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CUANDO LA PATAGONIA SE LIBERÓ DE ARGENTINA

Conquistada la Patagonia por la República Argentina, la tierra austral se convirtió inmediatamente en una especie de colonia interna benefactora del centralismo porteño.  Siempre postergada y despojada. El discurso anti-centralista, a lo largo de la historia, pululó y viajó a través de los vientos patagónicos de una provincia a otra gravitando sobre la tierra como la suave nieve del sur.

El sueño libertario, el de una utópica secesión de la expoliada patagonia frente al centralismo porteño cobra valor, o al menos genera dopamina en tiempos donde el gobierno nacional con su modelo económico neoliberal  toma decisiones que hacen pensar, que para ellos, la patagonia sobra en el territorio argentino. Una política anti-patagónica que se viene gestando desde diciembre del 2015 y que pretende seguir avanzando sobre derechos que ya adquirimos, concepto reforzado por el actual poder de influencia del FMI sobre nuestro gobierno.

Tras la presentación del presupuesto 2019 por parte del ministro Nicolás Dujovne, se anunció el recorte a la mitad del plus por zona patagónica a los nuevos jubilados, lo que volvió a causar  descontento en la región. Ese 40% con el que son beneficiados los pasivos de la zona austral es justamente el equivalente a la diferencia en el costo de la canasta básica entre la Patagonia y el resto de las regiones, tiene un carácter alimentario. La baja en el beneficio se tratará en el Congreso en pocos días.

A ésta nueva pálida, podemos sumarle: La quita de subsidios al gas en la patagonia, donde se registraron aumentos significantes siendo la zona más castigada por la temporada invernal. La quita de la  exención del pago del impuesto a la transferencia de los combustibles en nuestra región donde las distancias son más significativas. La eliminación del  sistema de reembolso adicional para las exportaciones con embarque desde los puertos y aduanas ubicados al sur del Río Colorado. La quita de aranceles de 35% para importar computadoras, siendo la industria de tierra del fuego la más golpeada. Agregarle la imposición de la megaminería en Chubut, el sondeo repetitivo para emplazar plantas nucleares en Río Negro. Y el intento fallido de la eliminación de los beneficios por zona en las asignaciones familiares, rechazado por los legisladores nacionales, como deberá serlo el recorte a los pasivos patagónicos.

En el año 1984 el anhelo utópico (o pesadilla distópica) de la Patagonia Libre, fue llevado a la literatura por Salvador San Martín en su obra “Cuando Argentina perdió la Patagonia”. A continuación un breve resumen del cuento:

El Ciudadano – 1993 – Archivo Digital LTA

Un grupo de 9 comandos suicidas integrados por ciudadanos patagónicos toman posesión de las centrales eléctricas y  de las plantas compresoras de gas natural de la zona sur del país. Cada comando procede a dinamitar los puntos neurálgicos de cada central o planta, de modo tal que una detonación causara daños en su funcionamiento. 
Luego de realizado el primer contacto entre presidentes, se le da al gobierno argentino el plazo de 48hs para que reconozca al gobierno provisional patagónico. Vencido el plazo comenzarían a reducirse el número de turbinas en operación y el bombeo de gas. Hasta el corte total del fluido eléctrico, de gas y de petróleo hacia Buenos Aires. 
Con aliados internacionales, con el control de los medios de comunicación del sur, por cuestiones geopolíticas y geoestratégicas; el gobierno de la República Argentina por intermedio de su congreso nacional no tuvo otra opción que aceptar la propuesta de lo que sería el nuevo Estado.
Estado del Sur  que progresó a ritmo inusitado. “Vendiendo petróleo, gas, e hidroelectricidad (…) ingresaban anualmente miles de millones de dólares de divisas que se utilizaban para el desarrollo (…) valles de los ríos y la cordillera fueron irrigados y explotados para exportaciones agropecuarias y agroindustriales y un contingente enorme de emigrantes se fue radicando (…) centros de turismo de renombre mundial atraían millares de turistas (…). Industrias electro intensivas y petroquímicas se instalaron para aprovechar los recursos energéticos a bajo costo”…
Y así se perdió la Patagonia para la Nación Argentina.

Este momento crítico en el que estamos inmersos como país no necesita del separatismo o el júbilo individualista que no serían más que la cara de otra rotunda derrota social. Precisa de una unión y fortaleza ciudadana que debe surgir y retroalimentarse como un remolino que crece a base de su propia fuerza.
Pero no deja de ser trascendental y significativo, remarcar la importancia y la injerencia que tiene la Patagonia sobre la Argentina en aspectos económicos, como lo expresa el cuento de Salvador San Martín.
Hay que trabajar desde el sur sobre políticas que nos integren con verdadera justicia, social y económica, al país al que tanto le damos.

CUENTO COMPLETO

Cuando Argentino Perdió a l… by on Scribd

QUIÉN FUE SALVADOR SAN MARTÍN  

Fue un profesional y empresario argentino nacido en provincia de Buenos Aires. Radicado en Villa Regina, en el Alto Valle de Río Negro, donde desarrolló un establecimiento  frutícola. Fue docente y dirigió el periódico “El Ciudadano”. Durante el gobierno de Arturo Frondizi se desempeñó como Subsecretario de Energía y Combustibles  y en  el gobierno de José María Guido fue Secretario de Industria . Es padre del actual científico de la NASA, el Ingeniero reginense Miguel San Martín. 

Portada: Germán Busin

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