Bronca en la UIA por que Milei les quiere cobrar USD 3.000 millones de impuestos

Bronca en la UIA por que Milei les quiere cobrar USD 3.000 millones de impuestos

 

 La controversia fiscal desatada por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) al bloquear la actualización por inflación de los quebrantos impositivos (las pérdidas que las empresas utilizan para compensar futuros impuestos a las ganancias) se consolidó como un eje de conflicto entre el Estado y los principales agentes económicos del país. 

Lo que comenzó como un ajuste técnico terminó en una crisis política y empresarial de envergadura que pone en juego no solo recursos, sino también la percepción de certeza jurídica para la inversión en la Argentina.

En el centro de este escándalo tributario aparece YPF, que decidió alinearse con la postura de ARCA y admitió una deuda fiscal millonaria por no haber actualizado sus quebrantos. Esta decisión, interpretada por algunos sectores como un acto de obediencia política más que de seguridad jurídica, la convierte en la única empresa de gran porte que aceptó la interpretación del organismo recaudador, lo que la posiciona en un lugar delicado frente a pares y ante la opinión pública empresarial. 

Desde la perspectiva del riesgo inversor, esto eleva el premio por incertidumbre jurídica

Pazo tiene preparada su renuncia a ARCA y le buscan un nuevo lugar en el gobierno

Gran parte del sector privado, incluidos los principales jugadores de las petroleras, energía, siderurgia y banca, rechazó terminantemente el intento de ARCA de desconocer la actualización por inflación. 

Aunque no hay cifras oficiales consolidadas, circula la estimación de que las obligaciones en disputa podrían ascender a cerca de USD 3.000 millones agregados entre las principales firmas afectadas. 

Las compañías consideran que esta exigencia significaría pagar impuestos sobre ganancias ficticias, lo que no solo afecta su competitividad sino que equivale, en términos reales, a una confiscación fiscal. 

Aunque no hay cifras oficiales consolidadas, circula la estimación de que las obligaciones en disputa podrían ascender a cerca de USD 3.000 millones. Varias empresas analizan llevar el conflicto a la Justicia argumentando que la interpretación de ARCA lesiona derechos adquiridos y contradice precedentes jurisprudenciales que reconocen actualización por inflación ante efectos confiscatorios del impuesto.

El titular de ARCA, Juan Pazo.

Esta disputa alcanza un nuevo punto de tensión con las versiones de renuncia anticipada de Juan Pazo, el titular de ARCA. Tal como reveló LPO, Pazo ya comunicó su decisión y el Gobierno le busca una nueva ubicación, posiblemente en el Banco Nación o en otra dependencia vinculada al sistema financiero. Su salida ocurre en medio del creciente malestar empresario y de fricciones con el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y la subsecretaria de Ingresos Públicos, Claudia Balestrini. Esta última proviene del massimo. Ambos funcionarios impulsaron el bloqueo a la actualización de quebrantos.

El malestar empresario se centra en el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y la subsecretaria de Ingresos Públicos, Claudia Balestrini. Esta última proviene del massimo. Ambos funcionarios impulsaron el bloqueo a la actualización de quebrantos.

En los despachos de Economía reconocen que la medida, que prometía recaudar varios miles de millones de dólares para compensar la caída de ingresos y cumplir metas con el FMI, terminó en un boomerang político: desató resistencia de las principales corporaciones, reacciones judiciales y una crisis interna que expuso el desorden de la gestión tributaria.

¿Quién paga la baja de impuesto a las ganancias de las grandes empresas? 

Pazo, cercano al mundo de los seguros y con vínculos previos en el sector financiero, había sido uno de los interlocutores predilectos de Luis Caputo, pero su figura se desgastó en paralelo al conflicto. En los pasillos del Palacio de Hacienda reconocen que la «operación quebrantos» dejó heridos y que su desenlace probablemente derive en un rediseño del esquema recaudatorio. La medida de ARCA puede leerse como una expresión de la contradicción entre la urgencia fiscal del Estado y la llegada de inversiones, en el marco de una inflación persistente y la falta de actualización real de las variables nominales. 

Es contradictoria además con la anunciada baja de Ganancias a los grandes grupos empresarios, incluida en la reforma laboral.

 

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  • El liberal Nasralla toma la delantera y le gana al candidato de Trump en Honduras

     

    El liberal Salvador Nasralla tomó una leve ventaja sobre el empresario Nasry Asfura, candidato apoyado por Donald Trump, al reanudarse este martes el conteo de votos de las elecciones presidenciales en Honduras.

    El escrutinio estaba interrumpido desde la madrugada del lunes, cuando Asfura, del conservador Partido Nacional (PN), figuraba ligeramente adelante del presentador de televisión Nasralla. 

    En vísperas de la votación, Trump había amenazado con recortar recursos a Honduras si no gana Asfura, exalcalde de Tegucigalpa de 67 años. Pero reanudado el recuento, Nasralla obtiene el 40,14% de votos frente a 39,69% de Asfura, tras escrutarse el 67% de las actas electorales.

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    Tito Asfura.

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    Habrá resultados definitivos y legítimos

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    A su vez, añadió que «habrá consecuencias» si esa alteración ocurre. Su publicación reiteró que el país debe completar el escrutinio para garantizar que la elección finalice conforme a lo expresado en las urnas.

    Trump señaló que la voluntad expresada por los votantes «en abrumadoras cifras» debe respetarse. También afirmó que es «imperativo» que el CNE complete el proceso y cerró su mensaje con la frase: «¡La democracia debe prevalecer!».

     

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    Gabriel Anello: el periodismo, la impunidad y los fantasmas que no desaparecen

     

    Gabriel Anello, relator de Radio Mitre y engranaje mediático del dispositivo que sostiene a Milei, carga con algo más que polémicas deportivas: denuncias graves de violencia de género, sanciones impositivas reiteradas y un escándalo racista que lo dejó expuesto ante todo el país. No es azar: es la radiografía de un sistema que habilita la impunidad de ciertos voceros del poder.

    Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

    Violencia de género: una historia que insiste en no desaparecer

    En junio de 2015, Verónica Caro publicó una carta estremecedora en la que relató agresiones físicas, verbales, psicológicas y económicas sufridas durante su relación con Anello, además de amenazas posteriores a la separación. En ese testimonio se describen episodios de violencia gravísimos: empujones que la hicieron caer por las escaleras causándole una fisura en la clavícula, golpes frente a sus hijas, control económico, presunto uso de su nombre como testaferro, intimidaciones telefónicas y un ataque de dos hombres que, según su relato, la increparon diciéndole que dejara de hablar de Anello o iba a “terminar en una zanja”.

    La carta fue difundida por distintos medios en 2015 y se transformó en uno de los testimonios de violencia de género más fuertes vinculados a figuras del periodismo deportivo. A pesar de su contundencia, nunca obtuvo una respuesta institucional acorde: ni la justicia ni los medios dominantes dieron el paso necesario para abordar lo denunciado con la seriedad que exige.


    Las cuentas que no cierran: evasión, multas y responsabilidad solidaria

    El costado empresarial de Anello tampoco resiste archivo. En 2021, la Dirección General de Rentas de la Ciudad de Buenos Aires dictó la Resolución 843/GCABA-DGR/21 contra Imagine Contenidos S.A., empresa presidida por él. Allí se impugnaron declaraciones juradas, se determinó la base imponible por presunción y se aplicó una multa superior al medio millón de pesos, extendiendo la responsabilidad solidaria directamente al propio Anello.

    No fue un hecho aislado. Otra resolución del mismo organismo, la 614/GCABA-DGR/2021, apuntó a Producciones y Contenidos S.A., también vinculada a Anello, por irregularidades en los períodos fiscales de 2015 y 2016. Nuevas multas, nuevos ajustes de oficio, nueva responsabilidad solidaria.

    El patrón es evidente: irregularidades administrativas, maniobras fiscales cuestionadas y sanciones reiteradas. El “periodista del orden” tiene su propia casa bastante lejos de ese orden que exige desde el micrófono.


    Racismo al aire: insultos en vivo y escándalo nacional

    El 7 de mayo de 2025, Anello volvió a cruzar un límite. En pleno programa de Radio Mitre lanzó insultos abiertamente racistas y clasistas contra Juan Román Riquelme, al que llamó “negro ignorante”, “marrón” y “verdulero”, además de desafiarlo “a trompadas” en la puerta de la emisora.

    El episodio se convirtió en un escándalo nacional. Diversos medios registraron tres líneas claras:

    • la indignación generalizada por los insultos;
    • la decisión de Boca de dejar de acreditar al Grupo Clarín en La Bombonera tras el ataque racista;
    • la respuesta de Riquelme, quien remarcó que está orgulloso de su historia y de su color de piel.

    Horas después, acorralado por sus propios dichos, Anello pidió disculpas alegando que “no se sentía bien” y que “se extralimitó”. Una explicación que no alcanzó para borrar lo que ya había dicho en vivo frente a todo el país.


    Del micrófono al aparato político

    La cercanía de Anello con Milei y el rol que ocupa dentro del esquema mediático oficialista lo ubican más como un operador político que como un periodista. Sus intervenciones no se limitan al deporte: forman parte del coro que sostiene y amplifica el discurso del gobierno, apelando a la provocación permanente, al hostigamiento y —como quedó demostrado— a expresiones de violencia y racismo.

    No se trata solo de él. Se trata del dispositivo que lo protege.


    ¿Qué nos muestra el caso Anello?

    Un sistema que le falla a las víctimas. Denuncias públicas, graves y detalladas que jamás encontraron una respuesta estatal o institucional a la altura.
    Medios que lo blindan. Figuras que cruzan límites éticos a diario siguen sosteniéndose gracias a su utilidad política.
    Un actor político disfrazado de periodista. Su función excede lo profesional: es parte activa del engranaje comunicacional del gobierno.

    La pregunta incómoda se impone sola: ¿cuántas disculpas más antes de que haya consecuencias reales?


    Conclusión

    Gabriel Anello es el ejemplo acabado de cómo ciertos operadores mediáticos pueden moverse con una impunidad que combina violencia de género, irregularidades fiscales y discursos de odio. Mientras Milei lo sostiene simbólicamente dentro de su constelación política y ciertos medios lo protegen, las denuncias, las multas y los hechos siguen ahí, documentados y disponibles para quien quiera mirar.

    Y en esa mirada está la clave: no naturalizar lo que está mal, no callarse, no dejar pasar.

     

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  • Vecinos de Barrio Parque preocupados porque el dueño de Carajo se mudó al barrio

     

    Los vecinos de Barrio Parque entraron en pánico por la llegada de Augusto Marini, que compró dos enormes lotes en la zona más distinguida de la Ciudad.

    Uno de los terrenos pertenece a la histórica Casa Obarrio, un pequeño palacio construido a principios de 1900. El dueño de Blender y Carajo ya trabaja en la puesta en valor de esa propiedad.

    Marini, de 31 años, también se quedó el terreno lindero y demolió la casa existente. Además, logró que las imágenes de sus propiedades fueran quitadas de Google Maps.

    Poco habituados a este tipo de movimientos, en el barrio más coqueto de la Ciudad temen lo peor, que para los conservadores vecinos de esa zona, serían fiestas electrónicas nocturnas.

    Nicky Caputo desafía la rebelión de Barrio Parque y quiere que la Legislatura le autorice construir quince pisos más

    Esa posibilidad atemoriza a Pampita, Marcela Tinayre, Mirtha Legrand, Flavia Palmiero, Mariana Fabbiani, Teresa Calandra o Carlos Bianchi, algunos de los célebres habitantes del barrio.

    Marini no piensa en emprendimientos comerciales, sino que quería tener un jardín en el medio de Palermo Chico y anexó un terreno a su futura casa.

    La especulación no es antojadiza. En Punta del Este, el balneario preferido de los habitantes de Barrio Parque, las fiestas del joven empresario volvieron locos a sus vecinos. 

    Es que los vecinos de este micro barrio son quisquillosos y poco afectos a la modernidad. Todavía les dura la amargura por la torre de 10 pisos que levantó Northbaires, un emprendimiento de la marca OM que algunos identifican con Nicky Caputo, aunque el empresario lo niega.

    En esa oportunidad OM logró que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta las habilitara 10 pisos en una zona donde predominan los petits hotels. 

    Sin embargo, Marini no piensa en emprendimientos comerciales, sino que quería tener un jardín en el medio de Palermo Chico y por eso anexó un terreno a su futura casa.

     

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    LA BOCA: Historia viva de un nombre que nació del río, del barro y de una idea de mundo

     

    En Buenos Aires hay barrios que se cuentan solos, pero pocos tienen un nombre que funcione como documento geológico, archivo lingüístico y crónica inmigrante. La Boca no es solo un punto en el mapa: es una explicación completa sobre cómo se forma una ciudad desde el agua, la lengua y la política popular. Su nombre, anterior al barrio y al club, ya aparece en escritos coloniales que describían esa desembocadura peligrosa, fangosa y estratégica donde el Riachuelo se abría como una boca hacia el Río de la Plata. A partir de allí, todo lo demás fue sedimentación histórica.

    Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

    Primero fue el río: la “boca” geográfica que dio nombre a todo

    Antes de ser barrio, antes de ser conventillos, antes de ser fútbol, “Boca” fue un accidente hidrográfico. En la toponimia náutica del período colonial, la palabra boca era usada para designar el punto donde un río “abre” su salida al mar o a otro cauce mayor, lo que en geografía física se llama estuario menor.

    Las primeras referencias documentales conservadas surgen en las Actas del Cabildo de Buenos Aires, donde ya en la década de 1580 se menciona la “boca del Riachuelo de los Navíos” como área de desembarco y de fondeo peligroso por el fango y los bancos de arena. Esa designación —que aparece en inventarios de fondeaderos y en informes a la Corona— no era un nombre propio sino una descripción técnica, un marcador espacial dentro del sistema de navegación colonial.

    La ciencia geológica explica por qué esa zona se volvió tan característica: allí se daba lo que hoy se conoce como progradación sedimentaria, un proceso en el cual el río arrastra limo, arcilla y restos orgánicos que se depositan en la desembocadura, creando un borde inestable, cambiante. Por eso los mapas del siglo XVII muestran líneas difusas: La Boca era literalmente un territorio que se movía.

    Con los años, esa denominación funcional se convirtió en nombre propio. En los planos de 1810 y 1820 redactados por ingenieros militares aparece ya como “la Boca del Riachuelo”, una unidad reconocible, habitada por trabajadores portuarios, saladeros y astilleros. La toponimia había dejado de ser mera descripción para transformarse en identidad territorial.


    El barrio que inventaron los inmigrantes (y el Estado recién reconoció después)

    Aunque La Boca tenía población desde el siglo XVIII, la fisonomía barrial nació con la inmigración masiva, especialmente genovesa, entre 1870 y 1910. Los registros notariales muestran que los primeros asentamientos eran precarios, construidos sobre pilotes, porque el terreno era un pantano salitroso. La ciencia urbana describe este tipo de poblamiento como ocupación marginal de borde hídrico, común en puertos industriales.

    Los genoveses establecieron allí una microsociedad marítima: astilleros, carpinterías, bares de puerto y sociedades de socorro mutuo. De esa vida cotidiana surgió la lengua híbrida conocida como xeneize, producto del contacto entre dialectos ligures y el castellano rioplatense.

    La Ciudad de Buenos Aires y todo su Municipio 1867
    Departamento Topográfico de la Provincia de Buenos Aires — Dibujo: Carlos Glade; grabado por Julio Vigier.

    El nombre La Boca se consolidó de manera definitiva en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el Estado nacional comenzó a cartografiar la ciudad para unificar parroquias, comisarías y circunscripciones. En los planos oficiales de 1871 —los mismos que se elaboraron tras la epidemia de fiebre amarilla— la zona aparece ya rotulada como “Barrio de la Boca”. Es decir: primero vino la geografía, después el poblamiento y recién entonces la formalización estatal.

    La identidad política también fue temprana: La Boca fue uno de los primeros enclaves obreros organizados de Argentina, con huelgas, periódicos anarquistas y sociedades de resistencia. El barrio se convirtió en un laboratorio social de la modernidad rioplatense.


    Boca Juniors: un club nacido en una esquina que ya tenía nombre propio

    La historia del club aparece última, pero no porque haya sido menos importante, sino porque se montó sobre una identidad barrial ya consolidada. En 1905, un grupo de pibes del barrio —Alfredo Scarpatti, los hermanos Teodoro y Juan Farenga, y Esteban Baglietto— decidió fundar un club de fútbol en la casa de este último, frente a la Plaza Solís.

    Eligieron el nombre Boca Juniors por una razón simple, documentada en testimonios de época: querían que el club llevara el nombre del barrio, pero con un toque inglés, como hacían muchos equipos del período fundacional del fútbol argentino. La palabra “Juniors” era, para ellos, señal de prestigio deportivo y pertenencia cosmopolita.

    El club no creó el nombre: lo heredó, lo amplificó y lo convirtió en marca global. Hoy, cuando se dice “Boca”, millones piensan primero en el club, pero la historia va al revés: sin la boca geográfica y sin La Boca inmigrante, Boca Juniors no existiría.


    Referencias bibliográficas

    1. Actas del Cabildo de Buenos Aires, Archivo General de la Nación.
    2. Diego Del Pino, Toponimia náutica en el Río de la Plata (Ediciones Mar del Sur, 1998).
    3. Roberto Cortés Conde, La formación económica de Buenos Aires (FCE, 2002).
    4. Carlos Mayo, Los saladeros y el mundo del trabajo ribereño (Ed. Biblos, 1987).
    5. Archivo Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, Plano Municipal 1871.
    6. Julio Frydenberg, Historia Social del Fútbol (Siglo XXI, 2011).
    7. Fundación Museo de la Boca, Anales 1965–1990.

     

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