Rescataron a un hombre de 87 años accidentado en la zona sur del Parque Nacional Lanín

Rescataron a un hombre de 87 años accidentado en la zona sur del Parque Nacional Lanín

 

Un amplio operativo de rescate se desplegó este domingo en la zona sur del Parque Nacional Lanín para rescatar a un poblador de 87 años que había caído de su caballo en la zona del cerro Milico. Según confirmaron a AM Cumbre 1400, el hombre sufrió una fractura de fémur y lesiones en la columna, por lo que debió ser evacuado en helicóptero.

Gabriel García, segundo jefe del ICE Lanín (Incendios, Comunicaciones y Emergencias), relató en diálogo con el programa La Sana Costumbre que el aviso llegó alrededor de las 13, cuando “un familiar de esta persona accidentada comentó la situación de que su padre había caído del caballo, había rodado en una ladera de un cerro y que necesitaba que acudan al lugar”.

De inmediato se activó un operativo que incluyó a brigadistas de ICE, guardaparques y familiares del poblador herido. “Se convocó inmediatamente a las dos cuadrillas de San Martín de los Andes y una de la central operativa de Junín de los Andes. En total fueron 15 rescatistas y tres guardaparques en colaboración con los pobladores de la zona”, explicó García.

El operativo no fue sencillo. El hombre estaba “prácticamente inmovilizado, no se podía mover”, detalló el brigadista. Por ello, fue necesario inmovilizarlo en el lugar y trasladarlo hasta un punto seguro. “Los chicos caminaron una hora y media hasta el lugar, lo inmovilizaron con camillas y equipos de rescate, y luego se activó un helicóptero por los tiempos que apremiaban”, agregó.

La evacuación aérea se concretó desde un sector escarpado de precumbre que contaba con una pequeña planicie apta para el descenso de la aeronave. “Ese lugar daba la posibilidad de que pueda bajar un helicóptero para poder sacar a esta persona”, explicó García. Finalmente, el poblador fue derivado a San Martín de los Andes, donde una ambulancia del 107 lo trasladó al hospital.

El segundo jefe del ICE aprovechó para remarcar la importancia de las medidas de prevención en la montaña. “Siempre recalcamos que cada vez que se sale a la montaña lo posible es avisar, conocer a qué montaña va, cómo se va a trasladar y no estar improvisado. Muchas veces el clima cambia de repente y eso dificulta mucho los rescates”, advirtió.

Finalmente, insistió en la necesidad de no salir solos al campo: “Generalmente la gente que anda en el poblado o en la montaña lo hace acompañado. Eso es importante, porque en caso de que suceda algo, alguien puede informar lo que está pasando”.

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  • Noche de terror en Rosario: balearon a cinco jóvenes en pleno partido de fútbol

     

    Un nuevo hecho de violencia sacudió a Rosario en la noche del martes. Cinco jóvenes fueron baleados mientras jugaban un partido de fútbol en el barrio Empalme Graneros. El ataque ocurrió cerca de las 21.30, en una cancha ubicada en Barra al 1300 bis, cuando un desconocido abrió fuego y luego escapó del lugar.

    Los heridos y su estado de salud

    Las víctimas, con edades que van desde los 16 hasta los 23 años, fueron trasladadas de urgencia a distintos centros de salud. Cuatro de ellos ingresaron al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez y uno fue derivado al Hospital Alberdi, tanto en vehículos particulares como con apoyo de fuerzas de seguridad.

    Entre los heridos se encuentra un adolescente de 16 años con un disparo en una mano, y un joven de 19 años con una herida en el brazo derecho que le provocó una fractura. También resultaron heridos otro joven de 19 (con un impacto en el muslo derecho), uno de 23 (con un disparo en la pierna izquierda) y un joven de 20 (con un balazo en una pierna).

    Fuentes médicas confirmaron que los cinco jóvenes permanecen bajo observación hospitalaria, aunque ninguno de ellos corre riesgo de vida.

    El ataque fue rápidamente informado a las autoridades. Gendarmería y la Policía de Santa Fe intervinieron en el lugar y comenzaron a recolectar pruebas para determinar el móvil de la balacera. Hasta el momento no hay detenidos y las causas del ataque se mantienen bajo investigación.

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  • «Mi hija no murió, la dejaron morir»: el desgarrador pedido de justicia por una nena de cuatro años

     

    Gimena Sosa denunció que su hija Anel, de solo cuatro años, falleció tras ser atendida en el Hospital de Pinamar. Asegura que hubo demoras en el diagnóstico y en la atención médica. Tras radicar la denuncia en Fiscalía, reclama justicia para que se investigue el accionar del centro de salud. El caso no es aislado. En los últimos años, el Hospital Comunitario de Pinamar ha atravesado situaciones críticas. Se han denunciado problemas de infraestructura, falta de personal especializado y derivaciones constantes por limitaciones presupuestarias. Hace pocos días los médicos elevaron un reclamo por la falta de pago de los salarios e insumos. El reclamo del personal apunta también a la falta de profesionales por la reducción de horas extras y la precarización del área que maneja Sonia Coll, Secretaria de Salud del Municipio de Pinamar. Por ANRed.


    Anel tenía 4 años, era sana, llena de vida”, dice Gimena Sosa (25), su madre, con la voz quebrada. La niña falleció el pasado 22 de mayo en el Hospital comunitario de Pinamar, Dr. Dionisio José Olaechea, tras varias idas y vueltas en la atención medica: “No había pediatra. Me dijeron que fuera a Ostende al mediodía, pero ya no tomaban más turnos. Me mandaron a la guardia del hospital.” El diagnóstico final fue gripe A. Gimena denuncia que la atención médica fue “deficiente” y que hubo demoras críticas tanto en el diagnóstico como en la llegada de la ambulancia, que “tardó 20 minutos” en arribar al lugar. Ahora reclama justicia y una investigación que determine si hubo negligencia por parte del personal del centro de salud.

    “La traje el miércoles al hospital me la atendieron y me la mandaron a casa… según ellos por una gripe” Su relato no deja de ser desgarrador. Gimena se emociona, y entre lágrimas explica con detalle la secuencia de aquel fatídico día: “empezó el día martes a sentirte incomoda, el miércoles la llevé a la salita de Valeria y pregunté por alguna pediatra porque tengo dos nenas, Me dijeron que en la salita de Valeria no había nada, que me podía llegar hasta la salita de Ostende a las 13 horas que había una pediatra. Me dirijo a las 12 del medio día con las dos nenas y cuando llego ya había 30 nenes esperando para atenderse. Todos estaban con los mismos síntomas. Consulto en mesa de entrada y me dice que no había pediatra que solamente atendía 12 números y que tenía que llevarla por guardia del hospital, que ahí no podían hacer nada”

    Entonces Gimena se dirigió al Hospital. Al llegar al lugar explica, a la persona que la recibe, que la pequeña no quería comer nada, que solamente quería tomar líquido, “le hicieron una placa, y en la placa sale que ella no tenía nada… pero ella no tenía ganas de nada, no quería estar ni sentada, nada…Anel no tenía ni tos ni moco” y prosiguió su relato “me dijeron que la beba no quería comer porque estaba por resfriarse, que estaba incubando un virus y que era normal que ella no quisiera comer… y me mandaron a la casa con la nena. Así como fui, volví, con la única diferencia que me dieron una receta”.

    Sin embargo, Anel no mostraba mejoría y al día siguiente su mamá la notó más pálida aún: “se despertó a las 7 de la mañana. Sólo quería agua. La dejé acostada un ratito más porque hacía frío. Después iba a bañarla y a llevarla nuevamente al hospital… comienzo a preparar todo para bañarla, le hablo dos veces y no me contestó, lo único que escucho que ella me dice mamá y se desvaneció…” ahí la agarre y salí corriendo a la salita de Valeria porque vivo cerca. La ambulancia tardo 20 minutos en llegar. Recién cuando llegó empezaron a bajar los tubos de oxígenos y ahí nos trasladan al hospital… habrán pasado 30 minutos, sale la pediatra y me dice que no pudieron hacer nada”.

    Gimena recuerda que al momento del fallecimiento de su pequeña “nadie salió a dar explicaciones” de lo sucedido y que se enteró en la comisaria que la causa de muerte habría sido por “gripe A”. Durante los días siguiente al fallecimiento de ANEL, los medios de comunicación dieron cuenta del faltante de vacunas en la menor. Sin embargos, Gimena desmintió esta versión “el año pasado se le completó el calendario de vacunas” y manifestó “ellos hicieron abandono de persona, si ellos se hubieran tomado su trabajo y su tiempo en hacer lo que tenían que hacer, no tenían por qué mandarla a la casa… ¿Qué pasaba si yo no la llevaba al hospital ese día?”.

    Minutos después de que se conociera el diagnóstico de la causa del fallecimiento de la menor, la secretaria de salud, Sonia Coll, habría tenido un desafortunado comentario para los medios locales y es que, en su explicación por los hechos acaecidos habría endilgado la responsabilidad por el fallecimiento de la menor a la familia al expresar que: “le realizaron una radiografía de tórax que no arrojaba muchos datos… en este tipo… el germen no es el único determinante de la evolución del paciente. Era una niña que no tenia una esquema de vacunación al día, una situación social complicada y evidentemente su sistema inmunológico estaba alterado y post morten se le hizo un hisopado que dio positivo para gripe “A”. Interpretamos que el resultado final tiene que ver con su sistema inmunológico que estaba alterado…” lo que provocó gran conmoción en la comunidad pinamarense.

    Consultada por este medio a Sonia Coll si quería aclarar los dichos esbozados en el Canal 4 de Pinamar a las pocas horas del deceso de Anel, remitió la palabra a la secretaria de prensa del municipio: Anabel Acacio, quien nunca respondió los reiterados llamados y mensajes para poder escuchar así una voz oficial que explicara “el mal desempeño en el diagnóstico” de la niña.

    El reclamo de Gimena Sosa por la muerte de su hija Anel, ocurrida en el Hospital de Pinamar, se inscribe en una realidad sanitaria que preocupa a muchas familias argentinas. Aunque no se han registrado públicamente otros fallecimientos recientes de menores, en ese nosocomio, denunciados como negligencia médica, el caso pone en evidencia las tensiones del sistema de salud en contextos de alta demanda y recursos limitados. La denuncia por la muerte de Anel fue radicada en la UFIJ de Pinamar a cargo del Dr. Juan Pablo Calderón.

    Quién era Anel: una infancia luminosa, interrumpida demasiado pronto

    Anel cumpliría 5 años el próximo 7 de octubre. Era una nena alegre, llena de energía, de esas que parecen inventarse el mundo a su manera. No necesitaba cuentos, los creaba sola, como hacía con sus juegos y sus historias. Amaba los peluches, jugaba sin cansarse y disfrutaba cada día en el jardín 903 de Valeria del Mar, donde sus maestras y profesores la adoraban. También asistía por las mañanas al Espacio de las Infancias, donde se movía como en casa. Tenía muchos amigos, una sonrisa contagiosa y un plato preferido que la hacía feliz: fideos con ketchup, que podría haber comido todos los días sin aburrirse. Así la recuerdan quienes la conocieron: como una pequeña llena de vida, con una imaginación desbordante y un corazón inmenso.

    Para Gimena Sosa, el duelo por la pérdida de su hija se transformó en un motor para visibilizar lo que, asegura, no debe volver a ocurrir. “Mi hija no murió, la dejaron morir. Si la hubieran atendido a tiempo, hoy estaría conmigo”, repite con dolor, pero también con determinación. Su pedido no es solo por justicia, sino también por cambios urgentes en el sistema de salud.

    En redes sociales y frente al hospital, Gimena ha convocado movilizaciones pacíficas junto a otros vecinos que comparten sus reclamos. «No quiero que otra madre tenga que vivir lo que estoy viviendo. Que las autoridades escuchen y actúen. Porque no se trata solo de Anel. Se trata de todas las Aneles que pueden evitarse», concluye.

    El caso, aún sin una respuesta oficial, expone una herida abierta: la del acceso a una atención médica oportuna y segura, especialmente para los más vulnerables. Mientras tanto, Pinamar —y con él, muchas otras ciudades— se enfrenta al desafío de revisar sus prioridades sanitarias.

    Tensión en el sistema sanitario local

    El caso no es aislado. En los últimos años, el Hospital Comunitario de Pinamar ha atravesado situaciones críticas. Durante la pandemia, hubo fallecimientos por COVID-19 que generaron alarma entre los vecinos. A esto se sumaron temporadas de verano con colapsos por accidentes en cuatriciclos, así como hechos de violencia, como el ocurrido en agosto de 2024, cuando un hombre destrozó parte del hospital tras la muerte de un familiar.

    Además, se han denunciado problemas de infraestructura, falta de personal especializado y derivaciones constantes por limitaciones presupuestarias. Hace pocos días los médicos elevaron un reclamo por la falta de pago de los salarios e insumos. El reclamo del personal apunta también a la falta de profesionales por la reducción de horas extras y “la precarización del área que maneja Sonia Coll -secretaria del área de salud-”

    Reclamo en las redes sociales

    A raíz de lo sucedido con la Anel, las redes sociales se llenaron de mensajes que relataban diferentes experiencias en la atención sanitaria en Pinamar:

    Casos similares en el país

    Aunque no se han registrado denuncias públicas recientes por muerte de menores en el hospital de Pinamar, sí existen antecedentes en otras regiones del país. En 2020, en el Hospital Municipal San Cayetano, una niña de 11 años murió por peritonitis tras ser diagnosticada erróneamente. Ese mismo año, en Neuquén, una pareja denunció que el cuerpo de su bebé fue descartado como residuo patológico sin autopsia previa.

    Estos episodios expusieron fallas en la atención pediátrica y provocaron manifestaciones sociales y judiciales.

    La muerte de una niña en un hospital debería ser, siempre, un hecho excepcional. Pero cuando esas muertes se repiten, cuando hay patrones de desatención, demoras o diagnósticos errados, la excepción se transforma en síntoma. En los últimos años, los reclamos por presunta mala praxis en la atención de menores se han multiplicado en distintas provincias del país, dejando a las familias frente al dolor irreparable de una pérdida y al desafío de enfrentar sistemas que muchas veces responden con silencio o impunidad. Cada uno de estos casos no sólo exige justicia, sino una respuesta estructural: protocolos claros, recursos adecuados, profesionales capacitados y un compromiso real con la salud pública. Porque detrás de cada nombre —Anel, Valentina, y tantas otras infancias truncas— hay historias que merecían un final distinto.

     

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  • Centenario: un auto terminó incrustado en una columna y hay jóvenes heridos

     

    Un auto terminó enroscado en un poste de alumbrado tras manejar a alta velocidad y protagonizar un violento choque que por poco no termina en tragedia en la ciudad de Centenario. A bordo del vehículo viajaban tres jóvenes: el conductor, de 20 años, sufrió una fractura de cadera y cortes en el rostro y debió ser rescatado por bomberos voluntarios, mientras que los otros dos resultaron con diversas heridas.

    El hecho ocurrió ayer lunes alrededor de las 20.15, en la calle Antártida Argentina, a metros de José Ianni, cuando un Chevrolet Joy gris ingresaba al Casco Viejo desde la primera rotonda de la Ruta 7. Según testigos, el vehículo circulaba a gran velocidad, impactó primero contra un poste de alumbrado con el lateral trasero derecho, se despistó y terminó incrustado contra otro poste con el lateral izquierdo, donde quedó “enroscado”.

    Resultados del siniestro

    X de Alerta Digital.

    Producto del siniestro de quien lo conducía, un joven de 20 años que sería amigo del propietario, sufrió una fractura de cadera y cortes en el rostro como consecuencia del accidente. Fue rescatado del interior del rodado por bomberos voluntarios y trasladado de urgencia al Hospital Natalio Burd de Centenario, desde donde posteriormente fue derivado al Hospital Castro Rendón de Neuquén. Sus acompañantes, otro joven de 20 años con golpes en un brazo y un hombre de 28 con lesiones en las piernas, también fueron asistidos en el hospital centenariense.

    Los primeros momentos tras el choque estuvieron cargados de confusión: a pocos metros del automóvil quedaron dos bicicletas en el suelo, lo que hizo pensar a los vecinos que se trataba de un atropello. Más tarde se constató que las mismas eran trasladadas en el baúl.

    El tránsito hacia el Casco Viejo permaneció interrumpido mientras efectivos de la Comisaría Quinta y de Tránsito Villa Obrera trabajaban en el lugar. Los bomberos lograron retirar el vehículo, no sin antes esperar la verificación de un operario del EPEN para descartar riesgos eléctricos.

    Testigos del hecho aseguraron que el Chevrolet Joy gris circulaba a gran velocidad y que, en cuestión de segundos, levantó una polvareda antes de impactar contra los postes de alumbrado. Las autoridades, por su parte, confirmaron que la rueda trasera derecha del rodado era de auxilio, tipo “ruedín”, diseñada para transitar a un máximo de 80 km/h en asfalto y menos de 60 km/h en caminos de tierra.

    Preocupación de un instituto

    Desde un instituto de inglés ubicado frente a la zona del siniestro expresaron su preocupación y recordaron que desde hace años solicitan al municipio la instalación de reductores de velocidad y sendas peatonales. Advirtieron que, de no haber sido por el poste de luz que detuvo al vehículo, este podría haber ingresado al edificio donde en ese momento había alumnos, mientras en la vereda aguardaban padres por la salida de clase.

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  • Elecciones docentes: grave amenaza a Amsafe Rosario en medio de un proceso electoral denunciado por fraude

     

    Una corona mortuoria fue dejada en la puerta del gremio Amsafe Rosario por personas encapuchadas con la leyenda: «Teres y Meglio que en paz descanse»

    El pasado miércoles  docentes de Santa Fe fueron a las urnas para elegir sus representantes gremiales en cada departamento y a nivel provincial. El proceso que se inició a principios de marzo registró múltiples irregularidades que fueron denunciadas por el gremio Amsafe Rosario. El escrutinio definitivo que culminó anoche anuncia el triunfo de la Agrupación Frente Trabajadores de la Educación encabezada por Rodrigo Alonso, reteniendo el gremio a nivel provincial y ganando en 17 de los 19 departamentos, en algunos como lista única, entre ellos la departamental Rosario donde se enfrentó a la lista Frente Gremial 4 de Abril que desde 2004 conduce la seccional. Ayer en medio aún del recuento definitivo un hecho de gravedad empaño más un proceso electoral cuestionado desde los inicios. En horas del mediodía una corona mortuoria con una leyenda fue dejada por personas encapuchadas en la puerta del gremio Rosario, según registro de las cámaras del local la colocaron  personas encapuchadas, estaba dirigida a Gustavo Teres, Secretario Adjunto de la CTA-A regional Rosario y a Gabriela Meglio, Secretaria Adjunta de Amsafe Rosario, ambos candidatos en la elección por el Frente 4 de Abril. La leyenda decía: «Teres y Meglio, que en paz descanse». Amplio repudio y solidaridad de organizaciones y gremios. Hoy a las 12 el gremio convocó a una conferencia de prensa.  Desde ANRed entrevistamos a Gabriela Meglio. Por Gonzalez Estefania (ANRed)


    Ayer en horas del mediodía la acción de personas encapuchadas empaño aún más el proceso electoral de la docencia de Santa Fe. Cuando aún faltaba terminar el recuento definitivo, una corona mortuoria fue dejada por personas encapuchadas en la puerta de Amsafe Rosario con la leyenda: «Teres y Meglio, que en paz descanse». «Desde Amsafe Rosario expresamos nuestro más enérgico repudio al ataque que recibimos hoy, en el marco del proceso electoral interno, en la puerta del sindicato donde se amenaza de muerte a dos importantes dirigentes de nuestra seccional Gustavo Teres y Gabriela Meglio. Nos negamos a naturalizar estos discursos de violencia y odio que buscan llevarnos hacia las épocas más oscuras de nuestra historia. Vamos a presentar la denuncia penal correspondiente con nuestros abogados. Exigimos al gobierno provincial que garantice la seguridad de nuestrxs compañerxs.», comunicaba ayer el gremio.

    Las elecciones se llevaron a cabo el día miércoles. Docentes de toda la provincia votaron a sus representantes gremiales para cada departamental y a nivel provincial.

    A nivel provincial la disputa fue entre el Frente Trabajadores de la Educación ( La Celeste) de conducción peronista con una lista encabezada por Rodrigo Alonso, junto con Susana Ludmer y Patricia Hernández  alineados con Ctera y Sonia Alesso, la secretaria general de la central nacional; y la lista del Frente por una Amsafe Democrática (FAD) que llevó como candidato a Guillermo De los Hoyos. A nivel Rosario, La Celeste presentó como candidatos a Roque Jaimes , Violeta Castillo y Gabriela Pereira; y el Frente 4 de abril encabezó lista con Juan Pablo Cassielo, Daniela Vergara y Gabriela Meglio, Gustavo Teres como Secretario de Formación.

    Los resultados arrojaron como ganadora a nivel provincial a la lista de la Celeste, que renovó la conducción por tres años más, ganó en 17 de los 19 departamentos, en algunos de ellos presentándose como lista única y se quedó con la seccional Rosario conducida hace poco más de 20 años por el Frente 4 de abril. Los números son ajustados y las denuncias de irregularidades, múltiples. 

    Finalmente anoche una delegación de Amsafe Rosario que viajó a la capital provincial para el escrutinio definitivo  comunicó los resultados finales a cargo de la Junta Electoral Provincial.

    A nivel departamental Rosario:

    • Frente Trabajadores de la Educación (celeste): 2691 votos
    • Frente 4 de Abril: 2653 votos

    Es decir una pequeña diferencia de 38 votos

    A nivel Provincial:

    • Trabajadores de la Educación: 2693
    • Frente por una Amsafe Democrática (FAD) 2357

    Una diferencia de 336 votos.

    En la misma comunicación Amsafe Rosario, expresó que en defensa del voto de cada persona afiliada, rechazan el resultado de la Junta. «En virtud de las graves irregularidades que venimos advirtiendo, hemos impugnado 3 mesas que claramente manifiestan maniobras fraudulentas, además observamos que hay una escuela que votó y que no llegó el sobre urna al recuento, afectando gravemente la democracia sindical de la cual siempre estuvimos orgullosos de sostener en Amsafe Rosario. Defendemos Amsafe Rosario, la participación y democracia sindical, rechazamos el proceder de la Junta Electoral avalada por el Frente Trabajadores de la «Educación Celeste» .Resolveremos las acciones a seguir para defender el voto de cada compañerx.»

    Denuncias de irregularidades

    En diálogo con ANRed, Gabriela  Meglio contó las irregularidades que fueron registrando y denunciando desde que se inició el proceso electoral.

    «Este proceso electoral comenzó a principios del mes de marzo con la convocatoria al armado de la Junta Electoral en el marco de las elecciones de Amsafe, que son asambleas de afiliados y afiliadas que votan la Junta Electoral del departamento y la provincial. Ahí nosotros ya comenzamos a detectar padrones que estaban inflados con personas que no eran docentes, que habían trabajado una vez en la docencia y que después no trabajaron nunca más. Después salió la nota en el diario, que es una convocatoria que sacó la Comisión Directiva Provincial actual, donde llamó a las elecciones, puso la fecha que se iba a elegir Comisión Directiva Provincial y representantes de los 19 departamentos y publicó los agrupamientos, es decir, los lugares de las escuelas donde se votó.», contó.

    Luego destacó: «En Rosario ahí ya detectamos el cierre de alrededor de 50 mesas y agrupamientos donde había compañeros que tenían que trasladarse más de 15, 20 o 30 cuadras, obvio todas las escuelas de Rosario en donde teníamos apoyo, los cambiaron de lugar,  en el marco de un ataque brutal a toda la docencia de parte del gobierno de Pullaro

    Meglio detalló las irregularidades en los padrones, explicó: «Este proceso se siguió llevando adelante. Salió el local de votación, se presentaron las listas y después la Junta Electoral convocó para entregar los padrones provisorios,  las listas de afiliados y afiliadas de las escuelas, donde cada delegado tiene que ver si están todos los afiliados, si hay alguien que se jubiló, si hay que realizar modificaciones. Esas se debían entregar a la delegación Rosario, a cada delegado y delegada, pero no se entregó la copia del conjunto de esos padrones provisorios, los representantes a los apoderados de listas del Frente 4 de Abril, o sea, nosotros no teníamos un padrón provisorio actualizado de los compañeros. Ahí los delegados y las delegadas hicieron el trabajo, algunas modificaciones, pedido de cambio de lugar, ahí ya detectamos que había cambio, que había gente incorporada en los padrones, que hacía desde 2008 que no tenía actividad, que había estudiantes incorporados, que había hermanos de integrantes de la burocracia sindical peronista que ni siquiera se dedica a la docencia. Hubo una etapa donde  tenías un tiempo recursivo, esa etapa se cerró, nosotros presentamos como 600 y pico de reclamos, se reconocieron algunos, otros sí y otros no, y el padrón definitivo llegó aproximadamente el 10 de junio. Unos días antes de las elecciones, y ahí ya cuando llegó el padrón definitivo no dieron los tiempos legales  de seguir reclamando.

    Ya habían integrado gente que no era docente. Nosotros impugnamos esto, pero no la sacaron de los padrones y además incorporaron a más. Denunciamos esto y a la burocracia sindical celeste peronista. Esta empezó a decir que había que votar solamente con DNI, claro, porque esa gente no podía constatar recibo de sueldo o descuento de afiliado, contradiciendo algo que el mismo  estatuto de Amsafe dice, que hay que votar con DNI y con recibo de sueldo. Yo personalmente impedí que votaran dos personas, una que declaró ser estudiante frente a la presidenta de Mesa y decir que pertenecía al grupo de Javi, que es uno de la burocracia y otra compañera que era docente pero que no estaba afiliada, que no tenía el descuento porque hay tiempos estatutarios,  para aparecer en el padrón de la escuela tenés que tener seis meses de antigüedad en esa escuela, eso lo dice el estatuto.»

    «Metieron gente que, constatado se afiliaron en el mes de abril y estaban en el padrón definitivo, toda la gente que ellos agregaron. Se impugnaron mesas alrededor de este reclamo y en ese marco, en el día de hoy al mediodía nos encontramos con el nefasto gesto de la burocracia sindical que festeja el fraude con una actitud de patota, de patota sindical, queriendo amedrentar y vuelvo a decir,  a nosotros que somos los compañeros y compañeras de Carlos Fuente Alba, de Mariano Ferreira y tenemos 20 años de historia en Amsafe recuperada, no nos van a amedrentar», dijo Meglio para finalizar.

    Amplio repudio y solidaridad

    El Frente 4 de Abril, conduce el gremio rosarino docente desde el 2004 en una posición histórica independiente de todos los gobiernos de turno, en defensa de la escuela pública, el salario, las jubilaciones docentes y el derecho a la educación en condiciones dignas para niños, niñas y adolescentes en una ciudad que sufre la pobreza, el desempleo y la violencia narco. Además fue siempre de puertas abiertas, solidario y activo con los distintos sectores en lucha de la ciudad y la provincia. Ante la amenaza recibida ayer numerosas organizaciones, espacios colectivos y escuelas pronunciaron su repudio y solidaridad. Compartimos algunas, más pronunciamientos aquí.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

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  • El gaucho que custodia el Fin del Mundo (Parte I)

     

    A la Patagonia se la conoce como tierra de leyendas y lugares considerados míticos como la isla grande de Tierra del Fuego, en el Fin del Mundo. Quienes recorrimos el sur argentino en profundidad sabemos que ciertos rincones elevan aún más esa categoría, para los que al menos yo, ya no encuentro palabras con las cuales calificarlos.

    Uno de ellos es la Península Mitre, el extremo oriental fueguino, separada de la Isla de los Estados por el turbulento estrecho de Le Maire. El mismísimo sitio donde se produjo el primer encuentro entre los colonos europeos y los pueblos que habitaban ancestralmente esta isla.

    Con una superficie terrestre de casi 3500km2 (unas 17 veces la capital federal) y más de 5000kms2 marítimos, fue declarada Sitio Ramsar por ser un humedal de importancia internacional para la conservación de la biodiversidad y el sustento humano y desde 2019 Área Natural Protegida Provincial, ya que alberga una de las mayores concentraciones de turberas del hemisferio sur. Aunque se llama «península», no está completamente separada por un istmo. Raro.

    Llegar no es fácil, son aprox. 125kms en vehículo desde Ushuaia hasta el puesto de prefectura de Moat, donde termina la ruta J, luego se debe seguir a pie poco más de 30 kms, según el sendero que uno tome hasta Bahía Slogget en la desembocadura del Rio López, antiguo límite occidental de la región.

    En este extremo del mapa, donde los vientos azotan la tierra y el mar parece infinito, la Patagonia guarda leyendas vivas, y de eso les quiero hablar.

    En 2015, llegué en mi autito hasta Moat, allí, mientras conversaba con personal de la Armada, por la ventana y soportando una leve llovizna vi llegar a un gaucho a caballo rodeado de vivaces perros que parecían custodiarlo. “Ese es El Paisa Andrade, un gaucho que vive solo, dentro de Mitre”, me dijeron. Sentí una gran alegría, yo conocía algo de su historia, pero tener la suerte de encontrarlo justo en el momento que realizaba una de sus esporádicas salidas del interior de la península fue una casualidad inmensa, casi como llegar al glaciar Perito Moreno el día que rompe su puente natural. “Soy muy afortunado”, pensé.

    Salí a recibirlo, me presenté, y me encontré con una persona muy amable, de rostro duro pero amigable, hombre curtido por las inclemencias de un clima que no se anda con chiquitas. Vestía un camperón y un gorro con orejeras gris, vaqueros azules, camisa, pullover de lana y botas de goma. Conversamos un buen rato mientras él seguía con sus tareas, desensillar, ordenar sus cosas, sus animales, tomar mate. Usaba un precario refugio de viejas chapas oxidadas y tablas mal clavadas a metros del puesto de la Armada. Me ofreció llevarme por una semana hasta sus dominios australes. No me animé, en parte por no tener señal para advertir a mi familia que no podría comunicarme por largos días y en parte porque no me daba el cuero realmente. No tenía la más mínima preparación física, muchos de uds ya me conocen. Ahí mismo, en las oficinas de la Prefectura, nos sacamos la primera foto juntos. Ilustra la nota.

    Con el tiempo tuvo teléfono con WhatsApp y conseguía señal de internet en Moat. Desde entonces solemos comunicarnos. Lo vi personalmente alguna vez más. En 2020 una increíble tormenta me frustró la travesía hacía sus dominios. Lo volví a encontrar en Moat en 2022. “Me gustaría que se conozca tu historia”, le dije hace poco. Le gustó la idea.

    NOTA: Quiero aclarar que las respuestas que acá transcribo entre comillas, son declaraciones 100% textuales.

    Su historia

    El Paisa Luis Andrade, nació un 20 de septiembre a orillas del Paraná, en Goya, Corrientes y hoy acusa 64 años. Le sale el futbolero de adentro y me dice, “Me encanta el futbol, soy de Independiente, antes era fanático, después se me fue pasando, tengo un banderín firmado por el chivo Pavoni.

     Entre Pelé, Maradona y Messi elige a… “Bochini papá, Bochini, ¡grande el Bocha!”. Tengo la esperanza de comunicarme con el Bocha para que sepa que tiene un admirador en el Fin del Mundo, donde termina la tierra. Un caminante que anduvo por acá me dijo que trataría de hacerme el contacto”.

    Amante de la buena música, “me gusta toda sí, siempre que este bien hilvanada y buena letra”. Como buen gaucho admira a El Pampa, “Larralde, Larralde si toda la vida me gustó y me sigue gustando, tengo toda su obra, “Herencia pa´ un hijo gaucho” y demás y sus conferencias de prensa las tengo grabadas por ahí, cada tanto lo escucho, un hombre muy cabal para mí”.

     Luego comienza a desgranar su apasionante vida,

    “Llegué a estas tierras luego de vagabundear por el país. Anduve por Darregueira, provincia de Bs. As., me vine a dedo, con plata por supuesto, había renunciado a la represa hidroeléctrica – trabajó en Piedra del Águila, y también en Alicurá –, traía fondo de desempleo cobrado, quería conocer la Ruta 40, que era tan famosa, y ahí pasé por El Bolsón, me enamoré de ese pueblito, si yo siempre pienso el día que abandone acá buscaría instalarme ahí, pero son deseos nomás, por ahora continuamos acá, así que siempre quedé con eso en la cabeza”.

    Mientras lo escucho pienso que en algún momento también recorrí por primera vez La 40 y tuve sueños de quedarme por allí, quizás con propósitos diferentes claro.

    Los primeros años

    En 1986 llegó a la isla, tuvo un “aserraderito” en Tolhuin y en 2006 o 2007, no recuerda bien, llegó a Mitre.

    “Vine con un compinche amigo mío de Tolhuin que administró durante un par de años la estancia Bahía Slogget, me pidió que lo acompañe, y como hacía años que no andaba a caballo y en parte para conocer, me decidí a acompañarlo. Luego él no quiso continuar porque estaba abandonando mucho lo de él. Hice un arreglo y vine con otra persona, pero no duró ni un mes, acusó que le dolía la cintura, yo ya veía que no tenía el entusiasmo, no le agradó, así que quedé solo de nuevo, luego fui a buscar a otra persona, todas duraban poco, iban y venían casi siempre en el tiempo de rodeo, en vacaciones, después ya no”.

    Si bien ahora habita el sur, llegó por el lado Norte al Rancho e Lata. Hace una pausa y continúa.

    “luego a 2 días de viaje había una veranada que era Rio Udaeta, donde solía quedarme desde octubre a mayo aproximadamente y luego volvía a Rancho e Lata, Punta Ibarra que son campos de invierno, donde traíamos vacas a invernar. Anduve en muchos lugares, esto, esta estancia es muy grande se llama Bahía Slogget. Anduve también por Rancho e Cuero, Rancho e Nylon, Corral de Aguante, Corral de la Yegua, Rancho Julián, Puesto La Playa”,  

    Me cuenta Don Luis, que comienza a entusiasmarse,

    “Los primeros días, los primeros años diría, fueron difíciles, como toda persona que empieza en un lugar que no conoce, no estaba adaptado al clima, por eso con el patrón, la persona que yo había arreglado, me dijo “bueno vamos a hacer un contrato enseguida, por 3 años…5 años…con prórroga, como quiera”. Le dije que me diera un año para probar si me gustaba, si me hallaba, quería ver qué cantidad de animales había y si me adaptaba, y así me quedé, pero si, no me gustaba el viento, en la costa mucho viento. Hoy día ya no es tanto, o será que me adapté más al clima, pero hoy ya estoy mucho más tranquilo. Antes esos viajes hasta Moat para ir a buscar las cosas eran una tortura, una tortura eran, y hoy día ya para mi es un trámite más ya, no significa gran cosa para mí, pero me costó sí, me costó bastante, bastante me costó”.

    Ahora el entusiasmo es mío y le pregunto: ¿cómo era la vida cuando llegaste a la península?, piensa y comienza a desenterrar lejanas vivencias.

    “Era fatal y más para mí que era la primera vez que andaba en la costa. 16…20 grados bajo cero, escarcha, tempranamente tenía que herrar caballos, aunque sea dos para salir a buscar provistos o en caso de accidente tener como moverme, si no, no se podía salir, con caballo liso no salís a ningún lado, y la escarcha perduraba, empezaba a escarchar y no se iba hasta la primavera. Hoy día hace años que no escarcha, con ese tema del calentamiento global y parece ser que es cierto porque pasan años redondos sin herrar con ganchos, ni escarcha siquiera ya, ha cambiado totalmente acá, 100 x 100 un giro de 360 grados ha dado acá del tiempo que llegue al momento que estoy ahora«.

    Sacrificio y adaptación

    En mis dos viajes a la Península Mitre experimenté la rudeza de vivir allí, y de solo imaginarme como habrá sido para él en esos tiempos, me perturba.

    “No había nadie acá, estaba solo y en la costa sur, que cruzaba el Rio López hacia adentro. El único que estaba en la zona sur, en Casa Vieja, era Pati – (Vargas, otro gaucho solitario) –. Estaba casi toda la península abandonada, incluso Puerto Español (en Bahía Aguirre). Solo había personal de la Armada en Buen Suceso y en la zona norte, en Policarpo que estaba Adolfo Imbert. En un momento quedé solo solo, se había ido Pati y la gente de la Armada de Buen Suceso, que volvió cuando se perdió una persona. Me había dejado guacho guacho, estuve solo completamente”.

    ¿Qué hiciste en esos primeros tiempos?

    “Lo primero que hice esos primeros tiempos fue sobre todo conocer el campo, la tabla de mareas, entrar en cañadones, conocer ríos, pasos, entrar en los cerros, por atrás de la cordillera, donde recorrían, donde andaban los animales para poder sacarlos, experimentando y conociendo el lugar, así que me lo pasaba afuera, eh?, me echaba 3 o 4 atados de cigarros en el bolsillo y hasta que no los terminaba no me volvía, sabía andar semanas enteras, sin comida me quedaba, me entusiasmaba demasiado. Comiendo huevo de avutarda, carneando algún mamón ahí, así me lo pasaba, pero tenía un alma de conocer, siempre fui así, conozco mucho de mi país, porque siempre me gustó, soy así del estilo Diego Promenzio, una cosa así, jajaja”.

    Se ríe, y asombrado por tal comparación, me río yo también…

    Adaptarse a un lugar así no es nada sencillo, ¿Qué fue lo que más te costó?

    “Lo que más me costó como no había estos medios de comunicación que hay ahora, nada, no podía marcar una tabla de marea, a veces llegaba a los pasos que tenía que pasar y estaba la marea arriba, como no los podía pronosticar de otra manera, no tenía los conocimientos, tenía que volverme para atrás, muchas veces con cargueros, y le erraba a los horarios, eso fue lo que más me costó, fatal eso. Hoy día ya no porque con estos medios de comunicación, teléfono mismo, ya tengo la tabla, marco y ya sé mañana a qué hora tengo que salir, a qué hora sube a qué hora baja, cuanto lo que va a subir, cuanto lo que va a bajar, bueno uno ya sale ahí más tranquilo y más seguro, antes, los primeros tiempos, como no existía este medio, me costó muchísimo, para que vamos a negar”.

    Pienso que deben haber sido días muy difíciles, pero que seguramente también habrá habido días mejores, le digo, y continúa,

    “El mejor día que recuerde fue una vez que me vinieron a festejarme un cumpleaños. Vinieron varias gentes que ya habíamos empezado a transitar el tema del turismo yo y empezaban a llegar acá y bueno se notificaron cuando era mi cumpleaños y se unieron entre todos y todos pusieron un poquito de todo y se vinieron a festejar mi cumpleaños y hasta me regalaron un teléfono. Ese, cálculo fue el mejor día, pero tuve muchos momentos lindos con la gente que me aprecia y gente que yo también aprecio. Viene gente muy cercana, muy amable y muy linda acá por eso que no me he ido de acá”.

    Y si hubo de los buenos, debes haber sufrido de los otros, ¿no?

    “El peor día fue una vez que me largué ahí en Slogget, la Vuelta de La Piedra que hay que largarse con marea baja, me largué con marea baja pero tenía viento en contra y yo no lo tenía bien estudiado porque el mar varía, me arrinconó contra la barranca el mar, los perros pasaban por arriba mío, me llevaba el caballo para adentro cuando las olas rompían contra la barranca me llevaban el caballo 30…40 metros para adentro y cuando venían esas olas bajas trataba de disparar, pensé que no salía, estaba más muerto que vivo, esa vuelta fue el peor día de mi vida, que putee hasta dios y a maría santísima, quien me manda a huevear así si no tenía obligación”.

    La naturaleza salvaje de estos lares, lo puso rápidamente en su lugar y le hizo entender que nadie puede someterla. Y que incluso el mar, las barrancas, el frío o el viento pueden ser sus aliados o sus enemigos.

    Se nota que la pasó mal y me deja una reflexión.

    “Hay que respetar el mar ese si es jodido, tiempo después mató unos caballos, se salvó un amigo mío, pero le ahogó 13 perros y yo le había explicado el tema ese unos días antes, pero se largó igual. El mar es muy jodido hay que tener mucho cuidado a la naturaleza, peligrosísima, ese fue el peor día, no me olvido jamás, tenía una impotencia, pensé que no salía, me quedaban 200 metros que eran eternos, pero gracias a dios estoy acá para contarlo y para que nunca más me suceda”.

    Enamorado de su lugar en el mundo, su labor diaria allí, la percibe de una manera muy especial.

    “Mas que un trabajo lo defino como una responsabilidad y unas ganas de encontrarme con gente de tanto tiempo que estuve solo porque los primeros años acá eran fatales, no había un cristiano ni por joda, la única vez que veía una persona era por revistas, era impresionante, pasaban meses redondos sin ver un alma acá, años redondos te diría, en esos momentos tenía el deseo de encontrarme con alguien que después se fue haciendo cotidiano con el turismo y la promoción que se le está haciendo a la península, más el documental que hicieron esos chicos (se refiere al famoso y galardonado documental “Península Mitre”, de Los Gauchos del Mar), porque esto era poco conocido y quien iba a venir acá tan a trasmano, donde cuesta tanto traer las cosas?, era impensable ver gente por acá. Jamás me imaginaba, sabía andar solo caminando a caballo, por cualquier lado que anduviera el campo o la playa nunca traía eso en la cabeza que iba a ver una persona adelante mío porque no sucedía, después empezó a pasar eso”.

    ¿Sentiste miedo alguna vez estando allí?:

    “No, no, miedo en la península no, tranquilidad, podes dormir tranquilo con las puertas y las ventanas abiertas, aparte siempre estas protegido de tus perros, no, no, no. Y si viene gente a cualquier hora de la noche como han sabido caer por ahí con luces de linterna por ahí son caminantes, gente toda re piola, que le ha agarrado la noche y sabían que había un rancho cerca y le seguían dando a luz de linterna con tal de llegar, no, no, no, acá no hay por qué temer, gracias a Dios. Donde hay es en las ciudades grandes, pero acá no, hay una tranquilidad enorme”.

    ¿Sufriste algún accidente que recuerdes especialmente?

    “Si, el accidente que todo el mundo sabe, que estuve tres meses solo, me entablillé solo, con tablas que tenía de cajón para hacer fundas de cuchillo, me entablillé con harina. Me quebró un caballo, me dio vuelta arriba de un palo y me quebró, estaba solo en pleno invierno en la península, no tenía medio de comunicación, nada, la pasé muy mal yo esa vuelta, estuve un mes sin moverme, quemé hasta los bancos, las camas, las tablas de picar carne, la de sacar botas, todo lo que tenía alrededor porque no podía salir, mis perros sin comida, les desclavé los cueros que tenía ahí estaqueado y se los tiré, ya se estaban muriendo los perros de hambre, estuve muy mal esa vuelta, me iba a matar yo. Decí que vi mi pata porque tenía azul desde la punta de la uña, hasta los huevos arriba, negro, después vi que empezó a ponerse rosado y empezó a cambiar el color, empecé a agarrar ánimo, me iba a liquidar, había medido el arma de la punta de los pies hasta debajo de la boca, y miraba mis perros le corrían las babas en puerta, ya les había hecho toda la comida que tenía, le herví todo, le daba todos los días, y yo tenía pastillas y salmuera, me echaba en la pata, fría, caliente, no podía dormir del dolor, me la colgaba con soga, ahhh no sabes lo mal que estuve paisa, no tenés ni idea”.

    No puedo imaginar una situación más adversa, el sufrimiento de un ser humano casi olvidado por el mundo que, luchando por sobrevivir sin muchos medios, a fuerza del característico coraje correntino, logró así también ayudar a sus compañeros de cuatro patas.

    “Y por amor a mis perros, que los miraba muertos de hambre ahí, no me maté, aguanté, cuando vi que cambió el color no tenía nada para comer, me quedaba más o menos un cuarto de paquete de arroz, eso fue lo último que me comí ahí, así hervidos, sin nada, no tenía sal, comí pan del indio, no tenía sabor a nada eso, hasta que agarré, pude montar a caballo y me vine hasta Punta Ibarra, el puesto donde estoy ahora, acá había algo pa´ comer, azúcar, así que estuve un par de días más acá y de ahí emprendí viaje para Moat. Los milicos estaban preocupados ahí. Me dijeron que habían mandado a Pati a ver que El Paisa que hace tanto tiempo que no viene, No, dice, si ese se fue a la veranada. Dice que vino hasta la Mata Caballos” – una bajada muy empinada y peligrosa en zona de acantilados – “y miró hacia Punta Ibarra, este rancho donde estoy ahora y no había humo y se volvió, puras mentiras, ni vino, pero bueno, zafé de esa, pasé por la parte más angosta del embudo, paisa he?”

    El Pan de Indio en Tierra del Fuego es un hongo comestible que crece en los árboles nativos del sur como el Ñire, la Lenga y el Coihue, son una buena fuente de agua mientras se recorre el bosque. Fue consumido por los pueblos originarios Yámanas y Haush. Lo probé alguna vez, la verdad no tiene gusto a nada. Se asemeja a una pelota de golf.

    Esta comarca es tan grande …me pregunto si habrás podido recorrerla toda y si hay alguna zona que te cautive más.

    “Si, si, prácticamente toda la península, y yo conozco más afuera de la península. Mi zona favorita acá es siempre la costa sur, porque la costa norte es mucho viento y es mar abierto. Acá tenés un poco el canal (Beagle) que más o menos algo te protege, y no es tanto pero allá en la costa norte es permanente el viento y es todo claro, limpio y da de lleno el viento”.

    Es imposible describir este lugar, un entorno que abruma, que es dramático, salvaje y prístino a la vez. Pero la naturaleza en esta zona imagino debe proporcionar placeres que cuesta disfrutar en otros lados, ¿no?.

    “Acá aspiras aire puro, al que es medio ermitaño y le gusta un poco la soledad, le viene de perillas, yo los primeros años vivía en soledad y me gustaba, ahora ya no, aprendí a convivir y siempre hay algún otro que viene y me pone contento y me da más energía, más ganas de vivir y bueno, ya te vas acostumbrando, aparte vas sumando cositas, compromiso con gente, acá te hablan de un año pal otro.

    Si bien disfrutabas de esa soledad, si se quiere forzosa, ¿cuánto tiempo fue lo máximo que pasaste sin ver otro ser humano en Mitre?

    “Los primeros años que llegué pasaban años completos, posiblemente pueda haber andado alguno o alguna persona en la costa, pero como no estaba en la costa yo, estaba 10 kms para arriba sobre el rio López, en el Rancho e´ Lata, capaz que justo cuando yo venía, esa persona ya había pasado o bien no había pasado nadie, pero si, era muy difícil encontrar una persona”.

    Don Luis recuerda también días de ansiedad y deseos de tabaco.

    “En un momento que venía del Rancho e´ Lata, sin cigarro por supuesto viajes largos, me quedaba dos días todavía para llegar a Moat, con la esperanza de manguearle un cigarro a los milicos ahí, o bien esperar al patrón, en ese tiempo no tenía teléfono, nada, había que usar la radio, que te confirmen la fecha, cuando iban a venir, no era fácil, esperar un par de días más, era muy complicado, ahora con estos teléfonos y el internet en Moat, antes no había internet en Moat tampoco. Ahora tengo hasta yo en Punta Ibarra, mira lo que son las cosas, se simplificaron todas las cosas, así que venía siempre cabizbajo, porque costaba todo, muchísimo más que ahora por supuesto. De repente iba llegando a la playa y vi dos personas ahí en el Rancho e´ La Playa, que alegría que me dio, y ahí nomás a los muchachos también le dio alegría ver una persona a caballo, y ya nos empezamos a hablar y ya le pedí un cigarro, era 5, 2 estaban ahí y 3 andaban por la draga, me dieron un atado de cigarro y un encendedor, faaaaa, el hombre más feliz de la vida, ¿eh?”.

    Poco a poco las cosas fueran cambiando para el Paisa y la zona.

    “Y después esos encuentros empezaron a ser más frecuentes, pero no tanto, no te voy a decir que todas las semanas no, no, cada seis meses, 7 u 8 meses por ahí chocaba algún otro y después ya bueno, con ese documental que se mandaron estos chicos, Los gauchos del Mar, esto ya empezó, porque antes esto no le conocían demasiado, ese documental fue el que lo promocionó más”.

    Estos gauchos acuáticos, Joaquín y Julián Azulay, son dos hermanos surfers marplatenses que hacen espectaculares documentales laureados internacionalmente, donde se los ve domando olas alrededor de los sitios más icónicos del mundo. Algo así como el programa de Tv “MDQ” pero más serio.

    ¿Cómo transcurre un día típico tuyo en la península?

    “Un día mío en la península es siempre igual, siempre agitado, atar, largar algún perro, ir a ver los caballos y empezarme a preparar, las distancias son lejísimas acá. El día se te va, no te das ni cuenta acá. Muy, muy, muy agotador también, termino en las tardes, con la leña, acarrear la leña, la comida, el pan, todo te lleva su tiempo. Los animales, 50% de mi día es para atender los animales”.

    Cada gesto parece calculado y medido. No hay mucho lugar para el ocio en Mitre, cada acción tiene su propósito y cada minuto cuenta. La soledad tiene peso y la naturaleza marca el ritmo de la vida. Las jornadas se despliegan con precisión salvaje.

    ¿Y Podrías volver a vivir en una ciudad?

    “Si, si, si, totalmente, puedo vivir en una ciudad, es más te cuento, soy re cariñoso con los pibes, todo y eso que en veces yo he matado toros salvajes, me han matado los perros, los he matado a garrotazos, a pesadumbre, le miraba yo que me mataba un perro o un caballo así, lo miraba o si tenía un lunar lo dejaba identificado en mi mente, lo perseguía por meses, el día que lo encontraba, era re hereje yo, lo mataba a pesadumbre, en el campo tenés que ser así, temperamental en estos laburos con ariscos porque si no, no te metas porque no vas a servir. Vadear ríos y enlazar, atar toros salvajes, andar con los caballos, tenés que ser enérgico y decidido. Y yo llego al pueblo y soy una dulzura tremenda con los nenes, me gusta comprarle golosinas, entretenerlos, jugar con ellos, o sea, los dos polos, ternura encima y la brutalidad por otro lado, que yo mismo en veces solo acá me pregunto, es difícil, pero es lindo estar solo, te analizas bien tu vida y sabés hasta donde te da el rollo”.

    La fría rudeza y la cálida ternura personificadas en un solo ser humano.

    La comida en Mitre

    ¿Cómo manejás el tema de la comida en un lugar tan aislado?

    “Mi alimentación consiste en carnes, acá vegetales, todo un poco, un poco de fruta, por ahí hacemos una pizza, ahora traje cocina a gas y por ahí nos damos algunos gustitos, por ahí siempre los turistas traen alguna trucha, la hacemos al roquefort, traen cositas y las mezclamos acá. Hacemos con batata frita los pescaditos, preparamos de todas formas, no, no es problema, es como en el pueblo, no hay gran diferencia. El asunto es que cuesta cargar las cosas nomás, pero bueno acá siempre se le da una buena utilización y sirve para una buena alimentación, eso si”.

    Eso de subsistir a más de 100kms de un supermercado debe tener sus bemoles, ¿no?.

    “Y acá subsisto… siempre precario, ¿no? Pero bueno…teniendo animales salvajes y acarreando yerba, lo más cerca que tengo es Prefectura ahí donde voy a buscar las provistas. Los primeros años siempre escaseaba alguna cosa, nunca estaba completo, es imposible estar completo acá, semejante distancia donde hasta traer un paquete de yerba incomoda, tenés que hacerlo todo a caballo, días de lluvia, viajes largos. El primer puesto que tengo para traer cosas son 7 horas a caballo, con carguero, tratar de venir despacio, no romper nada, es muy sacrificado acá, no es fácil, los senderos no son derechos ni planos ni mucho menos, variables, turba, enterrás los caballos, vas por las piedras, subidas bajadas, un monte es muy accidentado”.

    Con el tiempo las cosas fueron cambiando un poco en su vida, y me cuenta: “Una vez apareció un caminante que me dijo: ¿no me puede llevar la mochila y yo le pago unos mangos?, bueno le dije, tengo un carguero. Y después otro y otro y empezaron a preguntarme que me hacía falta, y me acercaban víveres a Moat y ahí se fue poniendo mejor esto al menos para mí, ¿no?”

    Palabras sencillas, pero que reflejan la austeridad y el ingenio de quien vive al margen de la civilización. La comida, al igual que todo en estos confines, es funcional, rápida, y siempre ligada al trabajo y la supervivencia.

    Las estancias patagónicas son tan vastas que una sola casa no alcanza. En su inmensidad suelen levantarse varios ranchos o puestos, refugios distribuidos que son punto de apoyo en medio de una soledad donde la distancia se mide en horas a caballo y cada río o montaña marca una frontera natural. La que lo acobija El Paisa no es la excepción.

    ¿Sé que habitas más de un rancho, como se llaman y donde está ubicado cada uno?.

    “Bueno si, en realidad los ranchos son varios, pero son 3 nomás los que ocupo yo, es este Punta Ibarra, Rancho Julián, que puse en memoria de un muchacho que se ahogó en el López. Le pedí permiso a la familia para poner el nombre de él y me autorizaron. Además, era amigo mío el chico este, así que bueno, Rancho Julián, que es más precario que este, más chico pero acogedor, el lugar es muy lindo, la gente quiere mucho ese lugar, siempre me dicen, pero yo abandoné ahí porque están los bagualeros, así que no, más adelante voy a ver una vez que se retire esta gente voy a ver que hago ahí, y justo es el paso ahí, el paso para cruzar el Rio López, justo, justo, ahí está el paso”.

    También me describe su famoso “Rancho e Lata”.

    “Este queda aproximadamente 10kms arriba sobre el Río López, de la costa, 10kms más o menos, en línea recta con GPS, de ahí ponele las vueltas un poquito más, pero bueno es ahí donde está el casco, pero ya ese rancho es lindo, grande, tiene cocina a leña con horno, un rancho que es grande, pero que queda muy retirado para mí ya, como que estoy abandonando ya ese rancho.

    Por el Rancho e´ Lata está el otro paso que se hace por atrás de Puerto Español, que se llama el Valle de la Muerte. O sea, Rancho Julián va por la costa y de Rancho e´ Lata por atrás de la Cordillera. Son dos ranchos intermedios que están espectacular para los que transitan a pie por esos lados. Estoy habitando más este rancho que es Punta Ibarra, que me queda más cerca de Moat”.

    Don Luis enumera sus refugios como si fueran parientes queridos, en su relato, los ranchos no son simples construcciones de madera y chapa, ni lugares donde dormir o guardar herramientas, cada uno es un capítulo de su vida, cada rancho guarda una historia, una memoria y hasta una pérdida. En ellos se lee la vida del Paisa. Sus ranchos, pienso, son testigos mudos de la soledad más extrema del fin del mundo.

    (Continúa mañana con la Parte II)

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  • Ya son cinco los obreros muertos tras el derrumbe de un montacargas

     

    Un montacargas se desplomó desde el noveno piso y arrastró consigo a cinco jóvenes obreros que intentaban descender, cuatro de ellos murieron en el acto, mientras que el quinto quedó gravemente herido entre los escombros. El hecho ocurrió en Santa Fe.

    El sobreviviente, Fernando Guerra, de 27 años, fue rescatado por bomberos y trasladado de urgencia al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Ingresó con múltiples fracturas y lesiones internas que lo dejaron conectado a respirador artificial en terapia intensiva. Los médicos lucharon durante horas por salvarlo, pero el lunes al mediodía su cuerpo no resistió y se convirtió en la quinta víctima de la tragedia.

    Foto: Hospital Eva Perón

    Accidente

    El accidente ocurrió el domingo en una obra ubicada en la calle San Carlos, en la ciudad de San Lorenzo. Allí, los trabajadores realizaban tareas de albañilería y utilizaban el montacargas para trasladarse cuando la máquina cedió repentinamente y cayó al vacío.

    De acuerdo con los primeros informes de los bomberos que intervinieron, el siniestro no se debió a una sobrecarga, sino a una falla en los mecanismos de sujeción que mantenían tensado el cable de acero. El desplome dejó un escenario desolador y encendió las alarmas sobre las condiciones de seguridad en la obra.

    La investigación quedó en manos del fiscal Leandro Lucente, quien dispuso la clausura inmediata del edificio en construcción y ordenó peritajes mecánicos y laborales para establecer responsabilidades.

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