La Feria Internacional del Libro de Neuquén, con el lema “Con el viento en la voz, la ciudad cuenta”, ya convocó a miles de personas desde su apertura el pasado viernes. El tradicional evento neuquino reúne más de 120 stands, 200 presentaciones de escritores, 100 propuestas culturales y la participación de 5 mil estudiantes que recorrerán el predio en los próximos días.
Francisca Griola de 9 años y Bianca Argüello de 12 años, son las niñas más jóvenes en publicar sus primeros libros: Pink y sus amigos y Naná. Además, ellas estarán en la próxima edición de la Feria del Libro en Buenos Aires….
Vélez enfrentará este sábado a Central Córdoba de Santiago del Estero desde las 16 en el estadio Gigante de Arroyito en Rosario, en el marco de la final de la Supercopa Argentina. El encuentro contará con el arbitraje de Facundo Tello mientras que Nicolás Lamolina estará en el VAR, y será transmitido a través de ESPN y Disney +.
El equipo del entrenador Guillermo Barros Schelotto viene de ganarle 3-0 a Lanús, el pasado sábado, en el marco de la séptima fecha del Grupo B del Torneo Clausura. El ´Fortín´ vive un gran presente siendo escolta a un punto del líder River en el certamen doméstico y en cuartos de final de la Copa Libertadores donde enfrentará a Racing a mediados de septiembre.
Será la segunda vez que Vélez dispute la final de la Supercopa Argentina siendo la primera en 2013 cuando le ganó 1-0 a Arsenal de Sarandí en Catamarca con el gol de Héctor Canteros. Aquel partido se disputó el 31 de enero de 2014 y los de Liniers conquistaron la segunda edición del certamen.
Por su parte, el equipo de Omar De Felippe viene de ganarle 2-0 a Estudiantes La Plata, el pasado sábado en condición de local, en el marco de la séptima fecha del Grupo A del Torneo Clausura. Eliminado de la Copa Sudamericana por Lanús en octavos de final, el Ferroviario es escolta a un punto del líder Barracas Central.
Central Córdoba (SdE): Alan Aguerre; Fernando Martínez, Lucas Abascia, Jonathan Galván, Braian Cufré; Matías Perello, Matías Vera, José Florentín, Matías Godoy; Leonardo Heredia y Gastón Verón. DT: Omar De Felippe.
Vélez se reunió con el entrenador Guillermo Barros Schelotto, tras la salida de Sebastián Domínguez y todo avanza de buena forma. Desde el “Fortín” ya habrían realizado una oferta formal y hay optimismo en ambas partes….
Los semaforazos de los viernes, frente a la plaza principal de Remedios de Escalada, desde hace tres meses se convirtieron en una constante. Ayer, aprovechando el feriado, se armaron varias carpas y actividades. Estuvieron presentes el Centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de Lanús con posta de salud; hubo muestra de fotos de Romina Vermelha (Enfoque Rojo) y del Polaco; un puesto de serigrafía; variadas activaciones de arte y activismo; y la banda de música del hijo del médico que atendió a Pablo Grillo en el Ramos Mejía. Un festival versátil. Con la presencia inagotable de los jubilados, ejemplo de lucha de todas las causas. Otra de las tantas manifestaciones del amor que la sociedad demuestra ante la deshumanización del poder: ante la absoluta falta de amor. Si el odio alimenta a nuestro enemigo, el amor habrá de debilitarlo. Por ANRed.
En nuestro país la historia no parece repetirse nunca como una farsa. Ni a través del genio de Marx podemos entenderla. Y mucho menos cuando el afectado es alguien que está cerca: un vecino, un amigo, un hijo, un hermano, un colega. La historia contemporánea se mastica a sí misma en una tragedia que no termina de cerrar. El poder ciega. Se devora la vida. La infamia del poder es directamente proporcional a su grado de ceguera. Con la batuta deshace lo que tarde o temprano va a padecer. Y esto que suena a deseo no es una premonición: es el pronóstico del lugar donde la historia pone a quien se crea blindado, impune, o incluso ungido por alguna clase de inmunidad metafísica. Todo pasa, pero los registros existen. Y siempre quedarán sectores más o menos amplios de la población con algo de memoria respaldada por documentos probatorios irrefutables.
Nada de lo que combate la actual gestión de gobierno nacional es casualidad: cultura, salud y educación tienen la memoria en común. Cualquiera de las tres que se perturbe afecta, de una manera u otra, a la memoria.
El caso de Pablo Grillo es paradigmático
La Gendarmería no le dispara a cualquiera. Al riesgo de vida de Pablo no lo causó tampoco la crisis o la mala suerte. No se trata de un efecto colateral. El poder censura la mirada. Rompe con todo lo que pueda registrar. Menoscaba el archivo, complota contra el memorioso historiador. Invierte en armas de destrucción y control. Modifica leyes a golpe de decreto. Se lleva por delante garantías constitucionales, deroga derechos. Apunta a los ojos. A los oídos. Aturde. Soborna decires y promueve discursos unívocos, totalizantes. Cuanto más miedo, más violencia.
Festival 20 de junio. Foto: Ale Pérez
Contra todo esto, las armas de creación masiva
Y parte de la construcción de esta memoria la viene llevando a cabo el barrio de Escalada, localidad donde vive Pablo. Sus familiares, sus amigos, sus vecinos la vienen rehaciendo: con cada declaración, con el modo que tiene de agradecer Fabian Grillo, el papá de Pablo, a la salud pública cada vez que puede. En las formas en que viene manifestándose la militancia independiente u organizada después del hecho. En la proliferación de fotoperiodistas, fotógrafos independientes, ciudadanos comunes que se han asomado con sus dispositivos más o menos profesionales a la calle, o que se van sumando a diversos movimientos por primera vez. En la convocatoria de cada semaforazo, en los festivales como el de ayer o como el que se organizó para el primer mes de internación. Es cierto que lxs jubiladxs tienen mucho que ver con esto. Pero también esto los excede.
La proliferación de las luchas es un reguero de pólvora. Ante esto, el poder tiembla. ¿Sus síntomas? Mayor inversión en armas; aumento de los sueldos de todas las fuerzas; aumento de efectivos y movilización de tropas como brigadas de apoyo antidisturbio; renovación de patrulleros, de carros hidrantes, de motos, de armas. Prebendas y entrega a policías de más de 130 viviendas que ya estaban asignadas a personas de la sociedad civil. Y por eso los decretos de emergencia, y por todo esto tanta violencia.
El pueblo soporta mucho, quizás demasiado, hasta que un día se levanta.
Festival 12 de abril. A un mes de la internación de Pablo Grillo. Foto: Andres Manrique
El día del hecho: la evidencia pormenorizada que Bullrich niega
En la manifestación de jubilados del 12 de marzo de este año, Héctor Jesús Guerrero, integrante de la Sección de Empleo Inmediato de la Gendarmería Nacional, junto a otro soldado en funciones, se apostaron delante de los escudos de la gendarmería. Guerrero apoyó una rodilla en el asfalto y apuntó con su escopeta lanza gases hacia la línea de horizonte, luego de que el militar que se quedó a su lado parado señalaba hacia adelante. El cabo de rodillas apretó el gatillo y detonó la explosión que propulsó con una potencia no menor a 75 metros por segundo, el cartucho que puso en peligro la vida de un joven desarmado. Después, el gendarme se puso en pie, dio un paso hacia el costado, y el que había señalado a las personas que estaban a más de 60 metros, le dio un pequeño golpe en el hombro como quien felicita el procedimiento.
Contra todas las normas nacionales e internacionales que refieren rigurosamente cómo deben usarse las mal llamadas armas de fuego “menos letales” (pregúntenle a algún familiar de Fuentealba, el docente fusilado por una de estas escopetas); y contra los protocolos de Gendarmería, el Cabo apuntó con la mira paralela al suelo.
Festival 12 de abril. A un mes de la internación de Pablo Grillo. Foto: Andrés Manrique
Ese día, un fotoperiodista independiente se había puesto en cuclillas detrás del esqueleto en llamas de un mueble para encuadrar la línea de las fuerzas policiales. A las 17.18, el cartucho de gas que Guerrero había disparado, contra toda norma, le dio a Pablo Grillo en la zona frontal de la cabeza. El fotógrafo quedó boca arriba y los manifestantes a su alrededor lo asistieron. Alguien llamó a la ambulancia, el SAME llegó rápidamente. Y fue trasladado al Hospital Ramos Mejía. Tenía un agujero en el cráneo, con pérdida de masa encefálica.
Con la vida pendiendo de un delgadísimo hilo, el miércoles 04 de junio, luego de 83 días de terapia intensiva, Pablo Grillo salió de la terapia. Desde entonces, está internado en una clínica de rehabilitación. Desde el día cero la familia y la comunidad lo acompañan. Su imagen recorrió el país y se lo espera en cada marcha, en cada manifestación, con carteles de toda índole que lo apoyan. Las cámaras de fotos se han convertido en armas de creación masiva.
Los videos que fueron recolectándose a lo largo de los días, desde todos los ángulos, muestran los hechos. No hay manera de negar las evidencias o de taparlas, a menos que se tenga la intención expresa de mentir. No hay lectura ni interpretación válida. De un lado estaban las fuerzas del Estado con todo el aval institucional. Del otro, el ciudadano que movido por lo que está pasando precisa registrarlo con fotos, o quiere estar porque siente que allí puede aportarle algo a la sociedad.
Festival 12 de abril, a un mes de la internación de Pablo Grillo. Foto: AndresManrique
Durante las horas posteriores al siniestro (entendido también desde aquello que de su dócil naturaleza despliega su ominosa monstruosidad), e incluso varios días después, el país fue testigo de las mentiras sistemáticas de Patricia Bullrich, Ministra de Seguridad Nacional. Del modo en que contradijo las imágenes del hecho, que corrían en los noticieros, incluso a sus espaldas. Negó el material que se recabó mediante aportes de diversos periodistas, sobre el proceder abusivo de las fuerzas represivas que tenían órdenes de reprimir y cumplieron. Y justificó el despliegue de recursos y efectivos militares y policiales desmesurado cada miércoles de marcha, donde un grupo muy pequeño de jubiladxs los hace correr de una esquina a la otra, al grito de hop-hop-hop-hop, mientras se mantiene perimetrado todo el Congreso de la Nación con una vallada descomunal.
Festival 12 de abril, el Polaco en plena muestra de fotos. Foto Andrés Manrique
El 12 de marzo Héctor Jesús Guerrero le puso cuerpo al gatillo que apretó toda una línea de mando. Un mando que no lo ha llamado aún a declarar. Y que sigue negando todo. El cartucho que le rompió el cráneo al fotógrafo fue enviado directamente desde lo más alto del poder Ejecutivo. Sí, Javier Milei es primer responsable de este crimen. A quien le siguen, de muy cerca, Patricia Bullrich, como ministra de Seguridad Nacional; el director Nacional de Gendarmería, Claudio Brilloni; Héctor Ferreira, que es jefe del Destacamento Móvil 6, y el jefe del Comando Región I, Marcelo Porra Melconian, todas autoridades involucradas en el diseño del operativo, la transmisión de órdenes y la supervisión del accionar de las fuerzas desplegadas esa jornada contra los manifestantes. Aún no ha sido llamado a declarar y la institución le ha asignado ya los abogados defensores.
No hay reglas que midan al poder cuando, desbocado, actúa en contra de la organización. Pero tampoco existe el poder que se sostenga a base de decretos ni, mucho menos, de violencia. La legitimidad se construye de manera lenta y sistemáticamente, con mucha cintura y capacidad. Condiciones ausentes para esta gestión. La coacción se derrumba bajo el peso de su propia intolerancia. Pablo Grillo es un mojón que la Argentina tiene ahora como ejemplo de entrega, por la necesidad de mostrar.
Porque tal como reza el cartel de un jubilado insurgente: «No es fácil hacer callar a un grillo».
Villalba llegó a la radio con el pincel en la mano y, agachado, mandó “saludos a todos ahí en sus casas, autos, caminantes, helicópteros, donde anden. Muy buen día a todos. Gracias por invitarme”.
El artista explicó en el programa La Sana Costumbreen dialogo con los periodistas Alejo Villagra y Alejandra Brusain que comenzaba su intervención sin un plan fijo, dejando que el pincel contara la historia: «hoy empezamos por la vereda, voy a contar un poco la historia de la radio. Recién me preguntaban qué iba hacer, y yo le respondí está todo en el pincel, yo no tengo ni idea, pero iré contando algo que tiene que ver con la hermosa historia de la radio, que se yo, que es tan rica, a mí me ha acompañado toda la vida”.
Colores, creatividad e improvisación
Se inspiró en el nombre de la radio AM Cumbre 1400.
Villalba destacó la libertad creativa que tiene al pintar: «en todos los murales una de condiciones que yo negocio con el que me contrata es déjame fluir, no tengo idea. Pero improviso y cuando termino, cuando ve la gente y me ve que fluye tanto, está todo acá, le digo”.
Además, compartió detalles sobre los colores elegidos: «estoy jugando hasta con la cebra cuando cruzas la calle, tiene que ver con eso, es un dibujo peatonal, entonces lo voy a lograr con esos colores, el blanco como cuando vas por la calle la escenarización… voy a jugar con eso en la radio”.
La historia personal detrás del arte
Mientras pintaba la vereda varios conocidos saludaban al artistas fascinados con su arte.
El artista también reflexionó sobre su historia personal y su proceso de superación: «yo volví acá de grande, ya me conocían, yo estaba viviendo en Buenos Aires y pensaba irme a otro lado. Me volví después a los años y había algo sembrado, pero tuve que resembrar todo porque me morí de hambre, soy un alcohólico recuperado y no me avergüenza para nada”. Agregó “lo que voy es sembrando hasta que se cosecha.»
Villalba explicó que sus mejores ideas vienen cuando se deja fluir a través del pincel. La radio como la protagonista del arte urbano.
Finalmente, desde la radio invitaron a los vecinos a acercarse y a disfrutar del arte: «ese pincel hace magia nosotros acá estamos muy contentos, invitamos a todos los oyentes y que nos escriben cada día, que están presentes, que nos saludan, que nos dejan lindos mensajitos, porque nos encantaría poderles dar un abracito.»
La intervención de Martín Villalba convierte la esquina de AM Cumbre 1400, en un espacio colorido, inclusivo y lleno de historia, ideal para fotos y para que la comunidad participe de este aniversario tan especial.
El muralismo argentino continúa siendo reconocido a nivel mundial a través de Martín Ron, un artista que no solo ha capturado la atención de Argentina sino también del planeta entero. En 2023, dos de sus obras han sido seleccionadas para competir entre los 50 mejores murales a nivel mundial por la prestigiosa plataforma Street Art Cities. …
El gobierno nacional avanza con la venta de acciones de las represas del Comahue al convocar a licitación y disponer la tasación del paquete accionario por un banco público, mediante la Resolución 1200/2025 publicada este miércoles en el Boletín Oficial.
La normativa del ministerio de Economía inicia formalmente el procedimiento de privatización de las sociedades operadoras de los complejos hidroeléctricos Alicurá, El Chocón, Cerros Colorados y Piedra del Águila, ubicados en la región del Comahue.
La cartera que encabeza Luis Caputo autorizó el llamado a Concurso Público de alcance Nacional e Internacional para la operación privada de las centrales hidroeléctricas e instruyó a la Agencia de Transformación de Empresas Públicas a coordinar todas las acciones del proceso y a encargar la tasación de las acciones a una entidad bancaria del sector público.
El plazo para realizar consultas a los pliegos es hasta el 13 de octubre a las 17 horas. Mientras que el límite para la presentación de ofertas por parte de los interesados es el 23 de octubre a las 16 horas. La apertura de ofertas se realizará inmediatamente finalizado el periodo estipulado.
La convocatoria será publicada en el portal del Ministerio de Economía y en la plataforma internacional DGMarket del Banco Mundial. El proceso se llevará adelante a través de la plataforma CONTRAT.AR, en cumplimiento con lo dispuesto por el Decreto 416/2025, y tendrá como fecha límite para su finalización el 31 de diciembre de 2025.
De esta manera, la intención gubernamental es adjudicar las nuevas concesiones antes de fin de año, cuando caduca la extensión de la operatoria a las actuales empresas, que tienen los contratos vencidos desde hace dos años.
Los nuevos concesionarios tendrán la posibilidad de disponer libremente de un porcentaje creciente de la energía generada en las centrales, contratando en el mercado a término o en el mercado spot, en línea con los lineamientos de normalización fijados por la Secretaría de Energía.
Desde Economía remarcaron que “el proceso fue consensuado en estrecha colaboración con los gobiernos de las provincias de Neuquén y Río Negro; los pliegos de condiciones y los nuevos contratos de concesión incorporan una serie de modificaciones solicitadas por las provincias que atienden demandas históricas sobre la operación de los últimos 30 años”.
Además, puntualizaron que “esta medida forma parte de la segunda etapa del proceso de privatización de ENARSA, establecido por el Decreto 286/2025, que contempla la venta por etapas de sus activos con el objetivo de promover un esquema energético más eficiente, competitivo y con mayor participación del sector privado”.
Al valorar la decisión, destacaron que “el Gobierno Nacional avanza en la transformación del sector energético, priorizando la inversión privada, la transparencia en los procesos licitatorios y la eficiencia en la gestión de los recursos estratégicos del país”.
El intenso debate sostenido durante este año entre los gobiernos provinciales de Neuquén y Río Negro con el Estado Nacional y las empresas privadas sobre el futuro de las represas hidroeléctricas asentadas en la región, finalmente quedó marcado. El proyecto de Ley de Presupuesto 2024 indica qué pasará, en caso de aprobarse….
El Ministerio de Capital Humano informó este viernes que presentará una denuncia contra la Universidad de Buenos Aires (UBA) por “incumplimiento de deberes de funcionario público”. Según el comunicado oficial, la casa de estudios bloqueó el acceso a su portal institucional y derivó a los estudiantes hacia un sitio con mensajes políticos, lo que motivó la intervención del Gobierno nacional.
La cartera conducida por Sandra Pettovello sostuvo que se trató de una maniobra irregular y exigió el cese inmediato de la práctica. Además, adelantó que se pedirá una investigación sobre la creación del subdominio noalveto.uba.ar, con el fin de determinar eventuales responsabilidades administrativas y legales.
“Uso político de recursos públicos”
En su mensaje, Capital Humano advirtió que el uso de recursos públicos con fines partidarios constituye una violación de los principios institucionales. En esa línea, se recordó que las universidades nacionales tienen la obligación de garantizar el funcionamiento normal de sus servicios y la igualdad de acceso a la información académica y administrativa.
“Siempre vamos a defender el derecho de los alumnos a la educación. Es inadmisible que las autoridades de la UBA se apropien de los campus virtuales que son de y para los estudiantes”, expresó el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, quien acompañó la decisión del ministerio.
Durante la mañana del viernes, los usuarios que intentaron ingresar a la página oficial de la UBA encontraron una pantalla negra con el mensaje en letras blancas: “No al veto”. El bloqueo impidió acceder a cualquier servicio administrativo o académico, lo que generó inconvenientes en la comunidad universitaria.
La acción se dio en paralelo al paro nacional de gremios y estudiantes en más de 60 universidades y a la convocatoria de una Marcha Federal programada para el miércoles 17 de septiembre.
Las autoridades de la UBA justificaron la medida en el contexto del veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, decisión que, según afirmaron, coloca nuevamente a la institución en una situación crítica. “El veto decretado por el presidente Javier Milei pone en riesgo la calidad académica y la existencia misma de la Universidad tal como la conocemos”, expresaron desde la casa de altos estudios.
Tras la crisis diplomática generada por los cruces entre el presidente Javier Milei y su par colombiano, Gustavo Petro, Bogotá ordenó a su embajador retomar su puesto, mientras que la canciller Diana Mondino viajará a esa capital, para de esa manera volver a encarrilar las relaciones entre ambos países….
A la Patagonia se la conoce como tierra de leyendas y lugares considerados míticos como la isla grande de Tierra del Fuego, en el Fin del Mundo. Quienes recorrimos el sur argentino en profundidad sabemos que ciertos rincones elevan aún más esa categoría, para los que al menos yo, ya no encuentro palabras con las cuales calificarlos.
Uno de ellos es la Península Mitre, el extremo oriental fueguino, separada de la Isla de los Estados por el turbulento estrecho de Le Maire. El mismísimo sitio donde se produjo el primer encuentro entre los colonos europeos y los pueblos que habitaban ancestralmente esta isla.
Con una superficie terrestre de casi 3500km2 (unas 17 veces la capital federal) y más de 5000kms2 marítimos, fue declarada Sitio Ramsar por ser un humedal de importancia internacional para la conservación de la biodiversidad y el sustento humano y desde 2019 Área Natural Protegida Provincial, ya que alberga una de las mayores concentraciones de turberas del hemisferio sur. Aunque se llama «península», no está completamente separada por un istmo. Raro.
Llegar no es fácil, son aprox. 125kms en vehículo desde Ushuaia hasta el puesto de prefectura de Moat, donde termina la ruta J, luego se debe seguir a pie poco más de 30 kms, según el sendero que uno tome hasta Bahía Slogget en la desembocadura del Rio López, antiguo límite occidental de la región.
En este extremo del mapa, donde los vientos azotan la tierra y el mar parece infinito, la Patagonia guarda leyendas vivas, y de eso les quiero hablar.
En 2015, llegué en mi autito hasta Moat, allí, mientras conversaba con personal de la Armada, por la ventana y soportando una leve llovizna vi llegar a un gaucho a caballo rodeado de vivaces perros que parecían custodiarlo. “Ese es El Paisa Andrade, un gaucho que vive solo, dentro de Mitre”, me dijeron. Sentí una gran alegría, yo conocía algo de su historia, pero tener la suerte de encontrarlo justo en el momento que realizaba una de sus esporádicas salidas del interior de la península fue una casualidad inmensa, casi como llegar al glaciar Perito Moreno el día que rompe su puente natural. “Soy muy afortunado”, pensé.
Salí a recibirlo, me presenté, y me encontré con una persona muy amable, de rostro duro pero amigable, hombre curtido por las inclemencias de un clima que no se anda con chiquitas. Vestía un camperón y un gorro con orejeras gris, vaqueros azules, camisa, pullover de lana y botas de goma. Conversamos un buen rato mientras él seguía con sus tareas, desensillar, ordenar sus cosas, sus animales, tomar mate. Usaba un precario refugio de viejas chapas oxidadas y tablas mal clavadas a metros del puesto de la Armada. Me ofreció llevarme por una semana hasta sus dominios australes. No me animé, en parte por no tener señal para advertir a mi familia que no podría comunicarme por largos días y en parte porque no me daba el cuero realmente. No tenía la más mínima preparación física, muchos de uds ya me conocen. Ahí mismo, en las oficinas de la Prefectura, nos sacamos la primera foto juntos. Ilustra la nota.
Con el tiempo tuvo teléfono con WhatsApp y conseguía señal de internet en Moat. Desde entonces solemos comunicarnos. Lo vi personalmente alguna vez más. En 2020 una increíble tormenta me frustró la travesía hacía sus dominios. Lo volví a encontrar en Moat en 2022. “Me gustaría que se conozca tu historia”, le dije hace poco. Le gustó la idea.
NOTA: Quiero aclarar que las respuestas que acá transcribo entre comillas, son declaraciones 100% textuales.
Su historia
El Paisa Luis Andrade, nació un 20 de septiembre a orillas del Paraná, en Goya, Corrientes y hoy acusa 64 años. Le sale el futbolero de adentro y me dice, “Me encanta el futbol, soy de Independiente, antes era fanático, después se me fue pasando, tengo un banderín firmado por el chivo Pavoni.
Entre Pelé, Maradona y Messi elige a… “Bochini papá, Bochini, ¡grande el Bocha!”. Tengo la esperanza de comunicarme con el Bocha para que sepa que tiene un admirador en el Fin del Mundo, donde termina la tierra. Un caminante que anduvo por acá me dijo que trataría de hacerme el contacto”.
Amante de la buena música, “me gusta toda sí, siempre que este bien hilvanada y buena letra”. Como buen gaucho admira a El Pampa, “Larralde, Larralde si toda la vida me gustó y me sigue gustando, tengo toda su obra, “Herencia pa´ un hijo gaucho” y demás y sus conferencias de prensa las tengo grabadas por ahí, cada tanto lo escucho, un hombre muy cabal para mí”.
Luego comienza a desgranar su apasionante vida,
“Llegué a estas tierras luego de vagabundear por el país. Anduve por Darregueira, provincia de Bs. As., me vine a dedo, con plata por supuesto, había renunciado a la represa hidroeléctrica– trabajó en Piedra del Águila, y también en Alicurá –, traía fondo de desempleo cobrado, quería conocer la Ruta 40, que era tan famosa, y ahí pasé por El Bolsón, me enamoré de ese pueblito, si yo siempre pienso el día que abandone acá buscaría instalarme ahí, pero son deseos nomás, por ahora continuamos acá, así que siempre quedé con eso en la cabeza”.
Mientras lo escucho pienso que en algún momento también recorrí por primera vez La 40 y tuve sueños de quedarme por allí, quizás con propósitos diferentes claro.
Los primeros años
En 1986 llegó a la isla, tuvo un “aserraderito” en Tolhuin y en 2006 o 2007, no recuerda bien, llegó a Mitre.
“Vine con un compinche amigo mío de Tolhuin que administró durante un par de años la estancia Bahía Slogget, me pidió que lo acompañe, y como hacía años que no andaba a caballo y en parte para conocer, me decidí a acompañarlo. Luego él no quiso continuar porque estaba abandonando mucho lo de él. Hice un arreglo y vine con otra persona, pero no duró ni un mes, acusó que le dolía la cintura, yo ya veía que no tenía el entusiasmo, no le agradó, así que quedé solo de nuevo, luego fui a buscar a otra persona, todas duraban poco, iban y venían casi siempre en el tiempo de rodeo, en vacaciones, después ya no”.
Si bien ahora habita el sur, llegó por el lado Norte al Rancho e Lata. Hace una pausa y continúa.
“luego a 2 días de viaje había una veranada que era Rio Udaeta, donde solía quedarme desde octubre a mayo aproximadamente y luego volvía a Rancho e Lata, Punta Ibarra que son campos de invierno, donde traíamos vacas a invernar. Anduve en muchos lugares, esto, esta estancia es muy grande se llama Bahía Slogget. Anduve también por Rancho e Cuero, Rancho e Nylon, Corral de Aguante, Corral de la Yegua, Rancho Julián, Puesto La Playa”,
Me cuenta Don Luis, que comienza a entusiasmarse,
“Los primeros días, los primeros años diría, fueron difíciles, como toda persona que empieza en un lugar que no conoce, no estaba adaptado al clima, por eso con el patrón, la persona que yo había arreglado, me dijo “bueno vamos a hacer un contrato enseguida, por 3 años…5 años…con prórroga, como quiera”. Le dije que me diera un año para probar si me gustaba, si me hallaba, quería ver qué cantidad de animales había y si me adaptaba, y así me quedé, pero si, no me gustaba el viento, en la costa mucho viento. Hoy día ya no es tanto, o será que me adapté más al clima, pero hoy ya estoy mucho más tranquilo. Antes esos viajes hasta Moat para ir a buscar las cosas eran una tortura, una tortura eran, y hoy día ya para mi es un trámite más ya, no significa gran cosa para mí, pero me costó sí, me costó bastante, bastante me costó”.
Ahora el entusiasmo es mío y le pregunto: ¿cómo era la vida cuando llegaste a la península?, piensa y comienza a desenterrar lejanas vivencias.
“Era fatal y más para mí que era la primera vez que andaba en la costa. 16…20 grados bajo cero, escarcha, tempranamente tenía que herrar caballos, aunque sea dos para salir a buscar provistos o en caso de accidente tener como moverme, si no, no se podía salir, con caballo liso no salís a ningún lado, y la escarcha perduraba, empezaba a escarchar y no se iba hasta la primavera. Hoy día hace años que no escarcha, con ese tema del calentamiento global y parece ser que es cierto porque pasan años redondos sin herrar con ganchos, ni escarcha siquiera ya, ha cambiado totalmente acá, 100 x 100 un giro de 360 grados ha dado acá del tiempo que llegue al momento que estoy ahora«.
Sacrificio y adaptación
En mis dos viajes a la Península Mitre experimenté la rudeza de vivir allí, y de solo imaginarme como habrá sido para él en esos tiempos, me perturba.
“No había nadie acá, estaba solo y en la costa sur, que cruzaba el Rio López hacia adentro. El único que estaba en la zona sur, en Casa Vieja, era Pati– (Vargas, otro gaucho solitario) –. Estaba casi toda la península abandonada, incluso Puerto Español (en Bahía Aguirre). Solo había personal de la Armada en Buen Suceso y en la zona norte, en Policarpo que estaba Adolfo Imbert. En un momento quedé solo solo, se había ido Pati y la gente de la Armada de Buen Suceso, que volvió cuando se perdió una persona. Me había dejado guacho guacho, estuve solo completamente”.
¿Qué hiciste en esos primeros tiempos?
“Lo primero que hice esos primeros tiempos fue sobre todo conocer el campo, la tabla de mareas, entrar en cañadones, conocer ríos, pasos, entrar en los cerros, por atrás de la cordillera, donde recorrían, donde andaban los animales para poder sacarlos, experimentando y conociendo el lugar, así que me lo pasaba afuera, eh?, me echaba 3 o 4 atados de cigarros en el bolsillo y hasta que no los terminaba no me volvía, sabía andar semanas enteras, sin comida me quedaba, me entusiasmaba demasiado. Comiendo huevo de avutarda, carneando algún mamón ahí, así me lo pasaba, pero tenía un alma de conocer, siempre fui así, conozco mucho de mi país, porque siempre me gustó, soy así del estilo Diego Promenzio, una cosa así, jajaja”.
Se ríe, y asombrado por tal comparación, me río yo también…
Adaptarse a un lugar así no es nada sencillo, ¿Qué fue lo que más te costó?
“Lo que más me costó como no había estos medios de comunicación que hay ahora, nada, no podía marcar una tabla de marea, a veces llegaba a los pasos que tenía que pasar y estaba la marea arriba, como no los podía pronosticar de otra manera, no tenía los conocimientos, tenía que volverme para atrás, muchas veces con cargueros, y le erraba a los horarios, eso fue lo que más me costó, fatal eso. Hoy día ya no porque con estos medios de comunicación, teléfono mismo, ya tengo la tabla, marco y ya sé mañana a qué hora tengo que salir, a qué hora sube a qué hora baja, cuanto lo que va a subir, cuanto lo que va a bajar, bueno uno ya sale ahí más tranquilo y más seguro, antes, los primeros tiempos, como no existía este medio, me costó muchísimo, para que vamos a negar”.
Pienso que deben haber sido días muy difíciles, pero que seguramente también habrá habido días mejores, le digo, y continúa,
“El mejor día que recuerde fue una vez que me vinieron a festejarme un cumpleaños. Vinieron varias gentes que ya habíamos empezado a transitar el tema del turismo yo y empezaban a llegar acá y bueno se notificaron cuando era mi cumpleaños y se unieron entre todos y todos pusieron un poquito de todo y se vinieron a festejar mi cumpleaños y hasta me regalaron un teléfono. Ese, cálculo fue el mejor día, pero tuve muchos momentos lindos con la gente que me aprecia y gente que yo también aprecio. Viene gente muy cercana, muy amable y muy linda acá por eso que no me he ido de acá”.
Y si hubo de los buenos, debes haber sufrido de los otros, ¿no?
“El peor día fue una vez que me largué ahí en Slogget, la Vuelta de La Piedra que hay que largarse con marea baja, me largué con marea baja pero tenía viento en contra y yo no lo tenía bien estudiado porque el mar varía, me arrinconó contra la barranca el mar, los perros pasaban por arriba mío, me llevaba el caballo para adentro cuando las olas rompían contra la barranca me llevaban el caballo 30…40 metros para adentro y cuando venían esas olas bajas trataba de disparar, pensé que no salía, estaba más muerto que vivo, esa vuelta fue el peor día de mi vida, que putee hasta dios y a maría santísima, quien me manda a huevear así si no tenía obligación”.
La naturaleza salvaje de estos lares, lo puso rápidamente en su lugar y le hizo entender que nadie puede someterla. Y que incluso el mar, las barrancas, el frío o el viento pueden ser sus aliados o sus enemigos.
Se nota que la pasó mal y me deja una reflexión.
“Hay que respetar el mar ese si es jodido, tiempo después mató unos caballos, se salvó un amigo mío, pero le ahogó 13 perros y yo le había explicado el tema ese unos días antes, pero se largó igual. El mar es muy jodido hay que tener mucho cuidado a la naturaleza, peligrosísima, ese fue el peor día, no me olvido jamás, tenía una impotencia, pensé que no salía, me quedaban 200 metros que eran eternos, pero gracias a dios estoy acá para contarlo y para que nunca más me suceda”.
Enamorado de su lugar en el mundo, su labor diaria allí, la percibe de una manera muy especial.
“Mas que un trabajo lo defino como una responsabilidad y unas ganas de encontrarme con gente de tanto tiempo que estuve solo porque los primeros años acá eran fatales, no había un cristiano ni por joda, la única vez que veía una persona era por revistas, era impresionante, pasaban meses redondos sin ver un alma acá, años redondos te diría, en esos momentos tenía el deseo de encontrarme con alguien que después se fue haciendo cotidiano con el turismo y la promoción que se le está haciendo a la península, más el documental que hicieron esos chicos (se refiere al famoso y galardonado documental “Península Mitre”, de Los Gauchos del Mar), porque esto era poco conocido y quien iba a venir acá tan a trasmano, donde cuesta tanto traer las cosas?, era impensable ver gente por acá. Jamás me imaginaba, sabía andar solo caminando a caballo, por cualquier lado que anduviera el campo o la playa nunca traía eso en la cabeza que iba a ver una persona adelante mío porque no sucedía, después empezó a pasar eso”.
¿Sentiste miedo alguna vez estando allí?:
“No, no, miedo en la península no, tranquilidad, podes dormir tranquilo con las puertas y las ventanas abiertas, aparte siempre estas protegido de tus perros, no, no, no. Y si viene gente a cualquier hora de la noche como han sabido caer por ahí con luces de linterna por ahí son caminantes, gente toda re piola, que le ha agarrado la noche y sabían que había un rancho cerca y le seguían dando a luz de linterna con tal de llegar, no, no, no, acá no hay por qué temer, gracias a Dios. Donde hay es en las ciudades grandes, pero acá no, hay una tranquilidad enorme”.
¿Sufriste algún accidente que recuerdes especialmente?
“Si, el accidente que todo el mundo sabe, que estuve tres meses solo, me entablillé solo, con tablas que tenía de cajón para hacer fundas de cuchillo, me entablillé con harina. Me quebró un caballo, me dio vuelta arriba de un palo y me quebró, estaba solo en pleno invierno en la península, no tenía medio de comunicación, nada, la pasé muy mal yo esa vuelta, estuve un mes sin moverme, quemé hasta los bancos, las camas, las tablas de picar carne, la de sacar botas, todo lo que tenía alrededor porque no podía salir, mis perros sin comida, les desclavé los cueros que tenía ahí estaqueado y se los tiré, ya se estaban muriendo los perros de hambre, estuve muy mal esa vuelta, me iba a matar yo. Decí que vi mi pata porque tenía azul desde la punta de la uña, hasta los huevos arriba, negro, después vi que empezó a ponerse rosado y empezó a cambiar el color, empecé a agarrar ánimo, me iba a liquidar, había medido el arma de la punta de los pies hasta debajo de la boca, y miraba mis perros le corrían las babas en puerta, ya les había hecho toda la comida que tenía, le herví todo, le daba todos los días, y yo tenía pastillas y salmuera, me echaba en la pata, fría, caliente, no podía dormir del dolor, me la colgaba con soga, ahhh no sabes lo mal que estuve paisa, no tenés ni idea”.
No puedo imaginar una situación más adversa, el sufrimiento de un ser humano casi olvidado por el mundo que, luchando por sobrevivir sin muchos medios, a fuerza del característico coraje correntino, logró así también ayudar a sus compañeros de cuatro patas.
“Y por amor a mis perros, que los miraba muertos de hambre ahí, no me maté, aguanté, cuando vi que cambió el color no tenía nada para comer, me quedaba más o menos un cuarto de paquete de arroz, eso fue lo último que me comí ahí, así hervidos, sin nada, no tenía sal, comí pan del indio, no tenía sabor a nada eso, hasta que agarré, pude montar a caballo y me vine hasta Punta Ibarra, el puesto donde estoy ahora, acá había algo pa´ comer, azúcar, así que estuve un par de días más acá y de ahí emprendí viaje para Moat. Los milicos estaban preocupados ahí. Me dijeron que habían mandado a Pati a ver que El Paisa que hace tanto tiempo que no viene, No, dice, si ese se fue a la veranada. Dice que vino hasta la Mata Caballos”– una bajada muy empinada y peligrosa en zona de acantilados – “y miró hacia Punta Ibarra, este rancho donde estoy ahora y no había humo y se volvió, puras mentiras, ni vino, pero bueno, zafé de esa, pasé por la parte más angosta del embudo, paisa he?”
El Pan de Indio en Tierra del Fuego es un hongo comestible que crece en los árboles nativos del sur como el Ñire, la Lenga y el Coihue, son una buena fuente de agua mientras se recorre el bosque. Fue consumido por los pueblos originarios Yámanas y Haush. Lo probé alguna vez, la verdad no tiene gusto a nada. Se asemeja a una pelota de golf.
Esta comarca es tan grande …me pregunto si habrás podido recorrerla toda y si hay alguna zona que te cautive más.
“Si, si, prácticamente toda la península, y yo conozco más afuera de la península. Mi zona favorita acá es siempre la costa sur, porque la costa norte es mucho viento y es mar abierto. Acá tenés un poco el canal (Beagle) que más o menos algo te protege, y no es tanto pero allá en la costa norte es permanente el viento y es todo claro, limpio y da de lleno el viento”.
Es imposible describir este lugar, un entorno que abruma, que es dramático, salvaje y prístino a la vez. Pero la naturaleza en esta zona imagino debe proporcionar placeres que cuesta disfrutar en otros lados, ¿no?.
“Acá aspiras aire puro, al que es medio ermitaño y le gusta un poco la soledad, le viene de perillas, yo los primeros años vivía en soledad y me gustaba, ahora ya no, aprendí a convivir y siempre hay algún otro que viene y me pone contento y me da más energía, más ganas de vivir y bueno, ya te vas acostumbrando, aparte vas sumando cositas, compromiso con gente, acá te hablan de un año pal otro.
Si bien disfrutabas de esa soledad, si se quiere forzosa, ¿cuánto tiempo fue lo máximo que pasaste sin ver otro ser humano en Mitre?
“Los primeros años que llegué pasaban años completos, posiblemente pueda haber andado alguno o alguna persona en la costa, pero como no estaba en la costa yo, estaba 10 kms para arriba sobre el rio López, en el Rancho e´ Lata, capaz que justo cuando yo venía, esa persona ya había pasado o bien no había pasado nadie, pero si, era muy difícil encontrar una persona”.
Don Luis recuerda también días de ansiedad y deseos de tabaco.
“En un momento que venía del Rancho e´ Lata, sin cigarro por supuesto viajes largos, me quedaba dos días todavía para llegar a Moat, con la esperanza de manguearle un cigarro a los milicos ahí, o bien esperar al patrón, en ese tiempo no tenía teléfono, nada, había que usar la radio, que te confirmen la fecha, cuando iban a venir, no era fácil, esperar un par de días más, era muy complicado, ahora con estos teléfonos y el internet en Moat, antes no había internet en Moat tampoco. Ahora tengo hasta yo en Punta Ibarra, mira lo que son las cosas, se simplificaron todas las cosas, así que venía siempre cabizbajo, porque costaba todo, muchísimo más que ahora por supuesto. De repente iba llegando a la playa y vi dos personas ahí en el Rancho e´ La Playa, que alegría que me dio, y ahí nomás a los muchachos también le dio alegría ver una persona a caballo, y ya nos empezamos a hablar y ya le pedí un cigarro, era 5, 2 estaban ahí y 3 andaban por la draga, me dieron un atado de cigarro y un encendedor, faaaaa, el hombre más feliz de la vida, ¿eh?”.
Poco a poco las cosas fueran cambiando para el Paisa y la zona.
“Y después esos encuentros empezaron a ser más frecuentes, pero no tanto, no te voy a decir que todas las semanas no, no, cada seis meses, 7 u 8 meses por ahí chocaba algún otro y después ya bueno, con ese documental que se mandaron estos chicos, Los gauchos del Mar, esto ya empezó, porque antes esto no le conocían demasiado, ese documental fue el que lo promocionó más”.
Estos gauchos acuáticos, Joaquín y Julián Azulay, son dos hermanos surfers marplatenses que hacen espectaculares documentales laureados internacionalmente, donde se los ve domando olas alrededor de los sitios más icónicos del mundo. Algo así como el programa de Tv “MDQ” pero más serio.
¿Cómo transcurre un día típico tuyo en la península?
“Un día mío en la península es siempre igual, siempre agitado, atar, largar algún perro, ir a ver los caballos y empezarme a preparar, las distancias son lejísimas acá. El día se te va, no te das ni cuenta acá. Muy, muy, muy agotador también, termino en las tardes, con la leña, acarrear la leña, la comida, el pan, todo te lleva su tiempo. Los animales, 50% de mi día es para atender los animales”.
Cada gesto parece calculado y medido. No hay mucho lugar para el ocio en Mitre, cada acción tiene su propósito y cada minuto cuenta. La soledad tiene peso y la naturaleza marca el ritmo de la vida. Las jornadas se despliegan con precisión salvaje.
¿Y Podrías volver a vivir en una ciudad?
“Si, si, si, totalmente, puedo vivir en una ciudad, es más te cuento, soy re cariñoso con los pibes, todo y eso que en veces yo he matado toros salvajes, me han matado los perros, los he matado a garrotazos, a pesadumbre, le miraba yo que me mataba un perro o un caballo así, lo miraba o si tenía un lunar lo dejaba identificado en mi mente, lo perseguía por meses, el día que lo encontraba, era re hereje yo, lo mataba a pesadumbre, en el campo tenés que ser así, temperamental en estos laburos con ariscos porque si no, no te metas porque no vas a servir. Vadear ríos y enlazar, atar toros salvajes, andar con los caballos, tenés que ser enérgico y decidido. Y yo llego al pueblo y soy una dulzura tremenda con los nenes, me gusta comprarle golosinas, entretenerlos, jugar con ellos, o sea, los dos polos, ternura encima y la brutalidad por otro lado, que yo mismo en veces solo acá me pregunto, es difícil, pero es lindo estar solo, te analizas bien tu vida y sabés hasta donde te da el rollo”.
La fría rudeza y la cálida ternura personificadas en un solo ser humano.
La comida en Mitre
¿Cómo manejás el tema de la comida en un lugar tan aislado?
“Mi alimentación consiste en carnes, acá vegetales, todo un poco, un poco de fruta, por ahí hacemos una pizza, ahora traje cocina a gas y por ahí nos damos algunos gustitos, por ahí siempre los turistas traen alguna trucha, la hacemos al roquefort, traen cositas y las mezclamos acá. Hacemos con batata frita los pescaditos, preparamos de todas formas, no, no es problema, es como en el pueblo, no hay gran diferencia. El asunto es que cuesta cargar las cosas nomás, pero bueno acá siempre se le da una buena utilización y sirve para una buena alimentación, eso si”.
Eso de subsistir a más de 100kms de un supermercado debe tener sus bemoles, ¿no?.
“Y acá subsisto… siempre precario, ¿no? Pero bueno…teniendo animales salvajes y acarreando yerba, lo más cerca que tengo es Prefectura ahí donde voy a buscar las provistas. Los primeros años siempre escaseaba alguna cosa, nunca estaba completo, es imposible estar completo acá, semejante distancia donde hasta traer un paquete de yerba incomoda, tenés que hacerlo todo a caballo, días de lluvia, viajes largos. El primer puesto que tengo para traer cosas son 7 horas a caballo, con carguero, tratar de venir despacio, no romper nada, es muy sacrificado acá, no es fácil, los senderos no son derechos ni planos ni mucho menos, variables, turba, enterrás los caballos, vas por las piedras, subidas bajadas, un monte es muy accidentado”.
Con el tiempo las cosas fueron cambiando un poco en su vida, y me cuenta: “Una vez apareció un caminante que me dijo: ¿no me puede llevar la mochila y yo le pago unos mangos?, bueno le dije, tengo un carguero. Y después otro y otro y empezaron a preguntarme que me hacía falta, y me acercaban víveres a Moat y ahí se fue poniendo mejor esto al menos para mí, ¿no?”
Palabras sencillas, pero que reflejan la austeridad y el ingenio de quien vive al margen de la civilización. La comida, al igual que todo en estos confines, es funcional, rápida, y siempre ligada al trabajo y la supervivencia.
Las estancias patagónicas son tan vastas que una sola casa no alcanza. En su inmensidad suelen levantarse varios ranchos o puestos, refugios distribuidos que son punto de apoyo en medio de una soledad donde la distancia se mide en horas a caballo y cada río o montaña marca una frontera natural. La que lo acobija El Paisa no es la excepción.
¿Sé que habitas más de un rancho, como se llaman y donde está ubicado cada uno?.
“Bueno si, en realidad los ranchos son varios, pero son 3 nomás los que ocupo yo, es este Punta Ibarra, Rancho Julián, que puse en memoria de un muchacho que se ahogó en el López. Le pedí permiso a la familia para poner el nombre de él y me autorizaron. Además, era amigo mío el chico este, así que bueno, Rancho Julián, que es más precario que este, más chico pero acogedor, el lugar es muy lindo, la gente quiere mucho ese lugar, siempre me dicen, pero yo abandoné ahí porque están los bagualeros, así que no, más adelante voy a ver una vez que se retire esta gente voy a ver que hago ahí, y justo es el paso ahí, el paso para cruzar el Rio López, justo, justo, ahí está el paso”.
También me describe su famoso “Rancho e Lata”.
“Este queda aproximadamente 10kms arriba sobre el Río López, de la costa, 10kms más o menos, en línea recta con GPS, de ahí ponele las vueltas un poquito más, pero bueno es ahí donde está el casco, pero ya ese rancho es lindo, grande, tiene cocina a leña con horno, un rancho que es grande, pero que queda muy retirado para mí ya, como que estoy abandonando ya ese rancho.
Por el Rancho e´ Lata está el otro paso que se hace por atrás de Puerto Español, que se llama el Valle de la Muerte. O sea, Rancho Julián va por la costa y de Rancho e´ Lata por atrás de la Cordillera. Son dos ranchos intermedios que están espectacular para los que transitan a pie por esos lados. Estoy habitando más este rancho que es Punta Ibarra, que me queda más cerca de Moat”.
Don Luis enumera sus refugios como si fueran parientes queridos, en su relato, los ranchos no son simples construcciones de madera y chapa, ni lugares donde dormir o guardar herramientas, cada uno es un capítulo de su vida, cada rancho guarda una historia, una memoria y hasta una pérdida. En ellos se lee la vida del Paisa. Sus ranchos, pienso, son testigos mudos de la soledad más extrema del fin del mundo.
Hoy quiero contarles sobre uno de esos lugares que, aquellos que realmente amamos la Patagonia, no logramos entender que aún sea casi desconocido y como a mí me gusta que la gente conozca la Patagonia, por eso de que nadie valora o cuida lo que no conoce, les voy a hablar sobre él. Este sorprendente […]…