CIENCIA VERSUS RELATO: ¿Cuándo nació Güemes?
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CIENCIA VERSUS RELATO: ¿Cuándo nació Güemes?

 

Una pregunta simple de respuesta compleja.

Por Guillermo Carlos Delgado Jordan para Noticias La Insuperable

La pregunta es sencilla: ¿cuándo nació Martín Miguel de Güemes? Hablamos del prócer salteño, uno de los tres que cuenta con feriado propio en nuestro país (a la altura de San Martín y Belgrano), pero como en el caso de estos dos, recordando «su paso a la inmortalidad», es decir, en la fecha en que murieron.

Si cualquiera googlea, consulta Wikipedia, el sitio web del gobierno salteño o le pregunta a la I.A., la respuesta es tajante y unívoca: Güemes nació el 8 de febrero de 1785. Entonces ¿de dónde se origina la duda que presenta este artículo?

Hoy en día, la inscripción de nuestro nacimiento queda asentada en el Registro Civil, aunque todos tenemos un tío mayor o un abuelo «al que anotaron más tarde» y la familia le festeja el cumple (o se lo festejaba) en otro día que no era el día en el que estaba registrado.

También contamos con las Actas de Nacimiento que otorgan los centros de salud en donde vio la luz el bebé, y hasta la hora en que nació consta.

El bautismo

Pero a fines del siglo XVIII la cosa era distinta. Tanto que ni país teníamos todavía; formábamos parte del Imperio Español conformando el Virreinato del Río de la Plata. En esos tiempos en Salta, en Buenos Aires y en todo occidente prácticamente, los encargados de registrar a los bebes que venían al mundo eran los eclesiásticos: Pero no lo hacían en el momento en que nacían, sino cuando eran bautizados, y escribían con más o menos ganas (dependía un poco del sacerdote y un poco de la «importancia» de la familia que iba a bautizar a su vástago) el detalle del bautismo en un libro llamado «Libro de Bautismos». Muchos de estos registros se han perdido, otros los deterioró tanto el tiempo que se han vuelto ilegibles; otros, por suerte, se mantienen legibles.

La práctica del registro habitual dejaba constancia de la fecha de bautismo, del lugar (o sea la Iglesia), del sacerdote oficiante, del nombre del bautizado, de sus padres (diferenciando a los «legítimos» de los «naturales», o sea, diferenciando los de padres casados de los que no) y a los padrinos. A veces también se incluía a los abuelos y algún detalle más. También, en general aunque no siempre, se daba algún dato de la edad del bautizado: así, se incorporaban leyenda tipo «del día», «nacido ayer», «de dos días de edad» o lo que el sacerdote pusiera de acuerdo a la declaración de los padres de cuándo había sido el parto.

En el caso del General Güemes, somos afortunados y contamos con su partida registrada en la Iglesia Matriz de Salta. La misma era la Parroquia San Juan Bautista de la Merced, que fue erigida en 1700. Se construyó en los claustros de la orden de los mercedarios, que se establecieron en el lugar a fines del siglo XVII. Originalmente, la iglesia se ubicaba en el mismo predio donde hoy se encuentra el edificio actual, en la calle Caseros. La iglesia actual, de estilo neogótico, fue construida entre 1907 y 1914, reemplazando a la antigua estructura que estaba en mal estado.

La Historia es una ciencia, y como tal esta sujeta a un método científico para el análisis de los hechos. Contar, como en este caso, con una fuente documental primaria como lo es el registro del bautismo del héroe de la Independencia nos brinda una certeza prácticamente indubitable. Así que veamos qué dice la misma, ubicada en los folios 57 y 58 del Libro V de la mencionada Iglesia:

En esta Sta Iglesia Matriz de Salta el 9 de Febrero de mil setecientos ochenta y cinco, Yo el Cura Rector mas antiguo, exorcisé, bauticé y puse óleo, y crisma a Martin Miguel Juan de Mata, criatura nacida de dos días, e hijo legítimo de dn Gabriel de Guemes Montero y da Maria Magdalena de Goyechea, y la Corte, y fueron sus Padrinos de agua y oleo dn Josef Gonzalez de Prada Contador Ministro Principal de Rl Hazda y da Maria Ignacia Cornejo, y para que conste lo firmé. Dr. Gabriel Gómez Recio”.

Bautizado el 9 de febrero, «criatura nacida de dos días», inobjetablemente asegura que la fecha de nacimiento fue el día 7, y no el 8 como se asegura en general.

¿Entonces?

El nombre

Como vimos en la partida, el nombre completo del prócer era Martín Miguel Juan de la Mata. «Martín Miguel» era el nombre de su abuelo materno, Martín Miguel de Goyechea Argañaraz, jujeño, , quien se desempeñaba como teniente gobernador de Jujuy y descendía por rama materna de los fundadores de la ciudad1.

«Juan de la Mata» es santo es el fundador de la orden de la Santísima Trinidad, y en el santoral se festeja los días 8 de febrero.

Esta razón (y que «familiares» del prócer decían que había nacido el 8) llevó a decenas de historiadores a pasar por alto el valor documental del registro bautismal.

Era práctica habitual por entonces (práctica que se extendió hasta bien entrado el siglo XX en algunas familias), a llamar al recién nacido de acuerdo al santoral. En los hechos, se utilizaba comúnmente el nombre del santo del día de nacido para el primer nombre y el del día siguiente para el segundo. O a veces se hacía a la inversa.

Hemos visto este ejemplo cuando planteamos la fecha de nacimiento «real» de Sarmiento, que ni siquiera se llamaba Domingo. Por lo cual, tomar como determinante solo el nombre del santo para invalidar un fecha claramente registrada suena a poco.

Numismática

En 1894, la Junta de Numismática Americana (actual Academia Nacional de la Historia) rindió homenaje al General Martín Miguel de Güemes con la acuñación de una medalla. Esta medalla fue entregada a varios destinatarios, incluyendo a Don Martín Miguel Güemes, nieto mayor del héroe. La iniciativa buscaba reconocer la figura de Güemes y su papel en la independencia americana, especialmente su defensa de las fronteras norteñas.

La medalla llevaba en el anverso el busto del General Güemes con uniforme militar, ramas de roble y palma, y la leyenda «GENERAL MARTIN MIGUEL DE GÜEMES». La Junta también envió una nota a los familiares de Güemes, destacando su valentía y el homenaje que se le rendía. 

Pero, para lo que nos ocupa, es de destacar que en estas medallas también constaba la fecha de nacimiento y muerte del General. Y la misma, grabada en cobre, es inobjetable «7 de febrero de 1785».

  1. Aramendi, Bárbara: «La familia de Martín Miguel de Güemes». P.225 https://cefadigital.edu.ar/bitstream/1847939/2080/1/Cap%C3%ADtulo%2011%20-%20ARAMENDI.pdf ↩

 

La desenfrenada

 

Una nueva Policía Federal. Modernizada. Con atribuciones ampliadas. Agentes encargados de investigar y de ciberpatrullar (es decir, perseguir delincuentes en redes) con discrecionalidad. Un Departamento Federal de Investigaciones (DFI), al mejor estilo FBI. Esto no es ficción. Se desprende del Anexo del  Decreto 383/2025 que el Poder Ejecutivo publicó el 17 de junio para modificar sustancialmente las funciones históricas de la fuerza, a cargo del Ministerio de Seguridad Nacional que comanda Patricia Bullrich. 

Para un gobierno sin Estado, el énfasis en el poder represivo estatal podría parecer una paradoja. Pero no lo es, si se lee esta medida en tándem con otras que apuntan a vigilar, castigar y disciplinar a una población, y precarizarla.

¿Fue casualidad que el decreto haya sido publicado y anunciado el mismo día que la Justicia dictaminó la prisión domiciliaria con tobillera electrónica a Cristina Fernández de Kirchner?

Rebaje, freno y vuelta al ruedo

Después de que el gendarme Guerrero dejara al borde de la muerte  al fotoperiodista Pablo Grillo en una de las manifestaciones de los jubilados, el gobierno de Javier Milei pareció ponerle un freno a su ministra de Seguridad. Pero a la vista de este nuevo decreto, tres meses después, Bullrich volvió recargada.

En realidad, ya había vuelto al ruedo de manera más solapada el 11 de mayo cuando autorizó la mudanza desde una cárcel común a una prisión VIP en Campo de Mayo de 19 represores de la última dictadura militar y fue repudiada por organismos de Derechos Humanos. O al anunciar el permiso al Ejército para ampliar sus poderes de policía fronteriza en el norte salteño, con el significativo nombre de “Operación Roca”.

Y volvió a subir la apuesta a la defensa corporativa de sus fuerzas cuando justificó al policía Facundo Aguilar Fajardo que mató a Thiago Correa, de 7 años. Fajardo —hoy preso con el cargo de homicidio simple con dolo eventual— había disparado a mansalva y por la espalda a tres hombres que intentaron asaltarlo en una parada de colectivo en Ciudad Evita. Una de las balas alcanzó la cabeza de Thiago, quien murió dos días después. El policía también mató a uno de los delincuentes e hirió a los otros dos. Por la muerte de Thiago, Bullrich culpó a los ladrones.

¿Es posible imaginar un futuro más distópico que este presente?

Una Argentina con dos clases: los presos y las fuerzas de seguridad. Por fuera, un pequeño grupo gobernante que elige y reparte. La obra privada (no pública) y el negocio inmobiliario viran hacia la construcción de miles de cárceles distribuidas a lo largo del territorio nacional. 

Se contratan arquitectos, ingenieros, físicos y matemáticos: todos profesionales de las ciencias duras; el resto es tildado de woke. Se sellan las frentes de artistas, intelectuales, sociólogos, politólogos, docentes y un gran etcétera, con las cuatro letras que forman la palabra en inglés. Todo woke debe cumplir su condena sin límite de tiempo en las nuevas cárceles. 

En esta distopía futurista, el gobierno central genera, a través de la Inteligencia Artificial, una doble exacta de Patricia Bullrich, a quien se le asigna el flamante cargo de Excelentísima Ministra de Vigilancia Panóptica y se le exige vestir de riguroso uniforme militar, algo que ella acepta gustosa.

No hay más piso en la edad de imputabilidad; tampoco techo. De madre woke se infiere el nacimiento de bebé woke, cuya frente es sellada en la clínica carcelaria. Un Consejo de expertos determina qué pacientes vale la pena rescatar y cuáles otros deben recibir la inyección de pentotal. Entre estos últimos, los mayores son los primeros en sacrificarse cuando los límites espaciales lo ameritan. 

Para la organización del trabajo en el interior de las ciudades carcelarias, la droga que se suministra a toda la población es el soma, una versión actualizada de la sustancia ficticia inventada en 1932 por el escritor británico Aldous Huxley en su novela Un mundo feliz, que anula la voluntad y convierte a los ciudadanos en trabajadores autómatas. La fabricación de la droga a gran escala es encargada a un laboratorio británico a cambio de la entrega de las Islas Malvinas, denominación que se prohíbe para adoptar la inglesa Falklands. Se azota a quienes incumplen la prohibición.

Cada individuo debe procurar su alimento y el de su familia en las grandes extensiones sembradas dentro del perímetro carcelario. Se asignan espacios aptos para la procreación de la especie y se determinan las parejas luego de exhaustivos exámenes genéticos, en los que el Estado carcelario y las empresas asociadas invierten ingentes sumas de dinero. 

La nueva Argentina carcelaria es modelo en la región y en el mundo geopolíticamente alineado. Celebrada por los líderes de las grandes potencias,  exporta experiencia y conocimientos de este gigantesco laboratorio que abarca los 2,78 millones de kilómetros cuadrados de territorio continental.

Cómo llegamos a este presente distópico

Pasó el 13 de diciembre de 2024. A Patricia Bullrich no le gusta que la frenen y lo dejó claro en la cena de fin de año de la agrupación Apertura Republicana. “Yo quería dar un paso y venía alguien y me frenaba. Quería dar otro paso, y me frenaban… Y ahora no me frena nadie”. Con “alguien” se refería  a Mauricio Macri. Durante su presidencia (2015-2019), Bullrich ocupó el mismo cargo que hoy ostenta. Al decir “nadie” (me frena ahora), hablaba de Javier Milei.

La promesa cumplida fue la de sacar las fuerzas de seguridad a las calles para frenar la protesta social. Decía, a un año de las elecciones que la habían repuesto en el cargo: “El poder llevar adelante lo que uno piensa, lo que uno cree, sin que alguien te diga no, pará, no tanto, no me saques tantos policías a la calle, no, ponelos un poquito más lejos… no, no, no… no, ¡las pelotas!”

Policías de la Ciudad y de la Federal en la calle, pero también Gendarmería, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Prefectura son las fuerzas federales a las que acude cuando la ocasión lo amerita. Aunque habitualmente asignadas a otras tareas, como el cuidado de las fronteras, ingresos y salidas al y del país, estas fuerzas fueron utilizadas para enfrentar las manifestaciones cerca del Congreso Nacional. Sobre ellas, la ministra realizó históricamente una defensa corporativa e indeclinable: lo hizo en el caso Chocobar, el policía que mató a un ladrón en plena calle; defendió a los gendarmes en el caso Santiago Maldonado y, más recientemente, en el caso Grillo. El gatillo fácil es la práctica que se reivindica al decir “el que las hace las paga” o al amenazar sobre los riesgos de participar de cualquier manifestación en defensa de derechos constitucionales. 

I love gendarmería

Al final de su libro Guerra sin cuartel. Terminar con la inseguridad en la Argentina (Sudamericana), Patricia Bullrich incluye un “Decálogo del liderazgo en seguridad”. Una especie de autoayuda para líderes de las fuerzas represivas del Estado. El punto 10, Valoración, es significativo a la hora de pensar en la defensa de los errores de sus subordinados: “Reconozca a sus efectivos por sus triunfos y acompáñelos en el dolor. La indiferencia no construye lealtades.” 

Gendarmería parece ser la fuerza preferida de la Ministra, ya que suele actuar en la otra gran batalla de la que ella se jacta: la lucha contra el narcotráfico. Los operativos son espectaculares y responden a ese otro mantra: “Droga que se incauta, droga que se quema”. Las imágenes de gendarmes atrapando “narcos” son parte de la publicidad de la ministra defensora de las cárceles de Bukele. El afán por demostrar esos triunfos en la guerra antinarco la llevó a publicitar situaciones absurdas, como la que involucró a un hombre detenido 21 días en Mendoza porque confundieron talco con cocaína, algo que la ministra justificó.

El 10 de febrero de 2025, al ser increpada en Salta por familiares de efectivos de Gendarmería y de otras fuerzas federales en reclamo de sueldos dignos, Bullrich les prometió la adjudicación de viviendas del plan Procrear. ¿No sabía que el gobierno que representa le había dado de baja a ese programa? ¿Fue un desconocimiento o un acto de demagogía irrefrenable? ¿Realmente la ministra cuida a sus fuerzas cuando las expone en los operativos de represión?

Bullrich nunca considera que la violencia de arriba engendra la violencia de abajo ni que la represión estatal es violenta. Ella siempre habla de “los violentos” para englobar a un montón de personas de colectivos diferentes que ejercerían la violencia, a partir de lo cual extrae conclusiones por método inductivo. 

Hinchas de clubes de fútbol anunciaron que iban a participar de la marcha del 12 de marzo, con la frase de Diego Maradona como emblema: “Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados”. Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años arrojada al piso por un policía al cual ella le pegaba por la espalda fue, para la ministra, “una violenta”. El policía que la empujó lo hizo con sensatez, cumpliendo con su deber. 

Los patovicas o barras bravas (en un confuso relato de la ministra, donde asimila hincha a barra y saca una conclusión cuyos argumentos serán ampliamente refutados) son todos violentos e irán presos, en función de la flamante ley de reiterancia que Bullrich acaba de implantar, y que justifica la prisión preventiva: si les encuentran antecedentes, eso explica y justifica la prisión por haber ido a una marcha aunque no haya condena previa. 

El caso más notorio de defensa a la fuerza es el del cabo Guerrero, de la Unidad Móvil 6 de Gendarmería, quien ese día hirió gravemente a Pablo Grillo con un disparo de gas lacrimógeno. Contra toda evidencia (de las filmaciones y de testigos oculares), Bullrich no sólo lo defendió diciendo que el ángulo de disparo fue de 45 grados, sino que además aclaró que no iba a iniciar ningún sumario ni investigarlo. En la fuerza sí se inició un sumario interno y cuando este dato se hizo público, Bullrich se apresuró a decir que fue ella quien lo había ordenado. 

Pero en un primer momento culpó a la víctima, dijo que Pablo Grillo estaba preso, con una presunción ideológica: militante kirchnerista y empleado estatal, los dos “males” que aquejan a la patria. Luego, la realidad la obligó a cambiar el discurso (Grillo era fotógrafo y estaba hospitalizado), aunque siguió firme en la defensa corporativa. “Todos los gendarmes tiran como tienen que tirar”, dijo en un programa de televisión, donde aseguró además que “no hubo excesos”, una frase de duras resonancias. Una cabeza iba a rodar: Bullrich echó al director de Inteligencia Criminal de su cartera, Ricardo José Ferrer, y lo responsabilizó de aportar información falsa sobre Grillo.

Curiosamente, el 31 de marzo, a Kaloian Santos Cabrera, el fotógrafo que identificó a Guerrero en una imagen y que trabajaba para la Secretaría de Cultura de la Nación, no le renovaron el contrato. 

La ministra fue subiendo la apuesta: además de presentar el proyecto de “ley antibarras”, acusó también a intendentes del conurbano y a dirigentes de izquierda “violentos” de organizar la movida. Un tiro por elevación al gobernador Axel Kicillof, claro oponente en las próximas elecciones. Todas las medidas que toma Bullrich son políticas, dirá el ex ministro de seguridad y senador por la Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni.

Bullrich sería medida por el gobierno para disputarle al PRO la gobernación de la Ciudad de Buenos Aires en la pelea de familias con apellidos que empiezan con M, y rápidamente reemplazada por el vocero presidencial Manuel Adorni.

Llamada al orden

Hubo frenos. El primero vino del Poder Judicial, cuando la jueza Karina Andrade liberó a los 114 detenidos en la marcha del 12 de marzo. Bullrich instruyó a su Ministerio para que la denunciara penalmente. Ella también fue denunciada por organismos de Derechos Humanos, por los delitos de privación de la libertad, apremios ilegales y abuso de autoridad. A partir de un planteo de inconstitucionalidad del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el gremio de periodistas SiPreBa y Amnistía Internacional, fue la Justicia la encargada de monitorear la aplicación del protocolo antipiquetes en la manifestación del miércoles 19. En la causa en la que se imputa al responsable del disparo, donde la familia Grillo se presentó como querellante, se pidió  investigar  la responsabilidad de Bullrich. Beatriz Blanco también realizó una denuncia penal. Y la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) presentó de oficio dos denuncias centradas en los dos ataques.

Otro freno, clave, llegaría desde las entrañas del gobierno. El martes 18 de marzo al mediodía —en la previa a la marcha del 19, convocada por jubilados y organizaciones sociales—, se realizó una reunión de contenido secreto (quién pudiera ser mosca) en la oficina de Santiago Caputo en Casa Rosada, con el jefe de la SIDE, Sergio Neiffert  —“señor 5” en el código de los espías— ; el “señor 8”, Diego Kravetz, y otros personajes de alto rango. Si bien el discurso del Poder Ejecutivo apunta a “quieren derrocar al gobierno”, la reunión dejó en claro que el costo político era alto. ¿Mejor prevenir que reprimir?

Como resultado de esa reunión, el gobierno montó un operativo de seguridad espectacular y puso los dispositivos de inteligencia en alerta. Ese día, vestida de riguroso verde oliva, Bullrich dio una conferencia de prensa donde pidió correr el eje: “Me gustaría que hablen de la violencia de los manifestantes, no de la respuesta de las fuerzas de seguridad”. Una respuesta cuyos excesos había que frenar.

Luego llegó el freno desde el Poder Legislativo. Diputados de distintos bloques recibieron a personas reprimidas y a testigos presenciales, periodistas, reporteros gráficos y analistas de seguridad que mostraron las debilidades e inconsistencias en las acusaciones de Bullrich. Y el 1 de abril, la Bicameral de Servicios de Inteligencia del Parlamento pidió un informe por la participación de la SIDE en la organización de los operativos de seguridad y citó a la ministra para que diera explicaciones sobre el accionar de las fuerzas en la marcha del 12. 

¿La frena la democracia? Cambia, todo cambia: solo un par de meses después, la ministra volvió recargada. Desenfrenada. 

El piquete de las fuerzas

El 19 de marzo, en las horas previas a la marcha por los jubilados, dos videos del ministerio de Seguridad que Bullrich posteó en Instagram ofrecían recompensa y alertaban:

Video 1: Marcha o violencia: no es lo mismo. Recompensa para quien denuncie a los violentos. Llamá al 134.

En el barrio se diría: Ponete la gorra. ¿A qué violentos habría que denunciar? 

Video 2: Marcha o violencia: no es lo mismo. Alterar el orden público y la vida democrática es un delito federal. Si hay violencia, alejarse. Las Fuerzas actuarán.

Yo te avisé. 

Esa tarde no se aplicó el protocolo antipiquetes pero sí hubo un vallado férreo y un espectacular operativo de seguridad desplegado en los alrededores del Congreso, convertido en “zona estéril”. Participaron 1.000 efectivos de las fuerzas federales y 900 de la policía metropolitana. Otro video oficial bastante distópico proyectado en las estaciones de trenes, en el lugar donde se espera ver los horarios, advertía, por si no había quedado claro: “La policía va a reprimir todo atentado contra la República”. Como para no meter miedo. 

El 24 de Marzo, en la multitudinaria marcha de la Memoria, Verdad y Justicia a Plaza de Mayo en rememoración del último golpe militar, tampoco se cumplió el protocolo ni hubo fuerzas desplegadas, más allá de grupos de policías en las calles aledañas, donde las vallas impedían el ingreso de autos. Bullrich dijo que no iba a congregar a sus fuerzas porque era una “fecha histórica”. En cambio, monitoreó la marcha desde el Comando Unificado. Ahí, en las fotos, se observa su mirada panóptica. Guarda que te estoy mirando.

Aunque parezca lo contrario, al gobierno le importa el costo político: en una marcha tan convocante, represión podría equivaler a masacre. Está comprobado que las manifestaciones donde las fuerzas oficiales y las parafuerzas o “infiltrados” no participan, ocurren pacíficamente. Así sucedió este miércoles en la multitudinaria marcha a Plaza de Mayo en apoyo a Cristina, donde también hubo controles poblacionales y requisas a los micros que llegaron de las distintas provincias. La Ministra, naturalmente, los justificó, minimizó el número de manifestantes y reveló la cifra de custodios asignados a la ex Presidenta.

Dos años atrás, Bullrich se ubicaba del lado del Nunca Más. Según declaró en el canal A24: “Independientemente de si fueron 30 mil u 8 mil (los desaparecidos), lo de fondo es que Argentina nunca más puede tener esos enfrentamientos fratricidas como los que tuvo”. Interesante para pensar en fratricidio cuando ordena a las fuerzas federales disparar contra “hermanos” en las marchas.

El 26 de marzo, en una nueva marcha de jubilados, se registraron 38 heridos por gases lacrimógenos, entre ellos una nena de ocho años que salía del dentista. Ese día, el gobierno de Milei oficializó un aumento del 2,4 por ciento para jubilados y pensionados, y ratificó el bono de 70 mil pesos, congelado desde hace un año. Este caso remite al 11 de septiembre de 2024, cuando durante una manifestación en contra del veto presidencial a la reforma de la fórmula jubilatoria otra nena de 10 años fue rociada con gas lacrimógeno por un agente de la Policía Federal. El gobierno había acusado a una manifestante y Bullrich, como siempre, defendió la actuación policial: argumentó que no fue intencional y que la nena “ya estaba gaseada”. Pero en mayo de este año, el policía quedó procesado por la Justicia. 

Los “ataques preventivos” que acciona la ministra son funcionales a las medidas de ajuste hasta que se desenfrena. Ahí, parece, la llaman al orden. Por un rato. La firma reciente del decreto 383, que modifica sustancialmente las funciones históricas de la fuerza y les da mayor libertad de acción, muestra que el desenfreno para el control de la ciudadanía y la apuesta al punitivismo es lo que en realidad funciona para el gobierno nacional.  

La entrada La desenfrenada se publicó primero en Revista Anfibia.

 

Se hicieron encima: En Comodoro Py debatieron hacer teletrabajo y hasta colocar francotiradores
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Se hicieron encima: En Comodoro Py debatieron hacer teletrabajo y hasta colocar francotiradores

 

El pánico de los poderosos: jueces debatieron entre el home office y francotiradores mientras el pueblo marchaba por Cristina.

En una escena digna de una distopía judicial, los jueces de Comodoro Py entraron en pánico al enterarse de la masiva movilización que el peronismo preparaba para acompañar a Cristina Fernández de Kirchner hasta los tribunales. Según reveló el portal La Política Online, la conmoción entre los camaristas fue tal que, en una reunión de Superintendencia de la Cámara de Casación, se evaluó insólitamente la posibilidad de adoptar el home office… o incluso instalar francotiradores en el edificio.

La absurda discusión expone el nivel de desconexión de una casta judicial que no midió el impacto político y social de una decisión que pretende encarcelar a la dirigente más importante del país, con nula legitimidad popular y evidentes motivaciones políticas.

El temor a la multitud

Todo comenzó con la notificación del juez Jorge Gorini, quien había enviado un oficio advirtiendo que los días 17 y 18 de junio se harían efectivas las detenciones en la causa Vialidad. La reacción fue inmediata: preocupación, llamados desesperados y un despliegue de seguridad inédito, como si se tratara de una amenaza militar.

Daniel Petrone, presidente de la Cámara de Casación, informó que Gorini pedía “medidas de seguridad suficientes”. Esto generó una cascada de llamados entre jueces, fuerzas de seguridad, el Ministerio de Seguridad porteño y hasta funcionarios del Gobierno nacional. El objetivo: blindar Comodoro Py.

Tan desbordante fue el nerviosismo que se desplegó una unidad especial de la Policía Federal, camiones celulares y hasta el Grupo Especial de Operaciones (GEOP), encargado de revisar el edificio durante el fin de semana previo.

¿Francotiradores para contener una marcha?

La paranoia alcanzó un nivel grotesco cuando, según relataron fuentes judiciales a LPO, se planteó la opción de colocar francotiradores en los techos del edificio judicial. La jueza Ángela Ledesma se opuso categóricamente al despliegue de fuerzas armadas y logró frenar el delirio represivo. La propuesta, sin embargo, demuestra el grado de desconexión institucional frente a una manifestación pacífica en defensa de los derechos políticos de una dirigente proscripta.

Un fiscal citado por el mismo medio señaló que incluso el juez Carlos Mahiques expresó temor porque en la ciudad bonaerense de Mercedes aparecieron volantes agraviantes hacia su persona y su familia. “Se pasaron de rosca, no midieron las consecuencias, es como el 2×1”, comparó uno de los jueces, recordando el repudio generalizado que despertó el intento de beneficiar con un cómputo de penas al represor Luis Muiña en 2017.

“No jodan con Cristina”: el mensaje que incomodó a los jueces

El clamor popular retumbó con fuerza en los pasillos de tribunales. Una imagen en particular incomodó especialmente a los magistrados: la columna de La Cámpora, encabezada por una bandera que decía sin eufemismos “Jueces macristas, no jodan con Cristina”. La frase, directa y potente, no dejó margen a la interpretación.

“El repudio en la calle no le gusta a nadie. Menos cuando es de este alcance. Y eso que frenaron los micros”, confesó un juez.

Mientras el aparato judicial y político que sustenta al gobierno de Javier Milei intenta disfrazar de “independencia judicial” lo que no es más que una operación de persecución política, las calles hablaron con claridad. El pueblo argentino sigue demostrando que no se resigna a ver cómo encarcelan a sus referentes por medio de una justicia servil, sin pruebas ni legitimidad.

Entre el lawfare y el miedo a la calle

Este nuevo capítulo del lawfare en Argentina no solo confirma la intención de proscribir a Cristina Fernández de Kirchner, sino que también deja en evidencia algo más profundo: el temor visceral de los jueces al pueblo movilizado. Cuando la Justicia deja de impartir justicia y se convierte en instrumento del poder económico, no es extraño que sus operadores tiemblen frente a una multitud que exige democracia y soberanía.

El desvarío de discutir francotiradores para enfrentar una manifestación política deja al desnudo que el problema no es la seguridad del edificio de Retiro, sino el pánico de una cúpula judicial que sabe que sus decisiones ya no tienen respaldo social.

Porque cuando los pueblos marchan, los poderosos tiemblan.

(EnOrsai)

 

CONFLICTO DIPLOMÁTICO: La Embajada de Rusia pidió explicaciones al Gobierno argentino por las declaraciones de Adorni
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CONFLICTO DIPLOMÁTICO: La Embajada de Rusia pidió explicaciones al Gobierno argentino por las declaraciones de Adorni

 

El vocero dio nombres y hablo de presunto espionaje.

La Embajada de la Federación de Rusia en Argentina expresó su preocupación por las declaraciones realizadas el pasado 18 de junio por el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien mencionó el descubrimiento de “un grupo de residentes rusos en Argentina que estarían realizando tareas sospechosas en favor de intereses geopolíticos de Rusia”.

Según indicó la representación diplomática rusa, Adorni mencionó en su conferencia de prensa a dos ciudadanos identificados como Lev Andriashvili e Irina Yakovenko como presuntos líderes del grupo.

Sin embargo, la Embajada afirmó que estas personas “no están registradas en la sección consular” y que, ante esta situación, “se ha enviado una Nota Verbal al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina solicitando aclaraciones sobre su estatus legal”.

Desde la sede diplomática lamentaron que “esta no es la primera oleada de una manía de espionaje relacionada con los intentos de los adversarios de nuestro país de perjudicar las relaciones ruso-argentinas”.

Las autoridades rusas evitaron realizar mayores comentarios hasta recibir una respuesta oficial del Gobierno argentino, aunque reafirmaron su disposición al diálogo y al fortalecimiento de los lazos bilaterales.

 

Scatturice, asesor de confianza de Santiago Caputo, se quedó con Flybondi

Scatturice, asesor de confianza de Santiago Caputo, se quedó con Flybondi

 

La empresa fetiche del macrismo, la low cost Flybondi, tuvo que tirar la toalla. La firma que el ex ministro Guillermo Dietrich promocionó hasta el cansancio, comunico oficialmente este miércoles que el fondo inversor estadounidense COC Global Enterprise es el nuevo dueño de la compañía.

 El principal accionista de COC Global es Leonardo Scatturice, asesor de confianza

de Santiago Caputo. Fue quien recomendó a Andrés Vázquez para que quedara al frente de la DGI. Scatturice, que vive en Miami, tiene buenos contactos en el trumpismo, al punto que trajo de visita al secretario del Tesoro, Scott Bessent, en su jet privado. 

Su disposición a prestar su avión privado a la administración libertaria le provocó un dolor de cabeza por un misterioso vuelo que estuvo una semana demorado en Aeroparque en el que viajó Laura Arrieta, vinculada al trumpismo de Miami.

Uno de los socios de Scatturice es Barry Bennett, exasesor de Donald Trump. Junto a otros aliados del think tank trumpista CPAC, fundó la consultora Tactic Global, desde donde se convirtió en uno de los hombres clave en la versión argentina de esta organización ultraconservadora. 

El caso del avión misterioso no es el primera escándalo que enfrenta Scatturice. A fines del gobierno de Cristina Kirchner, su empresa, C3 Consultings, quedó en medio de una guerra de espías. Su teléfono fue pinchado en plena guerra entre Jaime Stiuso y Fernando Pocino, con quien tenía buena relación. 

La disposición de Scatturice de prestar su avión privado a la administración libertaria le provocó un dolor de cabeza por un misterioso vuelo que estuvo una semana demorado en Aeroparque, en el que viajó Laura Arrieta, vinculada al trumpismo de Miami.

En esas escuchas apareció de todo. Después de aquel episodio, Scatturice se fue del país. Pasó por Panamá y luego se instaló en Estados Unidos, donde se casó con una ciudadana norteamericana, Diana Marquardt, y desde entonces se mueve entre el mundo de los negocios, la política y el lobby internacional. Ahora se sumó al negocio aercomercial.

 El comunicado oficial de Flybondi indicó que “COC es un fondo de inversión privado enfocado en identificar y expandir empresas con alto potencial en América Latina y Norteamérica. Su llegada a Flybondi marca el inicio de una nueva etapa que incluye la continuidad de los puestos de trabajo y en la que se buscara consolidar la operación y el servicio y retomar los planes de crecimiento en Argentina como en la región”.   

Lo cierto es que la empresa fetiche de Macri y Dietrich, emblema de la fallida “revolución de los aviones”, estaba descabezada y arrastra graves denuncias de seguridad operacional además de un nefasto historial de cancelaciones y over booking. 

El fiscal Carlos Rivolo investiga una denuncia penal contra cinco directivos de Flybondi. Su CEO, José Mauricio Sana Saldaña; Fabián Pérez, gerente de Seguridad Operacional; Omar Alejandro Buono, director de Área Técnica; Walter Fridman, gerente de Calidad y Juan Pablo Luchetti.

La acusación se centra en el presunto uso reiterado de talleres de reparación y mantenimiento que habían sido clausurados por la propia ANAC, poniendo en riesgo la seguridad operacional de los vuelos.

 

Con la ayuda de Venezuela y China, el gobierno evitó que fracase el reclamo por Malvinas

Con la ayuda de Venezuela y China, el gobierno evitó que fracase el reclamo por Malvinas

 

El gobierno logró sacar por consenso el documento por el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas. En la previa había muchas dudas porque el alineamiento de Javier Milei con Israel genera tensiones con los países árabes que proponen una desescalada y ven como una provocación el cambio de embajada de Tel Aviv a Jerusalén. 

En este marco, como ocurrió el año pasado, el alineamiento de la política exterior libertaria nuevamente ponía en riesgo el documento de consenso, algo que debería ser un tramite administrativo. Incluso hasta último momento esto no estaba del todo garantizado. 

Una fuente diplomática que estuvo cerca de las negociaciones dijo a LPO que “si se escuchan los discursos con entendimiento diplomático se ve que no fue un logro. Un consenso atado con alambre (sobre todo por las intervenciones de Timor Leste y Antigua), discursos anodinos de los demás e incluso de Venezuela que aprovechó para meter el tema del Esequibo (la disputa territorial que tiene con Guyana)”.

Esta fuente destaca el trabajo del cónsul en Nueva York, Gerardo Díaz Bartolomé, quien fue el que trabajó el tema Malvinas durante el kirchnerismo, conoce el tema y fue el responsable de prensa durante la gestión de Diana Mondino hasta ser nombrado en esta nueva sede.

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“Conoce a toda la gente en el comité y se puso al hombro el tema. Le salvó las papas estos meses al Embajador en ONU Francisco Tropepi que no tiene experiencia multilateral ni antecedentes profesionales. Hizo gestiones personales con Antigua y Barbuda y Timor Leste”, remarcan. 

Si se escuchan los discursos con entendimiento diplomático se ve que no fue un logro. Un consenso atado con alambre (sobre todo por las intervenciones de Timor Leste y Antigua), discursos anodinos de los demás e incluso de Venezuela que aprovechó para meter el tema del Esequibo (la disputa territorial que tiene con Guyana)

En efecto, las negociaciones no fueron sencillas pero se alcanzó el consenso. “Finalmente caímos en manos de los bolivarianos. Hablaron a favor de nosotros Venezuela, Bolivia, Cuba, Chila y China. Menos mal que entendieron que el país está por encima del gobierno de turno”, revelan.

Sobre los países árabes, esta fuente asegura que decidieron no expresarse en contra “porque del otro lado está Inglaterra” pero remarca que “el enojo se mantiene”.

Finalmente caímos en manos de los bolivarianos. Hablaron a favor de nosotros Venezuela, Bolivia, Cuba, Chila y China. Menos mal que entendieron que el país está por encima del gobierno de turno

El canciller Gerardo Werthein sostuvo “el reclamo de la Argentina por la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”, y consideró “que existen condiciones favorables para abrir una nueva etapa de diálogo” con el Reino Unido “que permita abordar de manera constructiva todos los temas de interés mutuo, incluyendo la cuestión de soberanía”.

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Werthein criticó la “presencia militar desproporcionada en las islas” y las “decisiones unilaterales” por parte de Londres, reiteró la plena disposición de la Argentina a reanudar “negociaciones bilaterales sustantivas” con el gobierno británico.

El documento resalta que en Malvinas debe darse la solución pacífica de la disputa de soberanía entre las únicas dos partes de la controversia: la Argentina y el Reino Unido. Asimismo, la resolución reitera su firme apoyo a la misión de buenos oficios del Secretario General, Antonio Guterres, a fin de ayudar a las partes a cumplir lo solicitado por la Asamblea General en sus resoluciones.