Fotógrafo Pablo Grillo herido tras el gas lacrimógeno disparado por el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de Gendarmería.
Hoy se cumplen dos meses de la salvaje represión a la marcha de jubilados/as que dejó gravemente herido al fotógrafo Pablo Grillo. En ese marco, la querella del joven, a cargo del Centro de Estudios Legales y Sociales y la Liga Argentina por los Derechos Humanos, denunció que la investigación avanza lento y que todavía no se citó a declarar al gendarme Héctor Jesús Guerrero, quien disparó el proyectil que le fracturó el cráneo a Grillo. Además, informó que, a partir de su pedido al Juzgado, a cargo de la jueza María Romilda Servini de Cubría, la Gendarmería Nacional reconoció que el uso de pistolas lanza gases, «en caso de impacto, podría producir lesiones graves e, incluso, la muerte», y que los reglamentos generales para el uso de esas armas no letales prohíbe dispararlas directamente contra las personas. La querella también confirmó que el protocolo de actuación de Gendarmería en manifestaciones «incluye un glosario de términos estigmatizantes vinculados a la protesta, los manifestantes y las organizaciones» y «establece las distintas formas de intervención frente a las multitudes, y en todas ellas el rol del jefe del operativo o supervisor es central ya que es quien da las órdenes a los gendarmes en terreno». Por ANRed.
Hoy se cumplen dos meses de la salvaje represión a la marcha de jubilados/as que dejó gravemente herido al fotógrafo Pablo Grillo, el 12 de marzo a las 17.18 en los alrededores del Congreso Nacional, cuando el joven registraba fotográficamente los hechos represivos.
El hecho quedó registrado en numerosos archivos fílmicos y fotográficos y, una semana después, su familia fue admitida como querellante en la causa que recayó en el Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 1, a cargo de la jueza María Servini de Cubría y el fiscal Eduardo Taiano. Tras la reconstrucción que se hizo con el registró de medios se pudo identificar que el gendarme que habría disparado el gas lacrimógeno fue Héctor Jesús Guerrero, integrante del Departamento Móvil 6 de Gendarmería Nacional.
Parte de la reconstrucción de los hechos que hace la presentación del CELS y la Liga, representantes legales de la familia de Grillo.
Gendarme Héctor Guerrero. Acusado de ser el autor del disparo que casi asesina a Pablo Grillo. Fotografía: Kaloian Santos, despedido por el Gobierno nacional por aportar sus fotografías a la reconstrucción de los hechos.
En este marco, la querella del joven, a cargo de las abogadas Claudia Cesaroni y Agustina Lloret, a nombre del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Liga Argentina por los Derechos Humanos (LADH), denunció que la investigación avanza lento y que todavía no se citó a declarar al gendarme Guerrero.
Asimismo, la querella informó que tras su pedido a la jueza Servini, la última semana la Gendarmería Nacional presentó en el expediente el legajo del cabo Héctor Jesús Guerrero, que «contiene dos certificados de aprobación de cursos sobre el Código de Conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley», y que «en el examen sobre este Código, responde 1) que no puede justificar el uso de la fuerza en una orden de un superior; 2) que un arma de fuego solo puede usarse cuando haya riesgo para la vida; y 3) que los funcionarios deben cumplir las leyes».
En esa misma línea, sobre el uso de pistolas lanzagases, Gendarmería confirma que «jamás se debe dirigir el arma hacia una persona, ya que en caso de impacto podría producir lesiones graves e, incluso, la muerte». Asimismo, la fuerza aclara que «para una alternativa de este tipo resulta conveniente tener presente que los disparos deben ejecutarse en forma oblicua, hacia el suelo, para amortiguar la fuerza y el propio tiempo obtener un deslazamiento adecuado del cartucho».
Parte de la reconstrucción de los hechos que hace la presentación del CELS y la Liga, representantes legales de la familia de Grillo.
En esa misma línea, sobre el uso de pistolas lanzagases, Gendarmería confirma que «jamás se debe dirigir el arma hacia una persona, ya que en caso de impacto podría producir lesiones graves e, incluso, la muerte». Asimismo, la fuerza aclara que «para una alternativa de este tipo resulta conveniente tener presente que los disparos deben ejecutarse en forma oblicua, hacia el suelo, para amortiguar la fuerza y el propio tiempo obtener un deslazamiento adecuado del cartucho».
Gendarmería también aportó los «Reglamentos generales para el uso de armas no letales» donde, en sus aspectos básicos, confirma que el armamento como el utilizado por Guerrero sólo debe utilizarse en escenarios de agresión directa al efectivo que la utiliza o a terceras personas que implique una amenaza de riesgo. «En este caso, no había escenario de riesgo ni agresión de ningún tipo hacia el gendarme Guerrero, mucho menos de parte de Pablo Grillo», señala la querella.
La fuerza a cargo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también dió la nómina de gendarmes que portaban pistola lanzagases: «solo incluye dos personas (un hombre y una mujer), ambas de apellido Guerrero. Las filmaciones recabadas demuestran que quien disparó a Pablo Grillo era un hombre, por lo cual no quedan dudas que el autor del hecho es el gendarme Héctor Guerrero», concluye el equipo de abogados que representa a Grillo y su familia.
Finalmente, la querella también denunció que «el Protocolo de actuación de Gendarmería en manifestaciones incluye un glosario de términos estigmatizantes vinculados a la protesta, los manifestantes y las organizaciones». También, remarcan, «establece las distintas formas de intervención frente a las multitudes, entre ellas, la dispersión, remoción de barricadas, la carga y el golpe ofensivo», y que «en todas ellas, el rol del jefe del operativo o supervisor es central ya que es quien da las órdenes a los gendarmes en terreno».
En tanto, tras 55 días internado en terapia intensiva, el fotógrafo Pablo Grillo reapareció el miércoles y “paseó” por la terraza del hospital Ramos Mejía donde se encuentra internado y, en las últimas horas, su familia confirmó que este martes 13 de mayo Pablo recibirá el alta de terapia intensiva y continuará su rehabilitación en el Hospital Manuel Rocca.