Laboratorio HLB-Pharma: nueve muertes evitables

Laboratorio HLB-Pharma: nueve muertes evitables

 

El martes 13 de mayo salió publicada en el Boletín Oficial la Disposición nº 3158/25 de ANMAT, inhibiendo las actividades productivas de las firmas farmacéuticas HLB Pharma Group S.A. y de Laboratorios Ramallo S.A. A su vez, la disposición prohíbe también el uso, distribución y comercialización en todo el territorio argentino, de todos los productos de dichas firmas, hasta que se hallen las condiciones técnicas y sanitarias adecuadas para levantar la medida. La inhibición es un paso previo a la clausura. También se inició una denuncia penal contra los empresarios y responsables. Lamentablemente, la medida llegó tarde, ya que la falta de cumplimiento de las buenas prácticas de fabricación y control por parte de dichos laboratorios, se cobró nueve vidas. Por Claudia Jati, para Política Obrera.


La gota que rebalsó el vaso fue la contaminación bacteriana con Klebsiella pneumoniae productora de metalobetalactamasa (bacteria altamente resistente a los antibióticos) y Ralstonia picketti, en un lote de fentanilo inyectable. Al aplicar el medicamento contaminado con esas bacterias, dos pacientes internados en Rosario y 18 pacientes internados en el Hospital Italiano de La Plata sufrieron neumonía severa, nueve de ellos terminaron con sepsis que los llevaron a la muerte. Pero, detrás de esta tragedia, no hay una simple contaminación accidental. Hay todo un historial de años de violación de normas, irregularidades, ilegalidades, antecedentes de estafas, contactos políticos y negocios turbios, que atravesaron todas las gestiones que pasaron en los diferentes gobiernos.

Los dos socios, Ariel García Furfaro y Jorge Salinas, son dueños de ambas firmas (Laboratorio Ramallo sería la planta tercerizadora que fabrica productos para la marca HLB Pharma). Antes de adquirir esas empresas, ya tenían su prontuario.

Jorge Salinas era dueño del laboratorio Rigecin, que producía sueros principalmente para el ámbito hospitalario. Al adquirir en el 2005 el laboratorio Apolo terminó abarcando el negocio del 60% de las soluciones salinas del mercado nacional. Era conocido por pasearse cada día en diferentes autos de alta gama (Porsche, Audis A2, A5, A6, hasta en una Hammer), mientras que, de los 120 empleados que había en Apolo, por lo menos 70 estaban en negro. En el 2012 la planta estuvo paralizada casi ocho meses por un conflicto laboral, por sueldos y aguinaldos atrasados: los empleados no cobraron durante varios meses y les ofrecían abonar lo adeudado en 24 cuotas. Salinas estuvo también involucrado en el comercio ilegal desde Paraguay, donde compró un laboratorio que producía para sus empresas y, para bajar costos, la mercadería ingresaba ilegalmente (es decir, sin ningún tipo de autorización ni control sanitario). En el 2011 fue procesado por la famosa “Mafia de los medicamentos” donde, junto con otros cuatro empresarios más, estafaron al PAMI en 21 millones de pesos de esa época. El laboratorio Apolo también compartió la sociedad con Ariel García Furfaro. Entre 2004 y diciembre 2016 laboratorio Apolo tuvo seis fajas de clausura de las cuales al menos cinco, fueron violadas. A pesar de eso consiguieron en abril 2016 autorización para producir e importar efedrina. Una dudosa habilitación para un laboratorio que arrastraba serias fallas en sus prácticas de producción y seguridad.

Pocos meses después, en junio 2016, sospechosamente fuera del horario de producción, durante la madrugada explota una caldera de este laboratorio rosarino, hiriendo de gravedad a cinco personas y destruyendo totalmente dos viviendas vecinas. Nunca se terminó de investigar el caso porque la querella se retiró a cambio de una millonaria indemnización y se dejó caer la causa. Es luego de la destrucción explosiva del lab Apolo, que el dúo “Salinas /García Furfaro” adquiere HLB Pharma en San Isidro y laboratorio Ramallo en la ciudad del mismo nombre.

El prontuario de García Furfaro es un prontuario textual: estuvo preso entre 2002 y noviembre 2005 por lesiones graves y en la cárcel además de recibirse de abogado fundó una especie de “sindicato de presos”.

Ariel García Furfaro se hizo conocido en 2012 cuando puso una verdulería en Flores, llamada Colina, relacionada con la agrupación política Kolina (Corriente para la Liberación Nacional) donde militaba y cuya dirigente era Alicia Kirchner.

Cuando el dúo se hizo cargo de HLB Pharma y de Ramallo, en 2017, siguieron las irregularidades. Desde Ramallo se elaboraban varios productos para HLB que no contaban con autorización ni con los controles de calidad adecuados y eran introducidos al circuito hospitalario. Existen varias actas de la ANMAT que registran las irregularidades y el laboratorio seguía sin presentar la documentación e incumpliendo normas sin que nada le pase, con las autoridades al tanto de todo. En el 2023 la ANMAT tuvo que solicitar documentación de más de 20 productos de ese laboratorio que estaban siendo elaborados de manera irregular y la empresa incumplía lo solicitado sin ningún problema. Incluso se detectaron productos inyectables producidos en envases no autorizados y prohibidos para ese tipo de medicación y el laboratorio violó la inmovilización de esos lotes. Los productos inyectables deben fabricarse en áreas especiales, aisladas del resto, para evitar contaminación, sin salidas al exterior, con ventilación de aire con filtros especiales (HEPA) y presión positiva, superficies lisas sin ranuras para evitar crecimiento bacteriano etc, y se detectó producción de medicamentos estériles fuera del área habilitada para ello, que ponía en riesgo severo de contaminación. A pesar de estos antecedentes, por su conexión política y con el poder de turno, estuvimos al borde de que le adjudicaran la producción y comercialización nacional de la vacuna de origen ruso, Sputnik V contra Covid-19. García Furfaro integró la comitiva que viajó a Rusia cuando el gobierno de Alberto Fernández negoció con Putin el acceso a dicha vacuna. A último momento, denuncias por medio, por el historial de ese laboratorio, finalmente el gobierno decidió arreglar directamente entre ambos Estados eliminando al laboratorio intermediario en la transacción. Sin embargo, consiguieron un negocio millonario con el Estado, fabricando barbijos triple capa y cofias durante la pandemia.

Durante diferentes gestiones de gobierno, laboratorio Ramallo siguió incumpliendo las buenas prácticas de manufactura, teniendo que retirar lotes de medicamentos que no cumplían con los parámetros de calidad, en 2018, 2019, 2020 y 2022. Muchas de las irregularidades fueron clasificadas como críticas y graves. Sin embargo, no tenían freno. Antes de la tragedia del fentanilo, durante el mismo 2025, la ANMAT tuvo que prohibir varios productos con fallas de trazabilidad, de controles, documentaciones, etc. Uno de los casos más graves fue el Mix-Up (es un error en el envasado o etiquetado donde se le pone un rótulo que no corresponde con lo que hay adentro) entre diclofenac inyectable y morfina inyectable de la marca HLB Pharma. Se habían mezclado las etiquetas de unos con las de otros. Era cuestión de tiempo para que todo terminara en tragedia. Una larga sumatoria de irregularidades, de fortunas realizadas mediante fraudes, de explotación laboral, de contactos políticos que hicieron la vista gorda. Por eso, las nueve muertes por fentanilo contaminado no son un accidente.

Cuando lo que importa es la ganancia del empresario a cualquier precio, el medicamento se transforma en una mercancía y no en un bien social. El aseguramiento de la calidad del mismo se ve como un gasto y no como una necesidad. La vida de los pacientes deja de tenerse en cuenta. Al explotador no le importa. Estamos ante la crónica de una muerte anunciada. El capitalismo mata. Textual.

Fuente: https://politicaobrera.com/14102-laboratorio-hlb-pharma-nueve-muertes-evitables

 

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