Política

  • |

    Bullrich se queda: el DNU que confirma su permanencia en Seguridad y sepulta su banca en el Senado

     

    Fuentes cercanas a la Casa Rosada aseguran que el Decreto 793/2025 publicado hoy en el Boletín Oficial, lejos de ser una mera reorganización administrativa, es la confirmación tácita de que Patricia Bullrich no asumirá su banca en el Senado. El traslado de Migraciones y el Renaper a su órbita en Seguridad consolida su poder interno y la ubica en una posición clave hacia 2027.

    Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable

    El Decreto de Necesidad y Urgencia 793/2025, firmado por Milei y publicado este lunes en el Boletín Oficial, reconfigura de raíz la estructura del Poder Ejecutivo Nacional. La norma, presentada oficialmente como una medida de “eficiencia y modernización del Estado”, fusiona, elimina y reubica organismos enteros, pero uno de sus artículos encierra una lectura política que no pasó inadvertida ni siquiera entre los pasillos de Balcarce 50: Patricia Bullrich se queda en el Ministerio de Seguridad.

    El corazón del DNU: Migraciones y Renaper, bajo control policial

    Como informó hoy Noticias La Insuperable en su artículo “Milei elimina la Secretaría de Comunicación y pone a Migraciones bajo el mando de Bullrich”, el decreto dispone que la Dirección Nacional de Migraciones y el Registro Nacional de las Personas (Renaper) pasen a depender del Ministerio de Seguridad Nacional.
    Hasta ahora, ambas dependencias funcionaban bajo el ala del Ministerio del Interior, un área de carácter civil. Con la nueva estructura, las políticas de migración, documentación y ciudadanía pasan a estar directamente subordinadas a una cartera con perfil policial.

    La decisión implica un endurecimiento del enfoque gubernamental sobre el control fronterizo y la gestión de residencia, y refuerza una línea de gestión que Bullrich persiguió incluso antes de su llegada a LLA: concentrar en Seguridad todo el esquema de control poblacional.

    Entre la banca y el bastón

    Fuentes cercanas a la Casa Rosada consultadas por Noticias La Insuperable aseguran que la publicación del DNU 793/2025 sepulta la posibilidad de que Bullrich asuma su banca en el Senado, ganada en las elecciones legislativas de este año. “Es el gesto más claro de que se queda donde está. No va a soltar el poder que acaba de ampliar”, sostuvo una fuente del entorno presidencial.

    La jugada tiene un antecedente directo en las candidaturas testimoniales de Manuel Adorni y Diego Santilli, quienes —al igual que Bullrich— negaron durante la campaña que no ocuparían sus bancas, pero finalmente privilegiaron sus cargos ejecutivos. En el caso de Bullrich, el DNU la coloca al mando de un ministerio con más atribuciones que nunca, lo que hace de su continuidad en Seguridad una decisión estratégica más que circunstancial.

    La lógica Milei-Bullrich: control y proyección

    Desde el entorno libertario se interpreta el movimiento como un reforzamiento del tándem Milei-Bullrich, clave en la actual estructura de poder del Ejecutivo. Con Migraciones y Renaper bajo su órbita, Bullrich controla la puerta de entrada y salida del país, la documentación de todos los ciudadanos y el registro poblacional, un paquete de competencias que pocos ministros en la historia reciente concentraron en sus manos.

    Esa concentración de poder no sólo fortalece su peso dentro del Gabinete, sino que la posiciona como pieza central en la eventual fórmula presidencial para una reelección de Milei. “Si algo quedó claro con este decreto es que Bullrich no piensa irse al Senado a levantar la mano. Su mirada está puesta en el 2027”, deslizó otro funcionario con llegada directa al despacho presidencial.

    De la promesa al poder consolidado

    Durante la campaña electoral, Bullrich había insistido públicamente en que su candidatura al Senado no sería testimonial. Sin embargo, el nuevo DNU parece desmentir aquella promesa: la absorción de Migraciones fue uno de sus objetivos declarados desde que asumió en Seguridad, y con el 793/2025 finalmente lo consiguió.
    “Era su obsesión desde el primer día”, comentó un exfuncionario del Ministerio del Interior. “No se trataba sólo de control, sino de mostrar poder real en la mesa chica del Gobierno”.

    Una mirada hacia adelante

    El DNU 793/2025 marca un punto de inflexión en la arquitectura del gobierno de Milei. Mientras se eliminan organismos como la Secretaría de Comunicación, se fortalece el esquema de Seguridad y se otorgan a Bullrich nuevas herramientas que la convierten en la figura más poderosa del Gabinete después del propio Milei.

    Con la lupa puesta en la gestión de fronteras, los derechos migratorios y la concentración de poder, la incógnita sobre su banca en el Senado parece haberse disipado por completo. Todo indica que Bullrich seguirá al frente de Seguridad, más empoderada que nunca, y con la mirada puesta acompañando a Milei en la próxima contienda presidencial.

     

  • |

    Milei desreguló la educación privada: los colegios ya pueden aumentar cuotas sin control estatal

     

    El Estado se corre de la educación

    Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable

    Con el Decreto 787/2025, Milei eliminó el sistema de control que limitaba los aumentos y obligaba a los colegios privados subvencionados a rendir cuentas ante el Estado. Desde hoy, las instituciones podrán fijar libremente sus cuotas y matrículas, incluso en medio de la inflación más alta en décadas. En nombre de la “libertad de mercado”, el Gobierno deja a las familias a merced de precios sin techo.


    Una medida que favorece a los colegios, no a las familias

    El decreto publicado este lunes en el Boletín Oficial deroga el Decreto 2417/1993, que durante más de treinta años reguló la fijación de aranceles y garantizaba cierta previsibilidad para las familias con hijos en escuelas privadas con aportes estatales. El nuevo texto, firmado por Milei, Manuel Adorni, Sandra Pettovello y Luis Caputo, sostiene que los controles estatales “distorsionan el mercado” y “restringen el derecho de propiedad” de las instituciones educativas.

    En la práctica, esto significa que los colegios podrán aumentar las cuotas cuando y como quieran, sin pedir autorización ni informar previamente al Estado. Tampoco estarán obligados a transparentar el uso de los subsidios públicos que continúan recibiendo. En nombre de la “libertad de contratación”, Milei deja sin resguardo el bolsillo de miles de familias que mes a mes hacen malabares para sostener la educación de sus hijos.


    Adiós a los topes, bienvenidos los aumentos

    Hasta ahora, los colegios incorporados a la enseñanza oficial estaban alcanzados por el régimen creado por el Decreto 2542/1991, que establecía la obligatoriedad de informar aranceles, topes y estructuras de costos, con supervisión estatal. Esa norma fue complementada por el Decreto 2417/1993, que ordenaba la comunicación de cuotas y matrículas antes del inicio de cada ciclo lectivo para evitar aumentos arbitrarios.

    Con el nuevo Decreto 787/2025, todo ese esquema desaparece. Desde hoy, los valores podrán modificarse según las “fluctuaciones del mercado”. En un contexto de inflación incontrolada, esto equivale a permitir incrementos mensuales sin intervención ni límite alguno. Los colegios, en lugar de prever sus costos anuales, podrán ajustar sus precios cada vez que lo consideren necesario, trasladando todos los aumentos directamente a las familias.


    Libertad para los colegios, incertidumbre para las familias

    El propio texto del decreto justifica la medida afirmando que la obligación de informar las cuotas con anticipación “genera incertidumbre” en los establecimientos y los lleva a fijar valores más altos de lo necesario. Lo que no menciona es que ese mismo mecanismo protegía a las familias frente a subas desmedidas y garantizaba un mínimo control sobre la utilización de fondos públicos.

    A partir de hoy, el Gobierno se desentiende completamente. Los colegios quedan habilitados para cobrar lo que quieran, mientras los padres deberán asumir el riesgo de una educación que puede volverse inaccesible de un mes a otro. La medida no mejora la calidad educativa: apenas asegura que los dueños de los colegios puedan trasladar todos los costos —y sus ganancias— sin rendir cuentas.


    El fin de los controles y el avance de la desregulación

    El Decreto 787/2025 encaja perfectamente en la lógica de desregulación general del gobierno de Milei, que en las últimas semanas avanzó con medidas como el traspaso de la Dirección Nacional de Migraciones al Ministerio de Seguridad o la supresión de la Secretaría de Comunicación. En todos los casos, el patrón es el mismo: desarmar estructuras de control y achicar la capacidad del Estado de regular la vida económica y social.

    En el caso educativo, el impacto será directo: las instituciones privadas —muchas de ellas confesionales— podrán mantener subsidios estatales, pero ahora sin obligación alguna de justificar sus aumentos o la distribución de esos fondos. Es decir, dinero público en manos privadas sin transparencia ni control.


    Un paso más hacia la mercantilización educativa

    El decreto instruye además al Ministerio de Capital Humano, encabezado por Pettovello, a revisar las pautas del Decreto 2542/1991 y elevar una propuesta de modificación. Esa revisión podría implicar un cambio de fondo: alterar o incluso eliminar el sistema de subsidios a la educación privada, o transformarlo en un esquema sin supervisión estatal.

    Cualquiera de las dos opciones consolida el mismo rumbo: la educación entendida como un negocio, no como un derecho. En nombre de la libertad de mercado, el Estado abandona su responsabilidad de garantizar igualdad de acceso y control sobre los fondos públicos.


    Conclusión: la libertad del más fuerte

    Con esta medida, Milei consagra la libertad del más fuerte: los colegios podrán decidir cuánto cobrar, sin límite ni rendición. Las familias quedarán expuestas a aumentos permanentes, y el Estado renuncia a su rol de árbitro y garante del derecho a la educación.

    El Decreto 787/2025 no es una modernización, como intenta presentarse: es un paso más en la destrucción del sistema público y en la mercantilización del derecho a aprender. Una libertad que, como tantas otras en este gobierno, solo sirve a quienes pueden pagarla.

     

  • |

    Milei elimina la Secretaría de Comunicación y pone a Migraciones bajo el mando de Bullrich

     

    En un nuevo decreto, Milei disolvió la Secretaría de Comunicación y Medios, eliminó el rol del Vocero Presidencial y transfirió la política migratoria al Ministerio de Seguridad. El DNU 793/2025 también traspasa Turismo, Deporte y Ambiente a la Jefatura de Gabinete, concentrando aún más poder en el círculo más cercano del Presidente.

    Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

    Un decreto para concentrar funciones clave

    El Decreto de Necesidad y Urgencia 793/2025, publicado hoy en el Boletín Oficial, reconfigura por completo la estructura del Poder Ejecutivo. Bajo el argumento de “dotar de mayor eficiencia” a la gestión, Milei eliminó la Secretaría de Comunicación y Medios de la Presidencia, traspasando todas sus competencias a la Jefatura de Gabinete de Ministros.

    El cambio implica que no habrá un nuevo Vocero Presidencial, y que toda la comunicación oficial del Gobierno quedará concentrada en el área que encabeza Manuel Adorni, ahora también responsable de Turismo, Deportes y Ambiente.


    Bullrich suma Migraciones y el Renaper

    Uno de los puntos más polémicos del decreto es la decisión de trasladar la Dirección Nacional de Migraciones y el Registro Nacional de las Personas (Renaper) al Ministerio de Seguridad Nacional, a cargo de Patricia Bullrich, lo que abre una incógnita: ¿dejará de ser ministra para pasar a ser Senadora o fue todo testimonial?

    Esto significa que las políticas de migración, documentación, control fronterizo y ciudadanía pasan a depender de una cartera con perfil policial. Hasta hoy, esas competencias estaban bajo el Ministerio del Interior, de carácter civil.

    La medida refuerza la impronta de seguridad en la gestión migratoria, lo que podría tensionar la relación entre control fronterizo y derechos humanos, especialmente en zonas limítrofes y en procesos de residencia o naturalización.


    Adorni acumula áreas bajo su órbita

    Además de asumir la comunicación institucional, la Jefatura de Gabinete concentrará Turismo, Deportes y Medioambiente, tres sectores con fuerte visibilidad pública.

    El DNU 793/2025 detalla que la Jefatura deberá entender en la promoción del turismo interno y receptivo, el desarrollo del deporte social y de alto rendimiento, y la formulación de la política ambiental nacional.

    El texto establece que Adorni también será responsable de difundir los actos del Estado Nacional y coordinar los medios públicos.


    Nueva estructura en la Presidencia

    El decreto redefine la estructura que asiste directamente al Presidente. A partir de ahora, la Presidencia contará únicamente con cuatro Secretarías:

    • General
    • Legal y Técnica
    • Inteligencia de Estado
    • Cultura

    Con esta nueva configuración, la comunicación deja de ser una función presidencial directa y se transforma en una competencia de la Jefatura de Gabinete.


    Centralización y control

    La medida entra en vigencia inmediata, aunque deberá ser analizada por la Comisión Bicameral Permanente del Congreso, que cuenta con diez días hábiles para emitir dictamen sobre su validez.

    En los hechos, el DNU concentra la comunicación, la identidad y la migración bajo un mismo enfoque de control político y administrativo. Mientras Adorni asume el rol de portavoz institucional sin título formal de Vocero, Bullrich gana poder sobre el movimiento de personas y el registro civil.


    Un paso más en el modelo Milei

    La eliminación del Vocero, la disolución de la Secretaría de Comunicación y el traspaso de Migraciones a Seguridad ratifican la estrategia de Milei de centralizar decisiones y recortar la autonomía de áreas con peso institucional propio.

    El decreto lleva las firmas de Milei, Adorni, Bullrich, Luis Petri, Luis Caputo, Sandra Pettovello, Federico Sturzenegger y otros ministros del gabinete.

     

  • |

    A 74 años de la primera elección con voto femenino en la Argentina

     

    El 11 de noviembre de 1951 las mujeres argentinas votaron por primera vez, gracias a la lucha de Eva Perón y del movimiento femenino peronista. Fue una revolución social y política que cambió la historia del país. Hoy, mientras el gobierno de Milei promueve un Estado sin derechos ni memoria, esa conquista vuelve a resonar como una advertencia: los derechos no se mendigan, se defienden.

    Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

    CREATOR: gd-jpeg v1.0 (using IJG JPEG v62), quality = 85

    La ley que cambió el país

    El derecho al voto femenino fue consagrado por la Ley 13.010, promulgada el 23 de septiembre de 1947, fruto de la militancia incansable de Eva Duarte de Perón y del movimiento de mujeres que la acompañó. Desde el balcón de la Casa Rosada, Evita sintetizó aquel momento histórico con una frase que quedó grabada en la memoria nacional: “Recibo en este instante la ley que consagra nuestros derechos cívicos con la certeza de hacerlo en nombre y representación de todas las mujeres argentinas.”

    No fue un gesto simbólico, fue un acto de justicia. Por primera vez, el Estado argentino reconocía la igualdad política entre hombres y mujeres, y ponía fin a décadas de exclusión.


    1951: las urnas se abrieron para todas

    Cuatro años después, ese derecho se hizo realidad. El 11 de noviembre de 1951, más de 3,5 millones de mujeres fueron a las urnas en todo el país. No sólo votaron: también fueron elegidas.
    El peronismo llevó al Congreso a 23 diputadas nacionales y 6 senadoras, inaugurando una nueva etapa en la historia política argentina. Entre ellas se destacaron Delia Parodi, primera mujer en ocupar la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, y María Rosa Calviño de Gómez, impulsora de leyes pioneras en materia de derechos laborales y sociales.

    Fue la primera vez en América Latina que la participación política de las mujeres tuvo un impacto directo en el poder legislativo, marcando un punto de inflexión que transformó la democracia argentina.


    El Partido Peronista Femenino: la revolución silenciosa de Evita

    Nada de eso habría sido posible sin la organización política que Eva construyó con visión y coraje: el Partido Peronista Femenino (PPF). Creado en 1949, llegó a tener más de 500 unidades básicas en todo el país, organizadas por delegadas censistas que formaban, alfabetizaban y movilizaban a miles de mujeres del pueblo.

    Desde fábricas, barrios y sindicatos, las mujeres peronistas se convirtieron en protagonistas de una verdadera revolución social, llevando al Estado la voz de las trabajadoras, las amas de casa, las obreras y las estudiantes. “La mujer peronista no es una mujer más: es la columna vertebral de la nueva Argentina”, escribió Evita en La razón de mi vida.


    La renuncia que no fue derrota

    Aquel 1951 también fue el año en que Evita fue proclamada candidata a vicepresidenta junto a Juan Domingo Perón. La movilización del 22 de agosto en la Avenida 9 de Julio, conocida como el Cabildo Abierto del Justicialismo, fue una demostración de amor y poder popular sin precedentes. Sin embargo, presionada por los sectores militares y debilitada por su enfermedad, Evita renunció a la candidatura semanas después.
    Su renuncia no detuvo su legado: el voto femenino ya era una realidad y su nombre, símbolo eterno de la igualdad y la justicia social.


    De Evita a Milei: derechos en disputa

    Setenta y cuatro años después, la enseñanza de Evita sigue más vigente que nunca. Mientras el gobierno de Javier Milei intenta recortar políticas públicas, cerrar programas de género y reinstalar el discurso del “mérito individual” como sustituto de los derechos colectivos, la historia recuerda que nada de lo que conquistó el pueblo fue un regalo.

    El voto femenino no fue una concesión graciosa de ningún poder: fue el fruto de una lucha organizada, del protagonismo popular y de una mujer que entendió que la verdadera libertad se construye con justicia social.


    La voz que no podrán callar

    Aquellas mujeres que en 1951 entraron por primera vez al cuarto oscuro no sólo eligieron un gobierno: eligieron ser parte de la historia.
    Evita les dio voz, organización y conciencia política. Y esa voz —la de las mujeres del pueblo— sigue resonando en cada lucha por los derechos, la igualdad y la dignidad nacional.

    Porque como decía ella: “Donde hay una necesidad, nace un derecho.”
    Y ningún Milei podrá borrar eso.

     

  • |

    Nuestro propio 1984

     

    Paladares que se unen a Orwell y Calvino para rescatar una sabiduría escondida entre comidas y bebidas repugnantes y viejas palabras.

    Por Silvina Belén para Noticias la Insuperable ·

    Palabras envejecidas, frases con rima, citas citables –a lo Reader’s Digest-, viejas novelas y películas –en sentido figurado o no-, acuden a la memoria cuando algo en la atmósfera cotidiana nos dice que la piedra con la que solemos tropezar una y otra vez vuelve a tomarnos desprevenidos.

    Cuando las segundas marcas son un lujo, las terceras y las “de cuarta” una costumbre o, mejor dicho: una triste necesidad, y los pasivos símbolo de miseria (“miseria espantosa”, se estilaba decir allá lejos y hace tiempo), recordamos palabras como “carestía”, que dominaba en la ardua construcción “carestía de la vida”. Incluso antaño solamente la usaban los jubilados. Para muchos la palabreja es recuerdo que aflora desde la infancia.

    Dice la RAE que su segunda acepción significa “Precio alto de las cosas de uso común”. Y nosotros decimos que eso decían los jubilados. Y que con otro tipo de construcciones hoy dicen y decimos lo mismo. Cambios de forma, pero nada más. El gatopardo acecha. Giuseppe Tomasi[i] también vuelve: «Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi».

    En el imperio aleatorio del juego infanto-juvenil, aparecía “el que toca, toca, / la suerte es loca” frente a cualquier protesta contra el azar. Al maldecir que la esperpéntica de la especulación financiera rija nuestro destino, podríamos pensar en consonancia: “el que toca, toca, / la urna es loca”. Esta vez, entre la evocación lúdica y Valle Inclán. O ante la fuerza del sino[ii], como Álvaro.

    Al ver, ñata contra el vidrio, cómo se agotan los pasajes al exterior comprados con los verdes comprados baratitos –como Tito- con la platita de la bicicleta –hoy carry trade– o la dulce de cualquier especulación, llega inexorable la película que nunca se olvida, el “deme dos” y, por qué no, el “gracias a Dios y a Matínez Dios”.

    Y nosotros siempre en manos de Máximo Carelli, sin siquiera poder ir al cafetín a llorar el enésimo desengaño. Sin Lita de Lázari hallando el precio milagroso, sin colas para pagar en las que hacer catarsis, sin joyas de la abuela ni fondos de olla.

    Pero, en fin, como todo vuelve recargado, hablar de totalitarismo financiero no es baladí cuando en un país imperan solamente la finanza, la especulación y la represión a quienes no pueden aprovecharlas y las sufren como carestía o miseria, sufrientes que son abrumadora mayoría. ¿Por qué no pensar en Orwell y una vuelta de tuerca a 1984? Dejemos esto en suspenso para retomarlo luego.

    Volvamos a las marcas “de cuarta”, a lo mal que saben esos alimentos y bebidas que la carestía impone. Recordemos al Ítalo Calvino de Bajo el sol jaguar (1986) a través de su “Sabor saber”. Conocemos, entendemos, también mediante el sabor. Degustemos las palabras que preceden a la traducción de Jorge Hernández Campos[iii] de “Sabor saber”:

    Los sabores de sólidos y líquidos impuestos por la carestía, entonces, podrían despertar nuestra aletargada sabiduría, licuada con la tan literal como psicológica carestía pandémica y la pos-pandémica inflación. Inflación que, como bien señaló otro Álvaro, esta vez García Linera, “transmuta convicciones revolucionarias en adhesiones reaccionarias.”.

    Pandemia y temprana pos-pandemia nos recuerdan una serie de notas que escribimos sobre una bebida espirituosa, que entre tantas asociaciones en danza ahora también advertimos relacionada a Orwell. Hablaban de la ginebra, sobre todo de la que los peninsulares llaman botánica, es decir: del gin. En definitiva, destilados, literatura e historia, bares de copas, calidades y sabores.

    La calidad de las ginebras les dio mucho material a los historiadores y a los novelistas. Del rústico Old Tom del siglo XVIII en adelante, los sabores del gin estuvieron en la palestra. George Orwell también aprovechó para describir un gin aceitoso, inmundo, que ostentaba una pomposa marca.

    Aprovechemos la ocasión para releer un fragmento de 1984 en el que la Ginebra de la Victoria sale victoriosa.

    “El Nogal estaba casi vacío. Un rayo de sol atravesaba una ventana y caía sobre las polvorientas mesas, amarillándolas. Era la solitaria hora de las tres de la tarde. Desde la tele-pantalla llegaba una música ligera. Winston, sentado en su habitual rincón, miraba su vaso vacío. De vez en cuando dirigía la vista hacia el rostro que lo miraba fijamente desde la pared de enfrente. ‘EL GRAN HERMANO TE VIGILA’, decía el cartel. Sin que él lo llamara, vino un camarero a llenarle el vaso con Ginebra de la Victoria; también echó unas cuantas gotas de una botellita que tenía un tubo que atravesaba el tapón. Era endulzante aromatizado con clavo de olor, especialidad de la casa. […] Se tomó la ginebra de un trago. Como siempre, le hizo estremecerse e, incluso, sentir algunas arcadas. El líquido era horrible. El endulzante con clavo, de suyo repugnante, no podía disimular el aceitoso sabor de la ginebra.”

    Sabemos que la sabiduría de Winston, más que licuada o aletargada, estaba muerta: había quedado pulverizada en la mazmorra del Gran Hermano. El “Sabor saber” a él ya no le servía para nada. Sea como fuere, el guiño de Orwell permanece, es para lectores, no para personajes. Es para los que consumimos las marcas de cuarta en carestía extendida por la autocrática finanza, por ejemplo.

    Para nuestro caso, para el argentino, la ginebra tiene connotaciones previas al imperio de la finanza, del loco endeudamiento para encumbrarla y la consiguiente carestía. “Una copita cada día” puede sugerirse cuando no se sospecha que el “precio alto de las cosas de uso común” se hará cíclica costumbre y la modesta calidad de lo que hicimos propio será prohibitiva.

    Hasta se pueden inventar palabras cuando en el horizonte del sabor no asoman Ginebras de la Victoria. En 1970, el publicista Hugo Casares inventó “esmowing”, palabrita que brilló en la campaña publicitaria de Bols en aquellos años: “¿Quiere tener smowing? ¡Tome ginebra Bols!”.[iv]

    El “esmowing”, que seis o siete años después de su nacimiento dejó de brillar hasta apagarse, tuvo, casi como fuego fatuo, una que otra intermitencia que el gatopardismo oscureció con premura. La consigna del cambio para que nada, en verdad, cambie, se ensayó con éxito de maneras en apariencia diversas, seductoras, pero siempre contundentes.

    Haber creído que podía tenerse “esmowing” –traducido por González Fraga como vacaciones, teléfonos, buenos alimentos y bebidas, plata en el bolsillo…- pasó a ser culpa que el escarmiento del mercado de capitales especulativos le haría purgar a menesterosos insolentes y clasemedieros megalómanos.

    El sino propiciado por el gatopardismo debería llevar al culposo a repetir las palabras de don Álvaro: “¡Infierno, abre tu boca y trágame!”. La inmolación voluntaria inducida tuvo en un principio sus reales mazmorras para los Winston vernáculos pero, con el correr de las décadas, se fue sofisticando. Sin embargo, la imposición de la Ginebra de la Victoria permanece.

    No hay Bols, ni retornos de Llave, que puedan destronar la idea del merecimiento de eterna Ginebra de la Victoria: un sentido común impostado durante medio siglo –ornamentado año a año, acusador para más inri- resiste el trabajo exclusivamente neuronal. La metáfora orwelliana reclama la asistencia del gusto, del olfato, la integración cuerpo-mente por la que abogaba Ítalo Calvino.

    La convivencia ausente, la pátina de híper-modernidad que la finanza automática y la digitalización generalizada, todo en el marco de una existencia tecno-dirigida, le imprimen en el devenir cotidiano apariencia de naturalidad a la hegemonía absoluta de la especulación financiera que, sin grandes esfuerzos mentales, se adivina antesala de quién sabe cuántas iniquidades venideras.

    En tal contexto, revalorizar los sentidos que aún resisten con realismo al bit se hace cuesta arriba: el día a día abruma, gusto y olfato luchan para no insensibilizarse. El sexto lo entregamos a la IA. Queremos a toda costa creer que vivimos en un mundo sin pasado ni milagros imposibles, que otras experiencias o las miradas pretéritas son de otro mundo u otra humanidad, extintos.

    La imagen de la sociedad sometida, el individuo controlado y el pensamiento único indiscutible hecho ley se ha tergiversado a tal punto en lo discursivo, en el éter de algoritmo e imposición de miradas,  que aislar los rasgos esenciales de un régimen autocrático más allá del tiempo, la inmediatez y el color local se torna cuasi quimérico.

    Reconocer similitudes entre ciclos, establecer analogías, comprender metáforas atemporales e identificar hegemonías minoritarias requiere tanto de la abstracción como del anclaje real que se nutre de la experiencia compartida, del intercambio y la dinámica intergeneracional.

    Salvo autócratas o privilegiados, nadie tendría necesidad de recurrir a la frase “esta vez es distinto”, tan repetida en los últimos tiempos, si nuestro propio 1984 no se hubiera disparado ya. Esta pesadilla orwelliana que, al menos, anticipan los sentidos, da la sensación de estar a la espera de lo que esta vez será distinto solamente por ser mucho peor: la crisis brutal, la debacle inefable que pulverice últimas rebeldías e hilos de esperanza.


    [i] Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1958): El gatopardo. «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie».

    [ii] Don Álvaro o la fuerza del sino, obra de teatro del Duque de Rivas [Ángel de Saavedra] estrenada en Madrid en 1835.

    [iii] En: revista Vuelta, volumen I, número 10, mayo de 1987, pp. 6-13. Puede accederse a este número de la revista y, por tanto, al cuento de Calvino, a través del Archivo histórico de revistas argentinas –Ahira-: https://ahira.com.ar/wp-content/uploads/2019/07/Vuelta-10.pdf

    [iv] Kogan, Gabriela. ¿Quiere tener esmowing? El libro de las publicidades de Bols. Buenos Aires, Nuevo Extremo, 2010.

     

  • |

    A 40 años de que las aguas devoraron un pueblo entero en Buenos Aires

     

    El 10 de noviembre de 1985, Villa Epecuén desapareció bajo el agua. Cuatro décadas después, entre ruinas blancas de sal y árboles petrificados, el antiguo balneario resurge como símbolo de memoria, resiliencia y de un país que sabe volver a empezar, aun cuando todo parece perdido.

    Por Leticia Graciani Fainel para Noticias La Insuperable

    Las aguas que no perdonan

    A orillas de la laguna Epecuén, en el partido de Adolfo Alsina, la villa turística más próspera del sudoeste bonaerense se hundió en una madrugada que los vecinos jamás olvidarán. El terraplén que la protegía cedió tras días de lluvias intensas y, en cuestión de horas, un muro de agua rompió las defensas, cubriendo por completo el pueblo.

    Villa Epecuén fue durante décadas un destino de salud y descanso, famosa por las propiedades curativas de sus aguas saladas, comparables con las del Mar Muerto. Miles de visitantes llegaban cada verano atraídos por sus hoteles, balnearios y el rumor de las olas mansas. Hasta que el 10 de noviembre de 1985, el sueño quedó bajo diez metros de agua.


    Un silencio mineral

    Las imágenes posteriores parecen salidas de una película posapocalíptica: techos apenas visibles, postes doblados, árboles cubiertos de costras blancas. El agua, cargada de sal, fue carcomiendo lo que quedaba del pueblo, disolviendo paredes y pintando todo de un tono fantasmal. Durante más de dos décadas, Epecuén permaneció sumergido.

    Cuando el nivel comenzó a bajar, lentamente, las ruinas emergieron del espejo salado. Entonces aparecieron las calles torcidas, las fachadas erosionadas, los restos del matadero diseñado por el arquitecto Francisco Salamone, y los recuerdos suspendidos en un paisaje que parecía petrificado en el tiempo.


    De tragedia a patrimonio

    Hoy, Villa Epecuén se convirtió en un sitio histórico y turístico de otro tipo. Las ruinas son visitadas por miles de personas cada año, atraídas por su atmósfera surrealista y su historia. Allí se filmaron documentales, videoclips, campañas fotográficas y hasta carreras de motocross sobre los restos del pasado.

    El único habitante permanente durante años fue Pablo Novak, quien decidió volver a vivir entre las ruinas y transformarse en guardián de la memoria colectiva. Novak se convirtió en un símbolo de resistencia: “Este es mi lugar, aunque esté destruido”, repite cada vez que algún visitante lo encuentra entre los cimientos del antiguo hotel donde creció. Novak falleció a inicios del año pasado a los 93 años.


    Memorias de un país que resurge

    A cuarenta años de aquella catástrofe, el eco de Epecuén sigue resonando en las entrañas de la provincia. Es un recordatorio de cómo el abandono estatal, la falta de planificación y el desprecio por la naturaleza pueden borrar de un plumazo un pueblo entero. Pero también, una muestra de la persistencia de las comunidades del interior, que reconstruyen su identidad incluso cuando las aguas arrasan con todo.

    La villa no volvió a ser lo que fue, pero su historia quedó escrita en la sal y en la memoria de quienes vivieron para contarla. Entre las ruinas y el silencio, Villa Epecuén sigue siendo un espejo: el reflejo de un país que, aunque se hunda, siempre busca la manera de salir a flote.