz del árbol, que por años descansó, esperando alguien que lo escuche. El algarrobo se aclara la garganta y empieza a contarle al zorro una leyenda. La leyenda del algarrobo que caminaba.

Las raíces 

¿Cómo crece un árbol que camina? Con pequeños pasos…” 

Pequeños pasos son los que llevaron a dos hombres al polvoriento camino una mañana hace muchos años. El sol del verano pegaba fuerte y el calor sofocaba. Eligieron un lugar al lado de un algarrobo chiquito, que apenas daba unas huellas de sombra. Sudando, los dos desplegaron una pancarta, de un extremo de la calle al otro. Se enraizaron ahí para prevenir el paso de las máquinas. Así pretendían frenar la megaminería. 

Megaminería. Un eufemismo que dice poco y encubre mucho: una montaña que se vuelve cráter, sus entrañas destripadas y lavadas con agua y cianuro; las achuras amontonadas en pilas de roca estéril; las partes más exquisitas llevadas para las mesas de los países “desarrollados”; y el agua dulce – ya cianurada – atrapada en un “dique de colas”, una laguna contenida por una frágil membrana.

En contra de este Goliat, dos hombres con una tela finita. Pero debajo de su pequeño brote, había algo más: echaron raíces que en el subsuelo se extendieron en busca de sustento. Así se plantaron dos, pero llegaron dos más. Y dos más. Y luego cuatro más y cuatro más. Y ocho… y así multiplicándose hasta que era más que un brote. Un retoño. Y de tanto llegar, se enraizaron también. Se quedaron la noche. Después otra. Se festejó allá la Noche Buena de 2009. Después Año Nuevo. Y siguieron. Establecieron turnos y el algarrobo nunca se quedó solo. Y así empezó a crecer su hermano. Era el más inquieto del par. Uno se quedó en su lugar, vigilando el camino que llegaba al cerro. El otro iba y venía con los vientos.

Este árbol que caminaba se convirtió en una asamblea. No fue la primera ni la única. Pero era la que más caminaba. Y cuando no estaba caminando, sus ramas se juntaban. Sentados en el suelo, abanicándose con lo que había para luchar contra el calor. Todos emparejados con el horizonte durante las deliberaciones interminables: los “de apellido” y los “sin”, los del “centro” juntos con los de la “orilla”, los de plata ensuciándose con la misma tierra y sudor que los demás. Los cerros, a lo lejos, eran lo único que los sobrepasaba.

Entonces, cuando la policía intentó levantar el acampe el 15 de febrero de 2010, sus raíces ya estaban firmes. Al atacar a unas ramitas, se sintieron los tirones hasta en el centro de Andalgalá. Todos salieron a defender su pueblo y su tierra. 

“Es una lección que difícilmente pueden aprender las mineras,” el algarrobo le explicó al zorro. “Toda su operación se basa en pirámides: de un CEO extranjero a un puñado de capataces hasta unos cien peones; o bien, del punto de la escombrera hasta su piso ancho. Es la única forma que ven. Pero la asamblea no era una pirámide, era un algarrobo. Era un conjunto de vecinos, ninguno más imprescindible que otro. No había una cabeza para arrancar, ni un solo algarrobo que se pudiera talar. Porque la asamblea también era una articulación de una lucha que la excedía. No hacía falta haber estado meses en el árbol, pasando la palabra en la asamblea. Muchos más salieron a la calle ese día, aunque fuera sólo para dar agua a sus vecinos o curar sus heridas. Andalgalá tenía el espíritu del algarrobal.” 

Aquel tejido de madera hecho con raíces y sangre pudo revertir la autorización de la Mina Agua Rica (alias “MARA”). Si Agua Rica se hubiera llegado a abrir arriba en las montañas, es muy probable que el agua contaminada hubiera escapado de su laguna para correr abajo por el Río Andalgalá. Y al envenenar el pueblo, la plaza hubiera quedado vacía y el oro que dormía debajo de sus baldosas desprotegido. Así la codicia también seguía el río, una pluma de contaminación que pretendía entrelazar el Agua Rica con otro complot. El proyecto de la Mina Pilciao 16, textualmente, contemplaba la indemnización de los vecinos de Andalgalá: desarraigarlos y replantarlos en otro lado, para que el camino al oro quedaría libre de raíces.

“¿Escuchas?” , pregunta el arbol. “¿El eco de los golpes, el redoble de los pasos?”

El zorro, luchando contra los dolores agudos en su panza, inclina la cabeza.

“Así empieza la leyenda del árbol que caminaba. Aquí mismo en lo que antes era la plaza de Andalgalá…” 

El zorro echa un ojo al cartel de la Mina Pilciao 16 y se acomoda de nuevo para escuchar cómo sigue.

El tronco

“Al caminar, los brotes se endurecieron, pero no dejaron de andar. La asamblea era su tronco y cada caminante una ramita. Como las mías, se estiraban para el cielo. Pero también se quedaban conectados a su base…”

Había una de las ramas, una bien alta y curtida. Cuando llegaban los extraños a Andalgalá, se los mandaban derecho para su casa, unas cuadras de donde nació la asamblea. Siempre los saludaba de la misma forma, fuera periodista, investigador, viajero, hippie o asambleísta: “Bienvenidos a Chaquiago. Ya estás en el centro del universo y yo soy Dios.” Y tomaban un vino casero de su creación bajo la sombra de otro algarrobo, el del patio del Cielo. 

Le gustaba recitar a Atalhualpa Yupanqui: “Para el que mira sin ver, la tierra es tierra nomás.” Fue instruido como sociólogo, y en sus 75 años, tenía acumuladas dos detenciones y un sinfín de causas, culpa de su lucha. Subía los senderos inclinados de los montes sin esfuerzo, mientras contaba, bromeaba y aún cantaba. Siempre llevaban a los recién llegados a caminar: “Tenés que caminar por la tierra… Tenés que dejarte pinchar por nuestras plantas. Sólo así se entiende nuestra lucha.” 

Irse por los montes no es la única manera en que caminaba El Algarrobo. También daban dos vueltas a la plaza una vez por semana. Al atardecer, cada sábado, las ramitas se acercaban. De a poco se trenzaban y empezaban a caminar. A su ritmo, bailando con tambores. Las ramitas del Algarrobo caminaban para ver; también para ser vistas. Al caminar, uno se despertaba y también podía despertar a los demás. 

Otra ramita, una periodista de Andalgalá, se despertó así, caminando. Cuando llegó la Mina Bajo la Alumbrera a fines de los 90, nadie sabía cuestionarla. Era la primera mina a cielo abierto en el país. Lo que antes era llamado “montaña” se empezó a nombrar como reserva de cobre, oro y molibdeno. Este giro retórico sin embargo, no advertía que estos minerales no se encontraban físicamente aislados, sino entrelazados, mezclados con la tierra y las rocas. Para resolver ese problema se ingenió la tecnología de open pit: dinamitar la montaña y separar sus componentes con una sopa tóxica. 

Las ramitas veían como cada día un avión salía lleno de lingotes de oro, sobrevolando Andalgalá. Mientras tanto, las regalías prometidas no aparecían. No hubo derrame de la riqueza; lo único que empezó a derramarse fue el contenido del mineroducto, que escupía “barro”: una mezcla de minerales, agua y cianuro. El río, que daba vida al pueblo más cercano, empezó a quitarla: primero llegaron los dolores estomacales, diarrea y vómitos; después la muerte de sus animales; luego el cáncer; hasta que sólo se quedaron los fantasmas. Entonces empezaron a salir los ambientalistas locos. Así los llamaban. Protestaban en contra de la mina que ya estaba – La Alumbrera – y las que podían llegar a instalarse en el futuro: Agua Rica, Pilciao 16, entre muchas más. 

“La ramita en cuestión no participaba al principio. Era una estudiante de secundaria en ese momento – cuenta el árbol – pero un día, el algarrobo caminante circulaba y ella lo vio.”

Sonaban los tambores, pero no del alegre vaivén de una caminata, sino un tan tan bien mecánico y seco. Desde un costado, ella miraba pasar el desfile patrio. De repente, una oleada de movimiento espontáneo le llamó la atención. Los ambientalistas locos corrían entre los que marchaban, saltando y gritando. En vez de rechazo, ella sentía un tirón. Las ramitas le extendían sus manos y ella se las agarró. Ni siquiera fue una decisión consciente. Se metió y caminó con los loquitos por primera vez. 

Después nunca dejó de caminar. Aunque se fue lejos de su tronco para estudiar, ella seguía participando. No podía cerrar los ojos una vez abiertos. Al caminar, la ramita había visto no sólo el presente, también un hilo fibroso que entrelazaba sus memorias. Una raíz que se estiraba hacia el agua. El río era muy importante para ella. No era solo el agua que servía para tomar o regar. Tenía un valor mucho más profundo. En su infancia jugaba ahí y se refrescaba en los días calurosos del verano. Después, con los años, se convirtió en su lugar para meditar. Al dejar los dedos de los pies congelarse en el agua y estudiar cómo la luz jugaba en la corriente, podía pensar y sentir de otra forma. Entonces solo faltaba atar sus recuerdos con la necesidad de defender los cerros, donde nacen los ríos. 

La asamblea caminaba para estrechar ese vínculo entre memoria vital y lucha por el territorio. Hicieron charlas, panfletos, recitales, teatro en la calle, murales y más. Poco después de la primera represión nació la radio comunitaria. Para romper el cerco mediático, los vecinos empezaban a tirar semillas, a través de las transmisiones aéreas. Hacían varios programas semanales desde el predio de la asamblea, custodiado por el mismísimo árbol-hermano que ya daba más sombra que en su infancia.

También sembraron semillas caminando. Los que antes eran brotes ya llegaron a ser ramas, que se preocupaban por los próximos brotes. Uno de ellos arreaba a un grupo de sus estudiantes al lado del río. Guiaba pero también dejaba que tocaran y jugaran. Pasaban el día caminando los cerros con expertos en historia, plantas, y aves. Así, los chicos nutrían sus propias raíces. 

“Porque no puedes proteger lo que no conoces – explicó el algarrobo al zorro – si el caminar te hace despertar, el despertar después te hace seguir caminando. Escuché desapercibido cuando la ramita alta y curtida les contó a sus invitados la diferencia entre caminar y esperar:

_No uso la palabra esperanza. La odio. Es de la religión eso de esperar, esperar un milagro. Esperar para que uno haga algo por vos, el gobernador, los políticos, Dios. Nunca me pasó un milagro, ¿a vos? Te morís esperando un milagro… no, no, esperar no. Hay que caminar…” 

Muchos eran los que elegían caminar. Aunque el número de asistentes en la plaza fluctuaba según la gravedad del momento, los defensores de los cerros caminaban por todos lados. Estaban en las escuelas, en la cancha, en las juntadas de amigos y en la iglesia. Siempre estaban para dar una mano el uno al otro, si era apoyar a uno que perdió el trabajo o si había que encontrar una mascota perdida. Para muchos, la cosa más linda de la lucha eran las ramitas que habían conocido caminando juntos. 

Ahora algo llama la atención al hocico del zorro. Algo en una corriente del viento, un cambio tan leve que no puede discernir qué promete. Se queda atento, tanto a la brisa como al cuento.

Las hojas

“Las historias no siempre son de alegría, unión y éxito- dice el árbol –  lo que da dimensión a los cerros, mientras uno camina entre ellos, también son las sombras. Y la asamblea, que caminó tantos años, también pasaba a veces por la oscuridad. Incluso, a veces son las mismas hojas que tapan la luz para las demás.”

Las corporaciones sí sabían cómo esperar. Si encontraban trabas en un proyecto, hacían crecer su capital en otro lado del mundo, esperando que los caminantes se cansaran. Siempre volvían después para intentar otra vez. Y así fue en Andalgalá: a pesar de que la autorización de Agua Rica se había quitado en 2010 y que el Concejo Deliberante había prohibido la megaminería en la cuenca del río en 2016, encontraba un punto débil institucional y lo presionaba. En el medio de la noche el 28 de diciembre de 2020, la Corte Suprema de Catamarca declaró inconstitucional la prohibición y a las pocas horas de la madrugada empezaron a subir las máquinas al cerro. A diferencia del acampe de 2009, en el que pudieron prevenir y evitar la subida, esta vez el algarrobo caminante llegó tarde. Aunque la respuesta fue multitudinaria, las máquinas ya habían ocupado el territorio y todo se volvió más difícil. Así la pueblada que vino después expresó la desesperación y enojo. En la caminata número 584, incendiaron la sede de la empresa minera.

“Las llamas son bien complicadas, – murmura el algarrobo – tendría que encontrar un árbol mucho más sabio que yo para que le diga que puede ser un bien. Capaz que le diría que hacen revivir al bosque… Destruir para renacer. Pero nadie se quiere quemar, nadie…”

Quizás fueron infiltrados. O jóvenes enojados. O un acto de Dios. Quedaron muchas versiones. Lo cierto es que el poder sabía manejar el incendio. A pesar de tener cientos de policías cerca, dejaron que las llamas consumieran casi todo. Y después se tomó licencia para reprimir. Empezaron los allanamientos y las detenciones de asambleístas, sin pruebas. Lo que más lastimaba, además de los golpes, era tener que esperar. Esperar en la casa para la posible llegada de las pisadas de la policía. Esperar la notificación del celular de otro compañero detenido. Esperar en la celda para una liberación qué tal vez no venía. Y después de 14 días así, seguir esperando la resolución de las causas interminables. 

“Escuché tantas historias relatadas bajo mis ramas – le cuenta el algarrobo al zorro – de triunfos, alegrías, nuevos lazos y aprendizajes; pero también de mentiras, celos, contiendas, y de violencia. Una de esas casi me quebró.”.

Estaban bañadas en el sol de la tarde, cuando de repente pasó una sombra. Y brotaban palabras, viscosas como el bitumen, que después salían a chorro, imposibles de contener. La ramita contó sobre algo que le pasó mientras militaba. Alguien allí había abusado sexualmente de ella. Una herida de hacía años, tantos que era otra la asamblea, otros tiempos también. Pero la cicatriz todavía dolía. Filtraban las palabras que en su momento no se pudieron decir. Nunca hizo una denuncia, según ella le pidieron que no la hiciera.

Desde su perspectiva, priorizaron la reputación de la asamblea por sobre una discusión por violencia de género. ¿Pero cómo se podía defender la tierra y aceptar el abuso? Entonces la unión no era la misma cosa que la coherencia y la coherencia podía ser sacrificada para la unión. Y si no se puede debatir esa contradicción abiertamente, las violencias pueden quedarse adentro también.

“Las historias importan – dice el árbol – no por una verdad absoluta, sino por cómo se cuenta y a quienes… Lloramos todos ese día, lágrimas de savia.”

Las semillas

Un árbol que camina a veces tiene que buscar distancia – dice el árbol al zorro –  al alejarse, me han contado, todo se achica menos las montañas…”

Todo bicho tiene plaga. Al fin y al cabo, la vida es una marcha de seres que alegremente se comen uno al otro. Pero caminar no es marchar. Se puede reducir la velocidad. Pensar. Hablar. Y las asambleas se han demostrado capaces de asumir el diálogo: trabajando sobre las diferencias, encontrando la fuerza en el conflicto. Porque si no, el costo es altísimo. Tu plaza puede convertirse en mina. 

Entonces, cuando el enemigo externo es tan grande hay que cuidar cada ramita, especialmente las más vulnerables. Cada raíz ayuda a que la lucha quede anclada a la tierra. Las corporaciones no son buenas estudiantes de lo vital; aun cuando cavan profundo encuentran un límite. Se puede talar un algarrobo, se puede separar un árbol caminante de sus piernas. Pero no hay forma de sacar sus semillas. Acurrucadas en la tierra, saben exactamente la hora en que deben salir.

El algarrobo nota que el zorrito está perdiendo su batalla. El agua le ha hecho daño. Lo tapa con sus ramitas para que no tenga que mirar más al Pilciao 16, por lo menos. Le dice: 

“Había una investigadora que buscó reparo así como vos en mi cobijo. Pasó mucho tiempo acá pensando. Y un día me hizo una confidencia. Me contó: ‘solo pasé 6 semanas aquí en Andalgalá, pero fue también una vida. Compartí caminatas, comida, vino y fuego con personas que amo mucho. Formaba rutinas, caminatas y trotes en los cerros, lugares preferidos para comprar. Probé el mejor dulce de membrillo del mundo. Sentí el amor, por la tierra, por las personas y también el desamor, enojo y tristeza. Me encontraba yendo a la orilla del río mil veces para buscar consuelo y claridad. Ahí sentada, mirando a sus remolinos, pensé en la facilidad irrisoria que tenemos para echar raíces. Y la increíble dificultad después de arrancarlas. Me sentía un injerto yanqui en Andalgalá, como los membrillos en los troncos de pera…’ La investigadora hizo una pausa y después concluyó: ‘Y aunque uno va lejos, las raíces tiran…’” 

Cómo muere una leyenda

El final del zorrito es también el cierre de esta leyenda, la del algarrobo caminante. Como cualquier mito tiene una relación medio retorcida con la verdad. La Mina Pilciao 16 todavía no llegó a instalarse, ni la de Agua Rica (alias MARA). Pero Bajo de la Alumbrera , todo el desastre que produjo y las luchas que resistieron. Ese algarrobal es real. Todas sus ramas y personas, cientos de personas que defienden la tierra, siguen bien plantadas en Andalgalá hasta el día de hoy. Pero si llega a instalarse la mina, la leyenda anticipa la siguiente conclusión:

Mientras el algarrobo termina la historia, los últimos respiros traquetean el pecho del zorrito. La pequeña luz que lleva adentro chisporrotea. Cierra los ojos y hace saber su última voluntad, que no es tanto un deseo, sino una eventualidad inevitable que sólo pide que apure a cumplirse: que todos los ríos vuelvan a su cauce

No es que la llama del zorro se apague, no. La chispa sale de su cuerpo y entra a la tierra. Ahí no se queda quieto. Al contrario, se empieza a quemar abajo y crecer. Toca a los vestigios de los árboles cortados, cuyas ramas fueron talladas mucho tiempo atrás, pero cuyas raíces quedaron inamovibles en el suelo. Reciben el mensaje y también lo transmiten: ha llegado la hora. 

Se prende fuego uno por uno, inmolaciones en concierto que tiene el efecto paradójico de largar las gotas de agua que han tenido resguardado por años. El agua empieza a calarse, a filtrarse para arriba, tiñendo el polvo marrón con una mancha lodosa. Y cuando el incendio llega al corazón de las montañas (las que siguen de pie), el agua acurrucada en grandes reservas en sus fisuras y grietas empieza a hervir. Como una olla tapada, los cerros no aguantan la creciente presión del agua que quiere salir a toda costa. Irrumpe con fuerza, con los gritos contenidos de miles de seres. Tumba por la cara de la montaña como un llanto, llevando puestas las instalaciones de las minas y borrando sus caminos.

Al llegar a lo que antes era Andalgalá, no entra por donde fue desviado hace todo esos años para esquivar el centro, no. Va a su cauce de antes, con la alegría salvaje de un ser liberado. Así, llena el open pit, que antes era el Pilciao 16, que antes era (y, con suerte, todavía es cuando leas esto) la plaza de Andalgalá. Las cascadas de agua, el viento, los remolinos de tierra, todos se unen en una caminata primordial.

La entrada La leyenda del algarrobo caminante se publicó primero en Revista Anfibia.

 

Escándalo en ANDIS: audios revelan presuntas coimas y salpican a Karina Milei y “Lule” Menem
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Escándalo en ANDIS: audios revelan presuntas coimas y salpican a Karina Milei y “Lule” Menem

 

Gravísimas grabaciones atribuidas a Diego Spagnuolo, director de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), destapan un circuito de retornos con laboratorios y mencionan a la hermana del Presidente. El caso ya llegó a Comodoro Py y fue planteado en el Congreso en pleno debate por la emergencia en discapacidad. El Gobierno guarda un silencio atronador.

Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable


El poder y la caja de la discapacidad

El gobierno de Milei quedó atrapado en un nuevo escándalo de corrupción, esta vez en un área particularmente sensible: la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).
En las últimas horas circularon audios explosivos atribuidos a su titular, Diego Spagnuolo, hombre de confianza directa del Presidente, en los que habla abiertamente de coimas, retornos de laboratorios y menciona de forma directa a Karina Milei y a Eduardo “Lule” Menem.

Las grabaciones, difundidas en el programa Data Clave por los periodistas Ivy Cagnaro y Mauro Federico a través del canal de streaming Carnaval, muestran a Spagnuolo quejándose de la recaudación ilegal en su propia área:

“A mí me pusieron un tipo que maneja todo lo que es la caja mía. Es un delincuente que estaba en la gestión de Macri… Van a pedirle guita a los prestadores”.

El circuito de recaudación

En otro pasaje, la voz atribuida al funcionario describe un sistema aceitado de retornos:

“La gente de la Suizo [Argentina] llama a los demás proveedores y les dice ‘ahora ya no es más el 5, ahora tenés que poner el 8… Lo traés a la Suizo y nosotros lo subimos a Presidencia’”.

El mecanismo mencionado señala directamente a la droguería Suizo Argentina como recaudadora y ubica en el centro de la trama a Karina Milei:

“A Karina le debe llegar el 3 o el 4. Calculo que le debe llegar el 3 porque seguramente le digan que tienen el 5, que el 1% se lo lleva la operatoria, el otro 1% es para mí y Karina se lleva el 3. Seguramente es una cosa así y le están pegando una cogida olímpica (sic)”.

Incluso Spagnuolo asegura haber conversado del tema directamente con Milei:

“Le dije que yo estoy denunciando todos los choreos y que abajo tengo gente que va a pedir guita. Están choreando, te podés hacer el boludo, pero no me tiren a mí este fardo. Tengo todos los WhatsApps de Karina”.

La causa judicial

El abogado Gregorio Dalbón ya presentó una denuncia penal en Comodoro Py, que recayó en el juzgado de Sebastián Casanello.
En sus redes sociales advirtió:

“El escandaloso audio de las coimas ya está en manos de la Justicia. Le roban a la discapacidad. Si con estas pruebas no avanzan ya no podremos creer más en la Justicia”.

Repercusión en el Congreso

El tema no tardó en aterrizar en el Parlamento. Durante la sesión de Diputados donde se discutía el veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad, Leandro Santoro (Unión por la Patria) presentó una cuestión de privilegio contra Spagnuolo:

“Estamos frente a un acto verdaderamente insólito. Están circulando audios supuestamente del señor Spagnuolo diciendo que en el gobierno argentino se cobraron coimas de medio millón de dólares por mes justo cuando esta Cámara debería estar votando el veto de emergencia en discapacidad”.

Lo acompañaron Christian Castillo (FIT), Pablo Juliano (Democracia por Siempre) y Esteban Paulón (Encuentro Federal), quienes pidieron citar al funcionario y a Karina Milei al Congreso.

Un funcionario rodeado de polémicas

Spagnuolo no llega a este escándalo con un prontuario en blanco. Fue abogado de Milei, protagonizó la ofensiva judicial contra el gobierno de Alberto Fernández tras el balotaje de 2023, impulsó el recorte de pensiones por discapacidad desde la ANDIS y tuvo un resonado enfrentamiento con la familia del niño autista Ian Moche, a quien le habría dicho que su situación “no era un problema del Estado”.

La sombra de la corrupción libertaria

Lo nuevo es que ahora, los audios lo exponen denunciando presiones “desde abajo” pero señalando directamente hacia arriba: al corazón del poder libertario. La mención a Karina Milei y “Lule” Menem convierte el caso en un problema político de primera magnitud para un Gobierno que llegó al poder jurando “barrer con la casta”.

La causa en Comodoro Py será un test crucial: ¿avanzará la Justicia frente a semejantes pruebas o el blindaje mediático y judicial volverá a cubrir a los libertarios?

Por lo pronto, el silencio oficial solo confirma la magnitud del escándalo.

 

La oposición pide la citación de Karina para que explique los audios de Spagnuolo blanqueando coimas

La oposición pide la citación de Karina para que explique los audios de Spagnuolo blanqueando coimas

 

El socialista Esteban Paulón presentó este miércoles un proyecto de interpelación al titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo, y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, por el escándalo de los audios donde el funcionario revela una trama de coimas que involucran a las más altas esferas del gobierno.

En medio de la sesión donde la oposición volteó el veto de Javier Milei contra la emergencia en discapacidad, el legislador consideró que los hechos exhiben “un jubileo de la corrupción”.

Su iniciativa, que también lleva la firma de Mónica Fein y Margarita Stolbizer, plantea que las citaciones se justifican porque se reclaman “explicaciones detalladas sobre los audios que la prensa le atribuye al citado director y que hacen clara referencia a la Secretaria de Presidencia en cuanto a receptora de pagos ilegales”.

La inquietud del diputado santafecino pasa por determinar “si existen constancias de reuniones y negociaciones de la ANDis para la contratación de medicamentos e insumos previo a los procesos licitatorios obligatorios por ley”, “si existen vínculos fluidos y trato cercano entre funcionarios/as del oficialismo y/o referentes de La Libertad Avanza con el empresario Jonathan Kovalivker y la droguería Suizo Argentina” y “si ha existido formal negación o falsedad de los audios que ha publicado la prensa”.

Escándalo de los medicamentos: en el peronismo dicen que el dueño de la droguería financió la campaña de Milei

Paulón también propone que se indague “cómo se constituye el ‘negocio’ y quiénes son los beneficiados particulares del mismo, en particular, sobre la mención del 3% y 8% de la contratación”. Además, pregunta “si existen constancias que el empresario Kovalivker y/o la droguería Suizo Argentina han financiado o sean financistas de la campaña presidencial pasada y de la correspondiente a elecciones de medio término a celebrarse durante 2025, individualizando en cada caso”.

Fuentes del Congreso se encargaron de subrayar que también pretenden que asista eventualmente Jhony Kovaliker, gerente de la droguería apuntada en los audios divulgados. Un diputado deslizó que la residencia del empresario, ubicada en La Isla de Nordelta, sería un lugar frecuentado por Milei y Lule Menem: “dicen que es frecuente que el Presidente y Lule vayan de visita y paseen por adentro del barrio probando la colección de autos de Kovaliker”, comentaron.

El escándalo fue leit motiv de las intervenciones de los diputados. El radical Pablo Juliano acusó “la falta de transparencia” y agitó una hoja tamaño A4 con un titular de un diario impreso referido al tema, en tanto que el diputado trotskista Christian “Chipi” Castillo expresó que el gobierno “se aprovecha de la discapacidad”.

Leandro Santoro, por su parte, calificó el caso como “insólito”. “Circulan audios, supuestamente de Spagnuolo, en los que se afirma que la administración argentina percibía coimas de quinientos mil dólares cada mes justamente cuando en este recinto se discute un tema esencial para las personas con discapacidad”, sostuvo.

Dicen que es frecuente que el Presidente y Lule vayan de visita y paseen por adentro del barrio probando la colección de autos de Kovaliker.

LPO publicó en exclusiva, en agosto de 2024, las sospechas sobre esa drogería a raíz de una denuncia de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.

En los audios que reveló el periodista Mauro Federico en el streaming Carnaval se escucha la voz de Spagnuolo describiendo un proceso de recaudación ilegal que involucraría a los primos Lule y Martín Menem. Para colmo, el director del organismo confiesa en esas piezas grabadas que habría informado del asunto al propio Milei.

 

Fracasó el plan de Amalia Granata para acercarse a Pullaro y la mediática bajó su candidatura nacional

Fracasó el plan de Amalia Granata para acercarse a Pullaro y la mediática bajó su candidatura nacional

 

 “Amalia va a ser candidata a diputada nacional, está armando lista y con los votos que tiene puede pelear dos bancas”, hizo circular Leo Squarzón, marido de Granata y asesor del bloque de Somos Vida y Familia.

Sin embargo, la lista pañuelo celeste nunca apareció. Según contaron fuentes legislativas a LPO, Granata y Squarzón intentaron un acercamiento al gobernador Pullaro, pero los radicales no les atendieron el teléfono.

[Amalia Granata competirá como diputada nacional y complica el armado de Karina en Santa Fe]

Es que la diputada provincial mediática polarizó fuertemente con el gobierno en un intento por correr al peronismo del centro de la oposición, pero el oficialismo le desgranó el bloque en la previa a la elección a constituyentes y se le fugaron de tres diputados.

 Amalia Granata y su marido Leo Squarzón intentaron un acercamiento al gobernador Pullaro, pero los radicales no les atendieron el teléfono 

Con el bloque diezmado, el marido de Granata diseñó un plan para acercarse a Pullaro. La idea era lanzar a Amalia de candidata a diputada nacional para sacarle votos a La Libertad Avanza pensando que el oficialismo iba a acompañarlos. Squarzón mandó a Casa de Gobierno al operador que estaba a cargo de conseguir financiamiento, pero no le abrieron la puerta.

La decisión de Amalia de no presentarse le complicó el año al Partido Libertario que en Santa Fe lo conduce la diputada provincial Silvia Malfessi, aliada a Granata. Tenía obligación de ir a elecciones para mantener vigente la personería electoral.

Silvia Malfesi, diputada del Partido Libertario

Como sea, en el gobierno de Pullaro les conviene mantener en la vereda de enfrente a Granata. Al inicio de la Convención Reformadora, la mediática insistió con la impugnación del diploma de Alejandra “Locomotora” Oliveras cuando estaba internada en Terapia Intensiva que derivó en el fallecimiento de la famosa boxeadora. El tema terminó de tensionar el bloque.

[Los trolls de Santiago Caputo complicaron la campaña de Amalia Granata y se le parte el bloque a horas de las elecciones]

Granata le reprochaba a Oliveras de no vivir en Santa Fe cuando se sabe que la panelista está más tiempo en Buenos Aires. De hecho, Amalia está al borde de quedar afuera de la Convención Reformadora porque ya tiene dos inasistencias. En el artículo 2 del Reglamento dice claramente que el convencional que no asiste a tres reuniones las autoridades deben resolver su continuidad.

El viernes pasado de feriado puente, la Constituyente funcionó y Granata pegó el grito en el cielo y justificó su faltazo porque no conseguía niñera, contó a LPO una constituyente que recibió el mensaje por wasap.

 

Se rompió el bloque libertario en medio de la sesión

Se rompió el bloque libertario en medio de la sesión

 

 El bloque de La Libertad Avanza se partió en medio de la sesión de este miércoles y cuatro diputados armaron un bloque aparte que llamaron “Coherencia”.

El nuevo bloque estará integrado por Marcela Pagano, Carlos D’Alessandro y Gerardo González, que abandonaron el bloque oficialista tras votar contra el veto de Javier Milei a la ley de emergencia en discapacidad. 

Estos tres diputados sumaron a la mendocina Lourdes Arrieta, que ya había roto la bancada libertaria para armar un monobloque llamado “Fuerzas del Cielo-Espacio Liberal”.

La diputada Rocío Bonacci, que articula con Pagano, seguirá formando parte del bloque que preside Gabriel Bornoroni. De ese modo seguirá conviviendo con Lilia Lemoine, que está enemistada con ella y Pagano y este miércoles pidió “termos” para integrar la bancada oficial.

Y uno nos hizo perder las elecciones en Formosa antes de irse… podríamos haber salvado la provincia y confiamos en ese inútil.

— Lilia Lemoine %uD83C%uDF4B (@lilialemoine) August 20, 2025

Una de las curiosidades de la flamante bancada es que González es oriundo de Formosa, donde le atribuyen cercanía al jefe de Gabinete provincial, Antonio “Pomelo” Ferreira. Ese nexo del legislador con Gildo Insfrán alimenta los interrogantes acerca de los lazos subterráneos entre el peronismo y algunos legisladores oficialistas.