La medida fue convocada por cinco gremios del sector: APA, UPSA, AAA, ATEPSA y ATE-ANAC, que resolvieron movilizarse en el Aeroparque Jorge Newbery a partir de las 11 de la mañana. A estos reclamos se suman denuncias por retrasos salariales frente a la inflación y más de un centenar de despidos en áreas estratégicas de la aviación civil.
Si bien las autoridades aeroportuarias intentaron transmitir tranquilidad y aseguraron que no habría grandes demoras en los vuelos, el operativo generó inquietud entre los viajeros en una de las semanas con mayor movimiento turístico del año.
Desde Aerolíneas Argentinas cuestionaron el momento elegido para la protesta, considerando que perjudica directamente a los pasajeros y agrava la situación económica de la compañía estatal.
La compañía low cost Flybondi trasladará sus operaciones al Aeropuerto Internacional de Ezeiza a partir del mediodía del viernes. La decisión fue tomada ante la incertidumbre sobre la actitud que va a tomar el gremio que nuclea a los trabajadores de Intercargo frente al paro dispuesto por pilotos y tripulantes de cabina. En un comunicado […]…
Si estuviéramos en otro país, los medios estarían discutiendo sobre una «revolución de colores» contra el poder establecido y a favor de los valores de la libertad y la democracia. Los enfrentamientos que se están produciendo en EEUU entre los detractores de la Migra o ICE (Immigration and Customs Enforcement) y las fuerzas represivas enviadas por Trump representan el embrión de esa «segunda guerra civil norteamericana» que lleva tiempo rondando en el horizonte. Si desemboca en un conflicto civil en toda regla o si, por el contrario, se apaga, es lo que veremos en las próximas semanas, pero es importante observar su significado radical.Por Andrea Zhok (LaHaine).
No se trata simplemente de la contestación de una normativa contra la inmigración clandestina. Las líneas políticas que se enfrentan aquí son, con bastante claridad, herederas directas de las líneas de contraste de la Guerra de Secesión (1861-1865).
En esa Guerra, el Sur, agrícola, estaba vinculado a una visión política y económica intrínsecamente conservadora, telúrica, identitaria, mientras que el Norte, industrial o en vías de industrialización, se proyectaba en una dimensión de ‘progreso’, en rápida evolución.
En cuanto a las relaciones interétnicas, la divergencia no podía ser más clara: el Sur seguía anclado en una perspectiva en la que la esclavitud sedentaria y hereditaria desempeñaba un papel económico fundamental, mientras que el Norte, gracias al rápido proceso de industrialización, seguía atrayendo a una amplia población migratoria procedente de Europa, que constituía su fortuna.
En la segunda mitad del siglo XIX, la esclavitud era un anacronismo y las relaciones de poder entre las zonas urbanas industriales y las zonas agrícolas favorecían totalmente a las primeras. La supremacía del norte era un hecho. Pero un siglo y medio después, el auge del urbanismo industrial, convertido en economía financiera, está en plena crisis; la libre circulación de la mano de obra, que siempre ha sido una característica de los EEUU, genera más problemas de los que puede resolver la contribución económica de los trabajadores baratos.
En este momento, los frentes de la Guerra de Secesión reaparecen, pero con nuevas funciones históricas. La línea divisoria ya no es tan clara entre el norte y el sur geográficos, sino entre las grandes áreas urbanas, vinculadas a la internacionalización financiera y con un electorado predominantemente demócrata, y la provincia profunda, que busca protección económica y la recuperación de una identidad perdida, y vota mayoritariamente republicano.
Es evidente que esta fractura es objetivamente profunda y se percibe como tal en EEUU. Se ve en la radicalización del enfrentamiento en el plano institucional, donde, por ejemplo, la alcaldesa de Los Ángeles y el gobernador de California alimentan constantemente una retórica de «democracia contra dictadura», apoyando de hecho el carácter subversivo y anticonstitucional de las decisiones de la presidencia.
A su vez, Trump tiene fácil trabajo para dar la vuelta a las acusaciones, acusando a las instituciones californianas de actividades subversivas e insurreccionales. Esta fractura se está propagando rápidamente en todos los principales centros urbanos del país: Seattle, Chicago, Filadelfia, etc., donde las autoridades demócratas apoyan esta lectura de «choque de civilizaciones».
Dudo que los políticos con intereses profesionales sólidos, alcaldes, gobernadores, diputados, etc., estén dispuestos a una confrontación arriesgada en el momento en que Trump recurra a la Ley de Insurrección, que confiere al presidente el poder de utilizar el ejército y la guardia nacional para tareas policiales.
Pero no es nada seguro que, una vez evocada en una parte de la población la imagen de un choque vital entre concepciones de la civilización, en el que no hay margen para el compromiso con la otra parte, se consiga volver a meter el ganado en los corrales.
Si estuviéramos en otro país, los medios de comunicación estarían discutiendo sobre una «revolución de colores» contra el poder establecido y a favor de los valores de la libertad y la democracia. Pero, a diferencia de las habituales «revoluciones de colores» en otros países del mundo, aquí falta un elemento decisivo: el papel de financiación y coordinación de los estadounidenses.
(Solo podemos imaginar lo que pasaría aquí si, como en 2014 en Ucrania, el equivalente ruso o chino de la entonces portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Victoria ‘Fuck Europe’ Nuland, distribuyera alimentos y financiación, o arengara a la multitud de insurrectos en Los Ángeles…).
ATE denunció la ausencia de funcionarios del Gobierno en la audiencia por el conflicto del Garrahan y anunció un paro nacional en el sector salud. Acusan al Ejecutivo de romper la conciliación obligatoria y desentenderse del reclamo salarial. Por Infogremiales.
El conflicto en el Hospital de Pediatría Garrahan sumó este miércoles un nuevo capítulo de tensión. Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE Nacional, calificó como una «vergüenza» la audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo, denunciando que el Gobierno no envió a ningún funcionario con poder de decisión para resolver el reclamo salarial que mantienen los trabajadores del centro de salud.
“Fue un circo. Asistimos los representantes sindicales y cuatro empleados administrativos del Garrahan, pero ningún funcionario del Ministerio de Salud, de Economía ni de la Jefatura de Gabinete, como correspondía. Está claro que no tienen interés alguno en resolver el conflicto”, expresó Aguiar a través de su cuenta en la red social X (ex Twitter).
VERGÜENZA!! LA AUDIENCIA POR EL GARRAHAN FUE UN CIRCO!!
EL GOBIERNO ENVIÓ A 4 PEREJILES!!
Asistimos a la audiencia sólo los representantes de los trabajadores y 4 perejiles del Garrahan, pero ningún funcionario del Gobierno. A esta instancia debieron venir el Ministerio de… pic.twitter.com/OUoCUujTDl
Desde ATE consideran que la audiencia carece de validez por la ausencia de los representantes del Estado empleador, lo que a su juicio implica una violación de la conciliación obligatoria dictada días atrás.
El dirigente también exigió que se ponga fin a lo que describió como “amenazas de despido” contra los trabajadores y reclamó aumentos salariales urgentes. “Si quieren garantizar el funcionamiento del hospital, deben asegurar condiciones laborales y salariales adecuadas”, agregó.
Ante la falta de respuestas, ATE anunció la convocatoria a un paro nacional en el sector salud, medida con la que buscarán federalizar el conflicto y visibilizar la situación en hospitales públicos de todo el país.
El reclamo del Garrahan ya había tomado notoriedad nacional tras varias jornadas de paro, movilizaciones y la exigencia de una mesa de diálogo real con el Gobierno. La escalada del conflicto plantea un nuevo foco de tensión en el ámbito sanitario, con posibles repercusiones en otras provincias.
Un médico especializado en cuidados paliativos, identificado como Johannes M., comenzó a ser juzgado esta semana por el presunto asesinato de 15 personas que estaban bajo su cuidado.
A medida que los peritos revisaban historias clínicas, informes de fallecimiento y rastros químicos en los cuerpos, aparecieron nuevos indicios de que las muertes no eran naturales. El proceso judicial comenzó esta semana en el tribunal penal de Moabit, en Berlín, la ciudad donde Johannes trabajó durante el periodo en que ocurrieron los hechos. Los investigadores están revisando otros 96 fallecimientos bajo su cuidado que presentan irregularidades, incluidoel de su propia suegra, quien murió de forma súbita durante una visita familiar en Polonia.
El acusado se mantiene en silencio frente al tribunal, mientras la fiscalía sostiene que actuaba sin ningún motivo médico ni ético. Incluso señalaron que años atrás, el médico escribió una tesis universitaria analizando los motivos por los cuales algunas personas matan.
El ex Boca Sebastián Villa será juzgado por abuso sexual con acceso carnal de su ex pareja el próximo 1° de abril donde podría afrontar una pena de hasta 15 años de prisión y corre el riesgo de quedar detenido si decide volver al país….
La ciudad de Chos Malal dio inicio a la primera etapa de un ambicioso proyecto de restauración patrimonial que busca devolverle su fisonomía original del siglo XIX. La iniciativa incluye la recuperación de la antigua Casa de Gobierno, que perteneció a José Manuel Olascoaga, primer gobernador del Territorio Nacional del Neuquén, y apunta a reconstruir parte del alma fundacional de la provincia.
El plan contempla una transformación integral del casco histórico para rescatar el espíritu urbano y arquitectónico de 1880, cuando Chos Malal fue capital del territorio. Las obras abarcan también la refuncionalización de sitios emblemáticos como la biblioteca José Olascoaga, el Torreón, museos locales, la iglesia, el archivo histórico y la Casa Dewey.
Según explicó Gustavo Coatz, delegado regional del Alto Neuquén, la primera fase se centró en restaurar la estructura original de la casa utilizada por Olascoaga como sede de gobierno. Con la colaboración de arquitectos e historiadores, se desmontaron agregados modernos para recuperar muros, pisos y detalles auténticos del siglo XIX.
Durante el proceso se descubrieron libros de la antigua biblioteca de Olascoaga y ejemplares que pertenecieron al doctor Gregorio Álvarez, parte de su legado testamentario. Estos hallazgos le sumaron valor histórico al proyecto, que no solo busca restaurar un edificio, sino contar una historia poco conocida de la provincia.
Para la próxima etapa, se proyecta crear una experiencia inmersiva que permita a los visitantes recorrer la historia del Neuquén desde sus orígenes.
El gobernador Rolando Figueroa, los miembros de su equipo de ministros, y todos los intendentes y presidentes de comisiones de fomento de la provincia, firmaron hoy un pacto de gobernanza para defender a la provincia del Neuquén y diseñar estrategias de crecimiento….
María Cristina Venturini, la “Ventu”, nació en Paraná (Entre Ríos) en la década de los sesenta, se mudó a Bariloche a los veintitantos y desde 1997 vive en San Martín de los Andes. En este artículo, intentaré analizar su obra poética, cuyos territorios son universales.
La primera noticia poética que tenemos de Cristina Venturini corresponde al año de 1986, cuando con su poema “Ansias de paz” obtiene el 2º Premio en el Certamen Año Internacional de la Paz, del Gobierno de Río Negro. El jurado estuvo compuesto por: Nelda Pilía de Asuncao, María del P. V. de Cortés y Levy Freitav. Las obras premiadas fueron publicadas por la Subsecretaría de Cultura, en el Nº1 de la denominada “Serie Marrón”, en 1987.
La segunda noticia poética también corresponde a un premio. En 1995, la “Ventu” obtiene el Primer Premio de Poesía “Voces Nuevas”, convocado por la Editorial de Entre Ríos, para escritores menores de 35 años. El jurado, que dictaminó por unanimidad el Primer Premio para Trinos elementales, estuvo ilustremente integrado por Francisco Madariaga, Luis Ricardo Furlán y Víctor Redondo.
La tercera noticia corresponde a ese mismo año, cuando en Marcas en el tránsito. Antología de Poetas Jóvenes de Bariloche (Ediciones Último Reino), Graciela Cros incluye cinco poemas de María Cristina Venturini.
Con este corpus, que abarca una década (1985-1995) iniciaremos el itinerario de análisis poético de su obra.
Prestidigitadora de los vientos
“No busco la paloma y el silencio/ ni la embriaguez ingenua del poema,/ el verbo se derrama y es olvido/ o pasa a entorpecer el diccionario”, son los primeros versos de “Ansias de paz”, que inauguran la obra de Cristina, sentando al mismo tiempo las bases poéticas de lo que será su vasta labor literaria.
En estos primeros 23 poemas hay ya algunas señales del camino venidero y otras que se irán perdiendo en ese mismo camino.
Acaso lo más llamativo, en términos formales, sea la cadencia del verso, sugerida por una métrica que coquetea todo el tiempo con el encopetado “arte mayor”. En estos textos, surge inexpugnable el verso endecasílabo (once precisas sílabas):
“Por darme de beber tus tempestades,
supe del sol nacido en tus ovarios…”
(de “Mujer de la montaña”):
El alejandrino (de catorce sílabas):
“Recupero mi asombro de huésped en las sombras:
una fe de galletas partidas entre escombros…”
(de “Menguanterías”).
Y el heptasílabo (de siete sílabas, caro al verso popular):
“Cuando la tierra vibra,
se encuentran los caminos
donde cantan los grillos
con temblores dispersos.”
(de “De espaldas a la luna”).
Esta primera etapa es profundamente lírica, profusamente lírica: de un lirismo apasionado, que recuerda a la oriental Juana de Ibarbourou. Basta vistear las dedicatorias y los epígrafes para certificar las fuentes poéticas donde abrevó esta primera Cristina: Juanele Ortíz, Rafael Alberti, Olga Orozco, Enrique Molina, Francisco Madariaga y Pablo Neruda (a quien, al homenaje intertextual del título Trinos elementales, le suma el sentido poema “Pablo del mar”).
Los recursos de esta etapa son floridos, desaforados. Baste mencionar la pregunta retórica, reformulada como pregunta poética, a la cual no le interesa respuesta alguna, sino la belleza sonora e inquietante de su propia formulación:
“¿Será acaso el perfume
o la blanca sustancia
donde retumba el mar como palabras
tantas veces oídas,
tantas veces,
que tal vez sobrepasen las cigarras?”
(de “Fervor de las magnolias”)
Y a la manera de las kenningar de los poetas escandinavos, que llamaban a la sangre, “agua de la espada” y “bosque de la quijada” a la barba, Cristina Venturini escande joyas que son metáforas complejas, tales como “perla fugaz del desencuentro”, “garza del alba” o “prestidigitadora de los vientos”.
Mientras tanto, la “Ventu” siguió cosechando premios: junto a la artista plástica Viviana Dziewa, obtuvo el Primer Premio en el Salón del Poema Ilustrado de Perito Moreno, en 1990 y 1993.
En la antología Marcas en el tránsito deja, como al descuido, un poema del futuro: “Jaguar de abril”, que será libro en 2014. Pero antes de eso, hay una etapa poética más que transitar.
En 2007, el cuento “Orcalumis” se edita en la colección Escribiendo en la Patagonia (Campaña Nacional de Lectura). Esa edición será el germen del nacimiento del futuro proyecto editorial Orcalumis, de Magdalena y Francisco Maffeis, hija e hijo de Cristina: luego de la publicación de El obispo pendulario (2015), aparecerán en el sello, dedicadas al público infantil, las obras Poemas para jugar (2016), el homónimo Orcalumis y Zapallo (ambos de 2020). Retornando, en el mismo año de 2007, aparece el volumen Poemas consubstanciales, escrito por Cristina Venturini, en coautoría con Lionel Rivas-Fabbri (San Martín de los Andes: Ediciones De La Grieta).
Serán años de distinciones personales y participaciones colectivas, como lo prueban las apariciones en la antología 6ª Convergencia Internacional de Poemas JuninPais 2007. (Junín: Ediciones De Las Tres Lagunas, 2007), merced a una Mención Especial; la antología Mujeres que alzan la voz. Cuentos y poemas premiados en los Concursos Interamericanos de Cuento y Poesía. (Selección 2005 a 2008) (Buenos Aires: El Escriba, 2009), por el Primer Premio en 2007; y la antología Juegos Florales 1995-2012. (Paraná: Departamento de Cultura, 2012) por el Primer Premio en 2009.
De esta breve etapa se puede advertir, en principio, la desaparición de las viejas métricas clásicas y el reemplazo por el verso libre:
“El caos o el amor,
estos dos impostores me preceden,
viven en mí,
no puedo detenerlos.”
(de “Partir”).
Algo del lirismo salvaje se pierde, se transmuta en un tono más formal: el verso juanelesco, que se extendía hasta los límites de la página, mengua, se torna más filoso:
“El ángel
me miraba
sonriente
cuando
le volaron
la cabeza.”
(de “Rage”).
La primera y la segunda persona del singular, fortísimas en su primer poemario, dejan paso a una más ceremoniosa (pero no menos potente) tercera persona:
“Mano de paz
escándalo de soles
calor
andar sin tiempo.”
(de “Parque Urquiza”).
O más aún, a una primera persona del plural:
“Un susurro feroz,
una caricia apenas esbozada
nos convoca a su ronda
y nos convierte en plumas
ansiosas de mañanas.”
(de “El enigma”).
En el 2009, en los Juegos Florales de Paraná, se levantó con el primer premio con su poema “El Linaje de Scherehezada”, que señala una comunión y un destino mutuo:
“Mis amigas son mujeres de estirpe.
Señoras de la luz y la palabra,
tienen el don de dibujar caminos
donde otros no perciben ni la sombra.”
El linaje de Scheherezada, aquella muchacha que cada noche (durante mil y una noches) le cuenta al rey Schahriar una historia para salvarse: Mientras siga este camino de la palabra, mientras siga dándole la voz a la poesía, continuaré con vida, nos dice la poeta Venturini.
Artesana del aire
Hay un hito en la carrera de Cristina Venturini. Es el lanzamiento de acaso la más experimental y vistosa de sus obras: La luz en el nogal, que fue publicada primero por Editorial Fractales (2010), luego por Ediciones De La Grieta (2011) y finalmente por Ediciones Orcalumis (2020).
En el prefacio “¿Por qué este libro?” explica: “Cuando mi padre, en sus últimos días, se iba apagando lentamente en su cama, venían a mis oídos los versos de Dylan Thomas: Rage, rage against the dying of the light. (…) Mi padre murió, pero al voz de Dylan siguió en mis oídos hasta que decidí hacer algo que me ayudara a comprender, a aceptar el dolor. Escribir me calma. Traducir también”. Toda la obra está escrita sobre (desde) la base de un leitmotiv (“Do not gentle into that good night”) que la Venturini hace suyo: lo paladea, lo mastica, lo despedaza y nos lo devuelve, más lúcido, más íntimo. “¿Por qué trabajar con el lenguaje?”, se pregunta y al instante se responde: “Sus matices, los tipos de registros del habla, el discurso formal, el pensamiento que se cuela mientras vamos moldeando alguna idea, las lecturas, las disquisiciones, todo esto me atrae y me conforta”. El resultado no podría haber sido más feliz: uno de los libros de poesía más extraordinarios que hayan dado estos pagos.
Desaparecen los títulos, las mayúsculas y los signos de puntuación, esas ferreterías. El verso, afinado, espigado y esbelto, nos susurra apenas (¿apenas?) eso que de verdad importa:
“lo importante:
los ojos
los oídos
las ganas
la palabra”
Como en toda la obra de Cristina, hay tres elementos (casi constelaciones semánticas) alrededor de las cuales se articula, gira, satelita, todo: aguas, palabras y aves. Siempre hay palabras, aguas y aves en la poesía de la Venturini: ríos, olas, mares; gorriones, loros, tordos, gaviotas. Cosas que nadan y vuelan: hasta los puentes y las magnolias parecen querer nadar y volar en sus poemas.
“los pájaros
(como en el cuento)
harán su parte:
despejar
la memoria”
Párrafo aparte merece (como la mágica noche DCII, de las mentadas mil y una noches, noche mágica entre las noches) la “Traducción a la carta. Arma tu propia versión”, en la que la poeta postula traducciones posibles del verso-leitmotiv señalado más arriba, cuenta sílabas, imagina fraseos sintácticos y flashea alcances semánticos. Todo en una sola y gloriosa página.
Con Jaguar de abril (Delta Editora, 2014) ocurre un fenómeno o varios fenómenos poéticos al unísono. Ya contamos que el poema homónimo del título había visto la luz editorial en la antología Marcas en el tránsito, en 1995. El volumen, dice el “Prefacio”, reúne los poemas escritos entre 1985 y 1991 en los alrededores de Bariloche, salvo un par de excepciones.
Aquí, vuelven (¿alguna vez se fueron?) las viejas sombras amigas de Juanele, de Madariaga, de Neruda. Y surgen otras nuevas, como Guimaraes Rosa, Salvatore Quasimodo, Pavese, Saer y Alessandro Baricco.
Los mismos poemas, en otra presentación, obligan a una nueva lectura: es un gesto constante en la obra de Cristina, la re-presentación del texto, nos habla desde un tiempo profundo, multiversal:
“Fui artesana del aire en tu bolsillo,
música de monedas
brillantes en el sueño de la luna
menguada y pasajera.”
(de “Simple past”).
Ese mismo año, integra la antología Olvido la marcha que no tiene música. Cuatro poetas de San Martín de los Andes, con Ailén Saavedra, Rafael Urretabizkaya, y Marcelo Gobbo (Ediciones de La Grieta). En ese volumen, presenta el conjunto de poemas “Música que no sé”. En el corazón de ese conjunto, la Ventu inquiere:
“¿Cómo volver sino sobre las huellas?
¿Hay acaso otro vuelo tal vez mágico
para recuperar eso que somos?”
En Poemas anteriores (Ediciones Orcalumis, 2015) va más atrás aún en la historia: “Estos poemas fueron escritos en Bariloche antes de Trinos elementales o La luz en el nogal”. Y sentencia: “El tiempo, las lecturas y la vida dejaron su marca en estas estrofas, donde se exorcizaron los fantasmas de entonces”.
Otra vez, sucede un extraño fenómeno literario, que leemos una obra posterior, postulada como anterior de obras que ya hemos leído: como no podemos olvidar lo que hemos leído, es imposible no percibir (o inventar) las influencias de los textos nuevos en los textos viejos. Podríamos decir, con Borges, que cada libro “crea” sus “precursores”.
La Ventu lo entiende así, cuando nos dice:
“Y pensar que ese canto
que ahora me desangra
ya no es más que cenizas,
cenizas en el agua”
(de “s.O.s.”).
Criolla del universo
En 2018, en lo que didácticamente hemos denominado la etapa más reciente de nuestra poeta, aparece El perfume de las cosas (Espacio Hudson). El volumen formó parte de la serie “Poetas de Neuquén” (dirigida por Cristian Aliaga, con la dirección adjunta de Oscar Sarhan): la mayoría de los poemas son textos de sus libros anteriores; otros que figuraron antologías; y un par de nuevos poemas. Así, El perfume de las cosas es una especie de Greatest Hits (o un Obras Cumbres) de Venturini.
Lo más novedoso de este conjunto es 123 kilitos de amor, que aparecerá como obra aparte en 2020, publicada por Ediciones Orcalumis, así como Dragones en la reja, que circula en formato fanzine, tanto en solitario en castellano, como en compañía de Confession, traducidos al portugués por la profesora Flávia Do Amaral Marino.
Hay, especialmente en los 123 kilitos… una aproximación a la narrativa desde los recursos no explorados ni explotados del todo hasta ahora por la Venturini. El texto presenta de continuo una serie de estrofas, casi sin solución de continuidad, como una secuencia de imágenes que pretenden rozarse, contaminarse y enriquecerse por contigüidad: signos de que su búsqueda continúa, porque es incesante, eterna, en ese no-lugar utópico que es el poema:
“Un lugar donde todo es posible
donde tiempo y espacio
se conjugan
licor sagrado
el poema.”
Allá por 1913, en su Breviario de estética, Benedetto Croce postuló que la crítica no debe querer invadir el arte, ni intentar volver a descubrir la belleza de lo bello o la fealdad de lo feo, ni hacerse la pequeña e insignificante frente al arte, sino hacerse grande, crecer frente al arte grande. Campo fecundo para ejercer este oficio es la magnífica obra de María Cristina Venturini, la “Ventu”: espiritual hasta la médula, carnal hasta el alma.
Entre Antes que nada (1987), el primer libro de poemas de Raúl Artola, y el último publicado Cisne de cuello negro (2022), median treinta y cinco años de historia, personal, nacional y universal: una vida, o lo que para los escolásticos cristianos era la mitad de una vida, teoría sostenida en un pasaje de los Salmos; que también llevaría al Dante a iniciar su Divina Comedia recitando “Nel mezzo del cammin di nostra vita…” (“En el medio del camino de nuestra vida…”) para significar que en ese instante tenía treinta y cinco años. …
La víctima, Osvaldo Ezequiel Quint Rio que además de la imposibilidad de movilidad también tenía disminución visual, era muy apreciado en el barrio ubicado al sur de la ciudad y desde pequeño circulaba por sus calles aun de tierra.
En las últimas horas, su familia y miembros del Centro de Día INBARE de Bahía Blanca realizaron una colecta para costear el velatorio y sepultura del hombre arrollado por el camión.
En tanto, el conductor permanece alojado en una dependencia policial a la espera de la formulación de cargos por parte de la justicia.
El camión de desobstrucción de cloacas bajo cuyas ruedas murió arrollado Quint Rio.
En plena tarde de ayer viernes, la conmoción sacudió al barrio cuando el camionero no advirtió la presencia de Quint Rio y lo arrolló al dar marcha atrás. De inmediato los vecinos trataron de asistir al hombre y ante la llegada de profesionales médicos en una ambulancia se constató su muerte en el acto.
“Osvaldo formaba parte de la Sala 5 del ex Instituto INBARE, donde era querido y conocido por sus compañeros y docentes. Desde el entorno familiar solicitaron colaboración solidaria para afrontar los gastos del sepelio y el nicho, dado que atraviesan una situación económica difícil”, señaló el sitio La Brújula 24 de la ciudad de Bahía Blanca.
Tras la muerte de un paciente que era atendido por una enfermera, se denunció una maniobra macabra realizada por la mujer. La justicia de Bahía Blanca investiga si la mujer se casó en secreto antes de la muerte de su paciente para recibir la herencia y si además le provocó el deceso. Claudia Simón, la […]…