El presidente volvió a arremeter contra los más necesitados en un evento religioso con entradas de cien mil pesos.
En cada palabra de su discurso, Milei deja en claro de qué lado está y, precisamente, nunca es del lado de los que más necesitan. En esta oportunidad lo hizo contra el concepto de Justicia Social durante un congreso de Iglesias Evangélicas en la provincia de Chaco para el cual se pagaron entradas de 100.000 pesos. El mandatario calificó a la misma como un «virus» que corroe los valores individuales y la asoció directamente con pecados capitales. Además, se expresó a favor de la «defensa de la vida» y apuntó contra «la moral retorcida» de la izquierda.
«La justicia social es uno de los virus que le han metido a la gente y llena de envidia, de odio y de resentimiento a cada una de las personas», sentenció Milei ante los presentes. Y añadió, elevando el tono de su crítica: «Es ni más ni menos que envidia con retórica, es la envidia disfrazada de algo bien pensante, pero no deja de ser un pecado capital«.
El Presidente vinculó sus argumentos a los preceptos bíblicos. «No nos van a doblegar. Nosotros conocemos las sagradas escrituras», afirmó, sugiriendo que su postura se fundamenta en principios religiosos inquebrantables.
El evento ocurrió en la iglesia «Portal del Cielo», el templo evangélico más grande del país con capacidad para unas 10.000 personas. En su alocución, Milei reforzó su definición de justicia social como una imposición coercitiva y no como un acto voluntario de solidaridad.
«La justicia social es robarle a una persona el fruto de su trabajo y dárselo a otra. Es la caridad impuesta por la fuerza«, declaró enfáticamente. Y distinguió: «Y la caridad no puede ser a punta de pistola. La caridad tiene que emerger del corazón, del alma, del espíritu de uno, y no con una pistola en la cabeza».
El mandatario continuó su argumentación apelando directamente a los mandamientos bíblicos. «La justicia social está francamente en contra del séptimo y del décimo mandamiento, porque robar está mal y codiciar los bienes ajenos también«, exclamó Milei, equiparando la justicia social con transgresiones morales y religiosas.
«La envidia es el pecado que está en el centro de la nefasta ideología socialista, porque en el fondo el socialismo tiene que ver con la envidia y con el resentimiento. Por eso se crea ese falso Dios que es el Estado, al cual los envidiosos y resentidos utilizan para robarle a la gente de bien el fruto de su trabajo», aseguró Milei.
Axel Kicillof decidió poner en pausa la interna del peronismo y armó una comitiva de intendentes y ministros para estar en la sede porteña del Partido Justicialista y respaldar a Cristina Kirchner ante un inminente fallo de la Suprema Corte por la causa Vialidad.
El gobernador encabezó desde las 15 en Casa de Gobierno un encuentro con intendentes del Movimiento Derecho al Futuro, su línea interna dentro del peronismo bonaerense. Sin embargo, apenas terminó esa reunión se subió a una camioneta y viajó hasta el partido donde hablaría la ex presidenta.
Esa comitiva -conformada por tres vehículos- la integraron Verónica Magario, los intendentes Julio Alak (La Plata), Andrés Watson (Florencio Varela) y Mario Secco (Ensenada). Además viajaron los ministros Carlos Bianco, Andrés Larroque, Gabriel Katopodis, Cristina Álvarez Rodríguez y Walter Correa.
El perfil de la comitiva es curioso. Secco, Bianco y el Cuervo Larroque son quienes alientan con mayor fuerza una ruptura definitiva con Cristina. Por otro lado, Magario, Alak y Watson mantienen canales abiertos con la ex presidenta. LPO adelantó un fuerte contrapunto entre Watson y Secco minutos después de que Cristina confirmara su candidatura por la tercera. Mientras el primero planteaba que había que bajar el tono de la confrontación para buscar la unidad, el intendente de Ensenada lo confrontaba con la necesidad de romper.
Pero además, hubo un giro en la posición del gobierno con el correr de las horas. Temprano, desde Casa de Gobierno planteaban que enviarían una comitiva integrada por dirigentes de segundas líneas del MDF. Allí estarían Victoria Montenegro, Daniel Gollan, Hugo Yasky, Adrián Grana y Juan Marino.
En la sede del PJ, Kicillof fue ubicado en la primera fila. A su izquierda la intendenta de Moreno, Mariel Fernández y Teresa García, ex funcionaria del gobierno bonaerense que dejó el cargo en malos términos con el gobernador y con Carlos Bianco. A su derecha, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y Sebastián Maturano, de la Fraternidad.
No estamos logrando interpretar eso que está pasando en la base social. Esto requiere una discusión profunda, pero lo único que escucho es ‘qué lugar me toca en la lista’. Déjense de joder de una vez por todas.
Cristina llegó a la sede de Balvanera a bordo de un automóvil que atravesó un grupo de militantes que la hizo derivar en la puerta de la sede partidaria. En su discurso cargó contra el “partido judicial” y caracterizó a la Corte Suprema como “guardia pretoriana del poder económico”. Además, dijo que es “muy importante movilizarse”, una frase que fue considerada por la militancia como un llamado a apoyarla desde las calles ante una posible detención.
Luego volvió a hablar desde la vereda para que la escuchen los militantes que habían llegado a la sede del PJ. Allí habló del bajo nivel de participación en las últimas elecciones y pidió que el peronismo vuelva a interpelar a los sectores más humildes. “No estamos logrando interpretar eso que está pasando en la base”, dijo y lanzó críticas hacia la interna del peronismo. “Esto requiere una discusión profunda, pero lo único que escucho es qué lugar me toca en la lista. Déjense de joder de una vez por todas”, planteó.
También hubo críticas al gobierno de Javier Milei. “Bastó que anunciáramos una candidatura para que se desataran los demonios. ¿Por qué? Porque este modelo tiene fecha de vencimiento, este modelo se agota”, dijo y siguió: “Lo sabemos porque es una copia de lo que hizo (José Alfredo) Martínez de Hoz, de lo que hizo la convertibilidad durante los ‘90 y que se sostiene durante un tiempo con este dólar barato y esta suerte de estabilidad en los precios”.
Además, hizo referencia a sus dichos en el acto que llevó a cabo en Corrientes hace dos días y se refirió a la posibilidad de ser detenida. “Estar presa es un significado de dignidad”, dijo.
“Soy una fusilada que vive”, dijo sobre el final, parafraseando la frase que da inicio al libro Operación Masacre, de Rodolfo Walsh, que tiene como temática los fusilamientos de José León Suárez que conmemoraba el peronismo en la actividad de este lunes.
La escuchaban los jefes de las bancadas peronistas en la Legislatura bonaerense, Teresa García y Facundo Tignanelli; el presidente de la bancada de Unión por la Patria en la Cámara de Diputados, Germán Martínez. Los intendentes Gastón Granados (Ezeiza), Federico Otermín (Lomas de Zamora), Gustavo Menéndez (Merlo), Nicolás Mantegazza (San Vicente), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Federico de Achával (Pilar), entre otros.
El Frente Renovador también envió delegados. Se pudo ver a la diputada Cecilia Moreau, al diputado provincial Rubén Eslaiman y al intendente de Bolívar, Marcos Pisano.
El Intendente Marcelo Orazi recibió el viernes al equipo ‘La Perla del Valle’ que fue subcampeón del Segundo Torneo Deportivo de Inclusión del Comahue de Goalball que se disputó el 5 y 6 de noviembre en el polideportivo Cumelen de nuestra ciudad. En la oportunidad el Intendente los felicitó por el puesto logrado y por…
El peronismo, desde la recuperación democrática de 1983, es la única fuerza política que vio cómo dos de sus expresidentes terminaban presos. Primero, Carlos Menem. Ahora, Cristina Fernández de Kirchner. Este movimiento puso mucho en la política de este país: dos grandes reformadores presos. Carlos Menem construyó una derecha y una economía liberal para una Argentina corroída por la hiperinflación. Y Cristina –junto con Néstor Kirchner-, una plataforma progresista para el desierto político que dejaba la crisis del 2001. Tanto Carlos como Cristina consolidaron un proyecto con el fracaso del radicalismo (bajo los gobiernos de Alfonsín y De la Rúa), y se subieron a los grandes acontecimientos latinoamericanos y globales. A continuación, el papel de Macri fue deslucido. Aunque quedó acotado a la búsqueda de un laboratorio híbrido sin reformas estructurales ni épicas narrativas, aprovechó para desembarcar en diversos poderes del Estado y empoderar a empresarios y medios que asumieron un lugar importante en la disputa política. Macri construyó una resistencia al poder kirchnerista y tiró lazos hacia aquellos sectores que se iban alejando del peronismo. Milei es otra cosa. Posiblemente, el gran competidor de la sociología peronista (a la cual el macrismo sólo se acercó o soñó acercarse al ganar elecciones en los grandes distritos).
Ayer, la Corte Suprema ratificó las condenas de Cristina Fernandez de Kirchner. La opositora más importante de este gobierno queda fuera de juego. Ya no estará en ninguna boleta ni se le permitirá fatigar para volver a competir por la presidencia. Se corre del camino a una dirigente que se inscribe en la larga tradición de los liderazgos argentinos y latinoamericanos. Liderazgos presidencialistas que, como Roca, Yrigoyen, Perón, Menem y ahora Milei, pretendieron ocupar todo el centro de la escena política y nacional, y así construir una hegemonía beligerante. CFK lo hizo en sintonía con las reivindicaciones, sensibilidades y vidas populares.
Pero algo deberíamos destacar si consideramos una sociología de quienes encabezan movimientos políticos y gobiernos: un liderazgo se establece a partir de la inversión social que hace un sector de la sociedad y del sostén de instituciones que ayudan a recrear y a devolver esa inversión social en realización de expectativas, deseos, emociones y necesidades.
La condena de Cristina llega en momentos de profunda debilidad. A través de su presidencia del Partido Justicialista puede observarse la poca capacidad de conducción y dominación de un peronismo nacional que atraviesa un momento de fragmentación y descapitalización social y electoral. El poder judicial, al que el propio peronismo junto con otras grandes fuerzas diseñaron o le proveyeron cuadros judiciales, optaron por abandonar a Cristina.
Como el peronismo, Cristina se fue quedando huérfana de sectores del Estado que podían protegerla o cuidarla. En este sentido, un liderazgo no se construye solo con apoyo social sino con las instituciones que permiten seguir haciendo política. Esta condena es una demostración de debilidad y de interrupción de un liderazgo popular que tiene problemas con instituciones que alguna vez ayudó a construir y con un electorado popular en fuga hacia otras tiendas políticas.
La beligerancia kirchnerista, la polarización y la poca gobernabilidad de la inflación, por ejemplo, le hizo perder apoyos y votos. Esa sociología peronista que había reconfigurado el kirchnerismo –que implicó grandes sectores beneficiados a partir de intervencionismo económico y ampliación de derechos– se fue desmantelando por sus propias incapacidades de gobernar la economía, por la mutación del mercado laboral, la reestructuración del empresariado y las grandes modificaciones de las vidas populares que imprimía el mundo global. El peronismo se desestabilizó, y le costó mucho mantenerse en el poder. Su electorado clásico había probado fortuna en otras opciones políticas. En parte su “déficit sociológico”, la pérdida de “ese pueblo” al que el peronismo dice representar, permitió que ciertos actores políticos y empresariales promuevan la condena. El peronismo fue perdiendo defensas (políticas e institucionales) y con ello la capacidad de cuidar a una parte de su electorado. Cuando sus adversarios leyeron debilidad, actuaron. La lucha por el poder es así: los adversarios buscan persistir, dañar y sacar de juego. Vengarse. Quedar agazapados hasta que la oportunidad lo amerite y lanzarse. De eso se trata. Por tanto, su condena no se debe solo a su debilidad sino también a actores que promovieron y buscaron herir el liderazgo de Cristina.
Macri, quien retiene recursos institucionales y porciones del Estado, promovió el proyecto Ficha limpia y alimento la posibilidad de correr a la expresidenta de la contienda electoral. Algo de antropología calabresa y maquiavelismo rápido puede leerse en un dirigente que buscó venganza desde un inicio. En Calabria los enemigos se buscan hasta en la eternidad. Mientras alquila su fuerza política al oficialismo para retener algo de poder legislativo corre cualquier posibilidad que el oficialismo enfrente al liderazgo de Cristina. Macri es vengativo y al mismo tiempo busca retacear una victoria simbólica a su socio libertario. Del video hecho con IA en el que se lo veía llamando a votar al candidato oficialista en las elecciones legislativas de CABA no se olvida. Grandes medios de comunicación también fueron por eso. Es el momento de las venganzas concurrentes. El oficialismo, si bien destacó el rol de la Corte Suprema, tenía dilemas acerca de retirar a Cristina de la competencia.
Nadie es capaz de imaginar qué puede pasar desde ahora.
Lo que sí sabe el oficialismo es que tendrá que esforzarse para que Cristina no revitalice –encerrada- su músculo político. Deberá retirarle cualquier posibilidad de hacer política efectiva y de convertirse en una víctima. Seguramente podrá mostrar que la detención de Cristina hizo subir las acciones y tal vez, logre reducir el riesgo país. El mercado y las empresas apoyaron la decisión de la Corte.
Los compañeros latinoamericanos de esa ruta progresista iniciada a principios del siglo XXI también han sufrido acciones judiciales que los dejaron fuera de competencia electoral. Evo Morales hoy es asediado por sectores que vienen del masismo. Rafael Correa, perseguido desde el gobierno de su exsocio Lenin Moreno. Lula, aunque es presidente, también sufrió acoso judicial en manos del Juez Moro (2017). Fernando Lugo fue enjuiciado por el parlamento. Salvo en Bolivia, las derechas han recuperado el poder político en esos países. Lula debió acordar con un sector de la centroderecha anti Bolsonaro para conformar gobierno y limitar su adversario. En Argentina es posible que el universo de derechas y Milei amplifiquen su territorialidad y poder, comiéndose parte del voto peronista.
El discurso que indica que el peronismo que representa al pueblo o que el pueblo que vota a esta fuerza política está en crisis. Como el voto peronista, la categoría “pueblo” estalló. Y no hay perspectivas de una reinvención inmediata que no suponga tener en cuenta las transformaciones de la subjetividad política de la última década. El “pueblo” estalló y se resignificó en mil pedazos (distintos deseos, trayectorias, formas de trabajo, maneras de participación, miradas controversiales sobre la política y el Estado).
La dirigencia peronista de todas las provincias –pese a su fragmentación y división- lo sabe: Milei es un gran competidor. Ha introducido reformas que todavía lo mantienen en un lugar importante de aprobación social. Y el voto popular sigue siendo una orientación inapelable colocando a toda la dirigencia ante la pregunta de qué hacer con el oficialismo.
La condena de Cristina puede reorganizar el poder peronista bonaerense y competir en buenas condiciones con el oficialismo. Esto quizá le otorgue cierto aire. Pero no resuelve la trabazón de su figura y de sus posturas para propiciar la reunificación familiar del peronismo. Solo una crisis provocada por el gobierno de Milei o una significativa participación social que reclame por Cristina pueden empujar el acercamiento de ciertos dirigentes y al armado de una fuerza con capacidades de disputa. Si eso no se logra los dirigentes provinciales deberán fundar otros liderazgos, acercarse a otras fuerzas o continuar una trayectoria dictada por los intereses locales. En momentos de un gran ajuste fiscal, el peronismo no ha logrado volverse una opción mayoritaria nacional. Ni siquiera ha probado cómo acercarse a protestas -como las de los jubilados, el Garrahan, la Feria de la Salada o los despidos en la empresa Verónica- que movilizan emociones que pueden disputar la sensibilidad de un electorado que a Milei le interesa. De hecho, ante estas protestas y las emociones que ponen en circulación, el gobierno nacional interviene rápidamente y las vacía de potencia.
El liderazgo de Cristina se encuentra atrapado entre los buenos números del oficialismo y la fragmentación de un peronismo. Inclusive su propio bastión electoral se vio desafiada por el gobernador bonaerense. Pero el mayor desafío es la construcción de un consenso peronista que le hable a aquellas personas que se molestaron con las insuficiencias de las políticas estatales, que vieron empobrecer sus vidas con la inflación, que padecen la inseguridad, que se quedaron solas ante las transformaciones laborales y que reclaman un partido que vuelva a poner sobre la escena una idea de orden y bienestar.
El intendente de 25 de Mayo, el libertario Ramiro Egüen está decidido a desalojar un Centro de Salud inaugurado por Axel Kicillof hace semanas en ese distrito del centro de la provincia.
“Vamos a iniciar un desalojo con medida cautelar”, advirtió Mercedes Squillaci secretaria de Gobierno y esposa de Egüen. El municipio sostiene que la obra se construyó sobre un predio municipal sin ningún tipo de autorización.
Hace dos semanas el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza que dispone allí la creación de un policlínico. “A través de un carta dejamos en claro que teníamos que comenzar a ejercer posesión sobre el inmueble, dimos un plazo de 24 horas para que hagan la entregan. No contestaron y enviamos una segunda carta”, dijo Squillaci.
Desde el gobierno de Kicillof desestiman las amenazas. “Por ahora estamos nosotros con el funcionamiento y gestión del centro de salud dado que el municipio no quiso hacerse cargo”, dicen desde La Plata y adelantan que rescindirán el convenio con el gobierno local para sumar esa unidad a la red de centros de salud de la provincia.
Egüen comenzó su carrera política en el GEN. En 2023 ganó la interna de Juntos por el Cambio y más tarde se impuso en la elección de octubre derrotanto al camporista Herán Ralinqueo por apenas 57 votos.
En enero de este año definió su salto a La Libertad Avanza apostando a recibir obras y recursos de la Casa Rosada. Sin embargo, el diálogo con el gobierno nacional es casi nulo.
Nicolás Kreplak y Axel Kicillof en el centro de salud de 25 de Mayo.
Kicillof inauguró el centro de salud Ramón Carrillo a fines de mayo. Lo inauguró sin la presencia de Egüen. Desde Casa de Gobierno explicaron que la obra contaba con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y, por lo tanto, la provincia tenía la responsabilidad de asumir la construcción del centro de salud. En tanto, el municipio debía armar los equipos médicos que garantizaran la atención.
Tras la negativa del intendente, el gobierno decidió hacerse cargo también del servicio. El nuevo CAPS cuenta con seis consultorios: cuatro de atención general, uno odontológico y uno ginecológico.
En tanto, el personal profesional estará constituido por un médico; siete enfermeros y enfermeras, ocho promotores de salud, un odontólogo, un médico generalista y una ginecóloga.
“Quiero llamar al intendente Egüen a la reflexión. No hay ningún motivo para que, por razones más vinculadas a la politiquería y la ignorancia, se quiera privar a la gente de algo tan importante”, dijo Kicillof durante la inauguración.
Durante el mes de diciembre, la Municipalidad de Villa Regina, a través de la Dirección de Obras Públicas, puso en marcha el plan de recambio de luminarias en distintos sectores de la ciudad. En la Calle España desde Ruta 22 hasta la Avenida 9 de Julio y en la Avenida General Paz desde Ruta 22…
Cada vez que nos encontramos hurgando las estanterías de una librería o las de una biblioteca, los elementos paratextuales de un libro como la tapa y la breve reseña de la contratapa pueden acercarnos o alejarnos de una nueva lectura. Ahora bien, cuando un libro ya está en nuestras manos la seducción puede despertarse de…