Massa pone un pie en Córdoba con la mira en la negociación con Llaryora
El Frente Renovador logró conformarse como partido en Córdoba, un trámite que le da al espacio liderado por Sergio Massa la herramienta legal que le permitirá a cientos de dirigentes del peronismo desplazados por el «partido cordobés» de Martín Llaryora tener un vehículo para competir o negociar en 2027; lógica que también se aplica a la lectura provincial.
Aunque no hay una intención de Massa de limar a Llaryora -con quien tiene una larga relación de amistad y sociedad política-, los delegados cordobeses son críticos del Gobierno provincial y dicen que «el Frente Renovador llegará con potencia negociadora ante un proyecto político que se está quedando sin ideas y bastante corto de votos», en alusión a la gestión Llaryora.
Del Frente Renovador no forma parte Natalia de la Sota; quien sí tuvo el apoyo explícito del espacio en la última elección. «Ni enojados ni empleados», dice Agustín González, el intendente de Cruz Alta, al expresar cuál es la relación con la diputada nacional. El Frente Renovador en Córdoba está presidido por Tania Kyshakevich, concejala de Deán Funes, ex legisladora y delasotista de la primera hora. González es el 2.
Ante la discusión que se viene en el peronismo nacional, la franquicia del Frente Renovador también aspira a ser la principal pata cordobesa del proyecto presidencial de la oposición, con una eventual candidatura de Axel Kicillof. El bonaerense no tiene nada en Córdoba. En ese marco, el FR cordobés mantiene la lógica del anclaje nacional.
Los referentes del massismo cordobés
Javier Taborda, Tania Kyshakevych y Agustín González
En los hechos, el sello también funcionará como ambulancia de los heridos a tres bandas que dejó la última elección: el kirchnerismo perdió una banca y está en proceso de retirada; el proyecto Provincias Unidas tiró a la banquina a cientos de dirigentes peronistas y De la Sota no terminó que concretar su ruptura con Llaryora.
El principal poder de daño del Frente Renovador está en cientos de localidades del interior cordobés donde el Gobierno provincial apuesta -al menos por ahora- al status quo: que siga gobernador quien gobierna. Esa fórmula choca cuando se aplica el criterio a los intendentes radicales socios de Provincias Unidas: el referente peronista le quiere ganar, y si no está el sello del PJ provincial, el Frente Renovador aparece como un vehículo.
Aunque el foco del FR no será la gestión Llaryora -«se equivoca solo», critican al gobernador los massistas por lo bajo-, barajan como posibilidad de conflicto que Llaryora prefiera confrontar en 2027, para que el FR se lleve la marca K. «Quizá no ganemos; pero si no estamos, podemos hacer perder», dicen respecto de la ingeniería electoral 2027.

